Feb 14_08 ¡Oh! líderes del mundo, cómo estáis fallando.

Rosario

Mensaje de Dios Padre a J. V.

(Mensaje sobre el Día del Amor y la Amistad).

Temas:

  • Los milagros existen, sí, Mis pequeños y vosotros, en la oración, producís muchos milagros.
  • Yo os vine a enseñar el perdón, que eso es más importante que señalar el pecado de vuestro hermano.
  • No seáis inconstantes en el buscarMe, no Me busquéis solamente en la necesidad, buscadMe en todo momento.
  • ¡Oh! líderes del mundo, cómo estáis fallando, se os ha dado la oportunidad de servir, porque en el servicio os hacéis grandes ante Mis Ojos.
  • Salvad por lo menos una, os lo pido, un alma que vosotros salvéis, con ella os permitiré la entrada al Reino de los Cielos
  • Mis pequeños, ¡cómo habéis destruido la palabra Amor!, celebráis el día del amor cuando realmente el Amor no habita en vuestro corazón
Primer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Los milagros existen, sí, Mis pequeños y vosotros, en la oración, producís muchos milagros.

(Lenguas…) Mis pequeños, os he dicho que cuando os reunís y que Me invitáis, Yo estoy con vosotros. Mis pequeños, cuando os reunís, sois Mi oasis, Mi descanso, Mi gozo. ¡Cuántas almas, hermanos vuestros, alrededor del mundo, olvidados están de Mi Presencia!.

Cuando hermanos vuestros, como vosotros, os reunís, Me invocáis, Me congratulo con vosotros, estoy con vosotros y por vosotros, Me congratulo con el género humano. Sí, Mis pequeños, esto no lo comprenderíais bien si Yo no os lo digo, gracias. Gracias a las reuniones de algunos de vosotros, como vosotros, vuestros hermanos, que algunos de ellos no Me conocen, aquellos que Me rechazan, aquellos que llevan una Fe débil, reciben Mis Bendiciones por vosotros.

Esto es la hermandad que Yo quiero, que viváis como verdaderos hijos de familia. Así como en familia, unos se portan bien y otros se portan mal y todos son amados por los padres así, os cuidáis unos a otros en la oración, Conmigo, con vuestro Dios, porque lo que Me pedís a Mí, Yo no lo llevo nada más a uno o dos de vuestros hermanos, todos vuestros hermanos, porque son familia en Mi Hijo Jesucristo, todos reciben Mis Bendiciones.

Esta es la finalidad de la Iglesia, la unión de todos, el derrame de Bendiciones a través de la vida de la Iglesia, que sois todos vosotros.

Os pido, Mis pequeños, que al saber todo esto, vuestra oración siempre sea más fervorosa, con mucho amor, con mucha confianza, sabiendo que a través de la oración recibiréis Mis Bendiciones, no solamente para vosotros, sino para todos vuestros hermanos, aún a aquellos que Me rechazan y Me atacan. Los milagros existen, sí, Mis pequeños y vosotros, en la oración, producís muchos milagros, porque gracias a la oración de la Comunión de los Santos, ésas Bendiciones que Yo derramo, llegan a corazones duros, a corazones que no quieren saber de Mí, a corazones que hacen el mal, a corazones que destrozan otros corazones.

Orad, orad, Mis pequeños, manteneos en oración, en la vida de la oración, que es la vida de la Iglesia, y que es la unión de las almas, Conmigo, con vuestro Dios. Os amo, Mis pequeños, manteneos siempre así Conmigo, en vida íntima, vida de oración, vida con vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo os vine a enseñar el perdón, que eso es más importante que señalar el pecado de vuestro hermano.

Hijitos Míos, os he dicho en las Escrituras, que cuando digáis “no”, sea un “no”, que cuando digáis “sí”, sea un verdadero “sí”. Cuánta mentira, cuánta maldad hay en el mundo, Mis pequeños. Aparentáis tanto y no lleváis la verdad en vuestro corazón. Ser sinceros, ser de una pieza, ser verdaderos, es lo que os pido, Mis pequeños. Es difícil para el hombre, porque se ha envuelto en el pecado.

Mis pequeños, Soy vuestro Dios, Soy el Hijo del Dios Verdadero, Yo, Jesucristo, vuestro Señor, pasé por el mundo, vi la maldad, os comprendo, estáis atribulados por el pecado, por los ataques de satanás. Venid a Mí, tomad de Mí, pureza, santidad, amor, reconciliación con vuestro Dios.

Mis pequeños, el mundo atribulado está, es el momento, y ha sido así desde el Primer Pecado, en que nadie puede arrojar la primera piedra, todos tenéis pecado porque estáis rodeados de él. Vuestro corazón difícilmente se aparta de las cosas del mundo y ahí es donde el alma pierde la santidad que debierais cultivar, en la que debierais vivir, Mis pequeños. Ninguno de vosotros está autorizado para arrojar la primera piedra, ¿con qué cara podéis hablar y señalar a vuestro hermano por haber cometido un mal?, no tenéis autoridad, porque vosotros sois parte de ése mal también.

Yo os vine a enseñar el perdón, que eso es más importante que señalar el pecado de vuestro hermano. En el perdón hay amor, en el señalar hay odio y desprecio y Yo no os vine a enseñar eso. Yo vine a unir, no a separar. Yo vine a formar nuevamente la Familia del Cielo, no a destruirla. Os vine a dar la pauta que todos debéis tener en vuestro corazón, en vuestra familia, en la sociedad y es el vivir en el amor.

Mis pequeños, sufrís, porque no tenéis amor en vuestro corazón, no lo estáis cultivando, no os llenáis de las virtudes necesarias para mantener una vida en paz, en armonía y así tener también una sociedad de paz y de armonía, porque no os cultiváis en lo que Yo os he enseñado y que tanto Me costó.

Cuando haya amor en vuestro corazón, tendréis paz interior y habrá paz a vuestro alrededor.

Venid a Mí, Mis pequeños, venid a Mí, que Yo, vuestro Hermano y vuestro Dios, os conozco, estoy en vuestro corazón, conozco vuestro pasado, conozco vuestro presente, conozco vuestro futuro y si os llevo hacia el amor, es porque quiero, Mis pequeños, que Me ayudéis a formar el pueblo escogido, el pueblo de Dios. Estáis llamados a ello, Mis pequeños, estáis llamados a vivir en la santidad, que es la vida en Mí, vuestro Dios, en la Trinidad Divina.

Haceos sencillos, humildes, misericordiosos con vuestros hermanos y os repito, no señaléis. Amad, perdonad y dad buen ejemplo, que con el ejemplo moveréis a aquél corazón que vive en la maldad. Muchas veces no tendréis que decir una sola palabra, vuestro ejemplo moverá a las almas que viven en el error.

Os amo, Mis pequeños, os amo de Corazón, venid a Mí, venid y tomad de Mí, para que alcancéis la santidad a la que estáis todos llamados.

Tercer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: No seáis inconstantes en el buscarMe, no Me busquéis solamente en la necesidad, buscadMe en todo momento.

Hijitos Míos, vosotros, como árboles, si os puedo comparar así, si Me lo permitís, crecéis, dais fruto, alimentasteis a ése fruto, le compartisteis de vuestra misma savia, le disteis vida a ése fruto, son vuestros hijos, pero éstos hijos, como el fruto, también llevan semilla y ellos tienen la obligación de plantar esas semillas para que den nuevos árboles.

Mis pequeños, vosotros ahora sois árboles maduros, algunos de vosotros habréis dado ya frutos y ellos habrán ya plantado ésas semillas, otros estaréis en el proceso de la transformación que se tiene que dar en el mundo y esto se da a través de esa savia Divina que tiene que correr por vuestro ser y esa savia Divina Soy Yo, vuestro Dios, con Mis Enseñanzas, con las de Mi Hijo, con las que os da el Espíritu Santo.

Estáis llamados a esa tarea Divina, Mis pequeños, las almas que bajan a la Tierra, están llamadas a reproducir Mi Amor entre los hombres, sois savia Divina cada uno de vosotros. Vosotros lleváis Mi Vida, pero no todos de vosotros la vivís ni la reproducís.

Es una tarea bella la de hacer un alma sirviendo a su Dios en la Tierra, pero ¿cuántas almas en la Tierra se apartan de la obligación y quieren vivir su propia vida?

La savia Divina que toda alma tiene al bajar a la Tierra la dejan aparte, procuran no hacerle caso, la desperdician, no la llevan a dar nueva vida para alimentar a otros, no siembran la semilla que cada uno de vosotros también tenéis, no dais ese conocimiento Divino que debéis ir tomando a lo largo de vuestra vida para darlo a vuestros hermanos. Vuestras obras, vuestras palabras, vuestra vida en Mí, es lo que va alimentando primeramente vuestro ser y luego el de vuestros hermanos. Algunos de vosotros, os he dicho, tenéis unos dones determinados otros, otros y así os vais complementando al compartir. Sois una familia, sois parte del Cuerpo Místico Divino, estáis llamados a formar ese Cuerpo Divino. Cuando no os unís, vuestra vida, vuestra existencia, que tiene una finalidad Divina, se desperdicia. Estáis llamados al Bien, os he dicho, pero preferís el mal, que tanto odiáis, ¡qué paradoja!, no queréis vivir en el mal, buscáis el bien y acabáis haciendo el mal.
Venid a Mí, Mis pequeños, buscadMe y solo así, con vuestra intención constante de encontrarMe, os llenaréis de Mi Vida. No seáis inconstantes en el buscarMe, no Me busquéis solamente en la necesidad, buscadMe en todo momento. Ciertamente necesitáis tanto de Mí, pero Yo también necesito de vosotros. Escuchar al hijo es tan agradable para el padre, os quiero escuchar en todo momento, no Me neguéis ese gusto, ese deseo tan grande que tengo de vosotros. Venid, no Me temáis, Soy el Amor, contadMe, contadMe vuestras penurias, pero también vuestras alegrías y aventuras, contadMe de vuestros planes, pedid Mi ayuda, Yo os aconsejaré, Soy la Sabiduría Infinita.

Venid a Mí, Mis pequeños y encontraréis el verdadero camino a seguir, el más seguro, el que os ayudará a que os deis plenamente para la misión para la que vinisteis a servirme a la Tierra y estaré Yo contento con lo que hagáis y al final de vuestro tiempo os recibiré con alegría para llenaros de gozo eterno.

Venid, Mis pequeños, os amo tanto, venid, venid con confianza de niños pequeños y no quedaréis defraudados.
Os amo, Mis pequeños.

Cuarto Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: ¡Oh! líderes del mundo, cómo estáis fallando, se os ha dado la oportunidad de servir, porque en el servicio os hacéis grandes ante Mis Ojos.

Hijitos Míos, mientras más pequeños os hagáis, más recibiréis de Mí. Un padre, una madre, al ver al pequeño bebé, indefenso, tan necesitado de sus cuidados, ése pequeño recibe más atenciones, porque vosotros mismos sabéis que no se puede valer por sí mismo y así, el pequeñito, recibe más atenciones que aquél niño que ya ha crecido y que empieza a valerse por sí mismo.

Vosotros sed pequeñitos para que Yo os consienta y os llene más de Mí, de Mi Sabiduría, de Mi Amor Infinitos, de Mis cuidados, de tantas y tantas cosas que necesitáis de Mi Providencia Divina.

El hombre crece, se siente autosuficiente y Me hace a un lado en su vida. El hombre no puede prescindir de Mí, vuestro Dios. El hombre se junta con otro hombre y así van haciendo grupos, grupos humanos que, supuestamente, debieran ayudarse unos a otros, pero crece la soberbia, crece la maldad, Me hacen a un lado y así se va dando la maldad en el mundo, buscando la superioridad, buscando solo el poder, esclavizando a sus semejantes, esclavizando al hombre, porque satanás está atrás de todo ello, de esa maldad que vais permitiendo que crezca en los corazones.

El que vive Conmigo, el que está Conmigo se hace pequeño, aún a pesar de su edad, se humilla ante los demás, porque se vuelve servidor. Vosotros, como hombres, veis humillación, Yo veo grandiosidad, el que más sabe da, enseña, ayuda a crecer al que no tiene, se vuelve escalón, hasta para que lo superen.

Sí, Mis pequeños, es en la pequeñez, en la humildad, en donde Yo os voy a engrandecer.
Tantos líderes en el mundo guiando al los pueblos y entran en esa soberbia que les hace creer superioridad, se apartan de Mí, no piden la Sabiduría, la Verdadera Sabiduría que solamente puede venir de Mí, vuestro Dios, se quedan solamente con la inteligencia humana, limitada, mala, interesada, fatal. Sí, fatal, porque se vuelven ellos mismos jueces de los hombres y hasta disponen de sus vidas, cuando Yo Soy el Único que la da y la quita.

¡Cuánta maldad hay en el mundo!, aquellos que os oprimen, que os coartan vuestra libertad, que os llevan a vivir en la degradación y peor que animales, cuando tenéis una dignidad muy alta, ser hijos Míos, ser hijos de todo un Dios.

¡Oh! líderes del mundo, cómo estáis fallando, se os ha dado la oportunidad de servir, porque en el servicio os hacéis grandes ante Mis Ojos. Servís a vuestro pueblo para engrandecerlo, pero en lugar de hacerlo así, lo oprimís y os aprovecháis de vuestro pueblo, os enriquecéis con lo poco que ellos tienen, os hacéis amigos de los ricos, compartís riquezas y seguís oprimiendo al pobre.

Pronto vendrá vuestro juicio y estaréis ante Mí, vuestro Dios, Me daréis cuenta de todo lo que hicisteis, juzgaré vuestro bien y vuestro mal, pero la balanza, para muchos de vosotros, se moverá hacia la condenación eterna. Sí, no procurasteis el bien para vuestros hermanos y así os ganasteis el pesar eterno. Le quitasteis a vuestros hermanos, no le oísteis en sus quejas y en sus dolores, no tratasteis de ayudarles, os tapasteis los ojos para no ver el mal que estabais produciendo, tapasteis vuestros oídos para no escuchar el lamento del pobre y del abatido, quitasteis el amor de vuestro corazón para que vuestra conciencia no os remordiera y así pudierais seguir actuando en la maldad.

Si vivisteis para el mal, moriréis en el mal y eternamente estaréis en el mal.
Aquél que combate el mal y lleva el bien a sus conciudadanos, que procura ayudarles, que se da por ellos, vivirá eternamente Conmigo. La Caridad la tienen a flor de piel, su corazón reboza de amor, hay alegría en sus labios, porque su alma es pura, porque está Conmigo. Ciertamente son almas muy contadas, difícilmente se encuentran, porque aquel que tiene el poder de mando quiere ser servido y no servir, cuando en el servir está la grandiosidad del alma, os he dicho.

Pedid perdón, venid arrepentidos aquellos de vosotros que tenéis el poder sobre vuestros hermanos. Vosotros, los que habéis utilizado ese bastón de mando para destruir, para oprimir, para matar, para aprovecharse del hermano que está bajo vuestro don de mando. Tened cuidado, tened cuidado porque, aunque Soy el Amor, Yo busco la Justicia y castigo a aquél que no busca la justicia que os he enseñado. Si no hay amor en vuestro corazón, así viviréis eternamente, apartados de Mí, sufriendo.
Haced crecer el amor en vuestro corazón, haréis el bien y Conmigo viviréis eternamente.

Quinto Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Salvad por lo menos una, os lo pido, un alma que vosotros salvéis, con ella os permitiré la entrada al Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, gastáis tanto tiempo, dinero, esfuerzo, en buscar Mi Sabiduría en libros humanos. Compráis libros o tomáis cursos para aprender a normar vuestra vida, queréis tener más conocimiento de las cosas y no buscáis conocerMe a Mí, quien os va a dar el verdadero conocimiento y la verdadera vida para vuestra propia vida.

Os he dicho que tenéis infinidad, miles de millones de libros sobre la Tierra, con diferentes objetivos, mucho conocimiento humano, siendo que el Libro, el Libro por excelencia que os va a dar vuestra salvación y que os va a guiar verdaderamente durante vuestra existencia, no le hacéis caso, no tomáis de ahí la Sabiduría Divina, no tomáis de ahí el alimento verdadero que os va hacer verdaderos hijos Míos.

En las Sagradas Escrituras tenéis todo, todo para crecer en excelsitud, vosotros, que buscáis siempre sobresalir ante vuestros hermanos de una u otra forma, queréis estar siempre arriba para que os señalen, para que digan vuestro nombre, para que os conozcan y así, vuestro ego esté satisfecho.

¡Cuánta mentira!, buscáis cosas efímeras en vuestra vida, cuánto tiempo os puede durar ésa fama o la fortuna que tengáis o las amistades que hayáis encontrado, porque les estáis dando fiestas, les estáis dando lo que ellas quieren en gozos humanos. Queréis sobresalir ante los hombres con las mismas cosas de los hombres, pero ante Mis Ojos, cuando seáis juzgados, cuando pida vuestro regreso ante Mi Presencia, ¿qué traeréis de verdadero?, ¿qué traeréis para poner en la balanza y que os pueda juzgar y, vosotros, ganar el Reino de los Cielos?

Deberéis venir con las manos llenas, pero llenas de cosas Divinas, eternas. Que haya valido la pena darse por vuestros hermanos, sufrir por ellos, ganarse los corazones de ellos y así, con ese amor que dejasteis en sus corazones o ese agradecimiento por el bien que les procurasteis, así, así sí podréis estar ante Mí y Yo os felicitaré, porque poco se os dio y mucho Me regresasteis. O, llegaréis llenos de cosas de mundo, cosas inservibles, cosas que solamente serán lastre para vuestra salvación eterna, ¿qué Me traeréis al final de vuestros días?,  ¿cómo habréis preparado vuestra alma y la de vuestros hermanos?, ¿qué ejemplo disteis?, ¿cómo amasteis y cómo ayudasteis a otros a amarMe?, ¿cómo ayudasteis a otros a llegar a Mí al final de su existencia para también ganarse el Reino de los Cielos?

Ved, Mis pequeños la realidad de vuestra existencia, os llenáis muchas veces de cosas inservibles, de lastre, que solamente os detiene para alcanzar vuestro desarrollo espiritual y para alcanzar esa dignidad de hijos de Dios por vuestro buen ejemplo. ¡Cuánta falsedad hay en el corazón del hombre! En vuestras metas por alcanzar, buscáis solamente el bien material y despreciáis todo el bien verdadero que podéis hacer entre vuestros hermanos.

Meditad esto, Mis pequeños, porque os he dicho, el tiempo es corto, ¿tendréis tiempo de reparar lo que no habéis hecho en vuestro pasado? No penséis más, actuad, actuad ya y haced lo que debéis hacer por Mí, por vuestro Dios para engrandecer Mi Reino, el tiempo es corto, las almas necesitan saber de Mí. Hay tanto desamor en el mundo, el hombre se ha llenado de tanta maldad, Me ha hecho a un lado de su vida, éstas almas necesitan de Mí, vosotros estáis todavía en la Tierra y podéis ayudar a esas almas necesitadas. Salvad por lo menos una, os lo pido, un alma que vosotros salvéis, con ella os permitiré la entrada al Reino de los Cielos, por esa alma por la que vosotros os deis, os ganaréis Mi Amor eternamente, pero actuad ya, Mis pequeños, no dejéis pasar, no otro día, sino otro segundo de vuestra vida, sin hacer algo por vuestros hermanos, sin hacer algo para Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

 

Al Término del Rosario:
Mis pequeños, ¡cómo habéis destruido la palabra Amor!, celebráis el día del amor cuando realmente el Amor no habita en vuestro corazón.

(Lenguas…) Mis pequeños, ¡cómo habéis destruido la palabra Amor!, celebráis el día del amor cuando realmente el Amor no habita en vuestro corazón. El verdadero Amor lo he tratado de compartir con el hombre a través de los siglos y el hombre no lo ha querido tomar y vivir como verdaderamente es.

Utilizáis el amor para fines egoístas, vuestro amor, tan diferente a Mi Amor. El Amor sirve al hombre, hace crecer al hombre, le da vida, lo dignifica, lo lleva hacia la santidad, lo acerca a Mí, ése es el Verdadero Amor que se os ha enseñado desde la antigüedad. Pero satanás os ha mostrado otro amor, muy diferente al que se os ha dado en la Divinidad, ha destruido la finalidad del Verdadero Amor, que es unidad, que es Vida, que es Perfección, que es procreación.

Ved cómo están ahora los pueblos de la Tierra, divididos, destruidos, se matan unos a otros, muchas veces ni siquiera saben por qué, han dejado crecer la maldad y el odio en su corazón, ya no ven al hermano con amor, solamente hay destrucción y deseo de eliminar al hermano.

El Verdadero Amor, prácticamente no existe ya en la Tierra. Satanás os lleva al amor pecaminoso, al amor egoísta, al amor posesivo, al amor destructivo, siento asco de hablar de ése amor satánico, porque la palabra “Amor” Soy Yo, vuestro Dios, él os lleva a la mentira, no es amor, son pasiones desordenadas, es pecado, maldad.

El Amor es positivo y hablar del Amor es elevación hacia la perfección, hacia la bondad Infinita, hacia todo lo bello, hacia todo lo que agrada al espíritu, él no os puede llevar hacia el Amor, él no puede nombrar al Amor, él está en contra del Amor y así, vosotros, cuando vivís de acuerdo a donde os ha llevado él, Mi enemigo, no os está llevando a ningún tipo de Amor, son las pasiones desordenadas causadas por el pecado hacia donde se dejan llevar las almas y eso os lleva hacia la destrucción en todo sentido, destrucción personal, destrucción de pareja, destrucción familiar, destrucción de la sociedad, destrucción de las naciones, destrucción del mundo.

No podéis usar la palabra Amor cuando atrás de vuestras acciones hay destrucción, muerte, maldad, pecado, si habláis de Amor, estáis hablando de Mí, vuestro Dios. Entended bien esto, Mis pequeños, no utilicéis en forma pecaminosa la palabra Amor, utilizadla cuando seáis verdaderos hijos de Dios, cuando seáis verdaderos servidores del Amor, cuando seáis verdaderos, verdaderos amantes del Amor.
Gracias, Mis pequeños.