Mensaje.
Mensaje de Dios Padre, a J. V.
Tema:
Sobre: Luchad por tener el Amor en vuestro corazón, en vuestra vida, en vuestro alrededor y así viviréis realmente Conmigo, con vuestro Dios.
(Lenguas…) ¿Por qué lucháis contra Mí, Mis pequeños?, ¿por qué lucháis contra el Bien, que tanto deseáis? Sí, Mis pequeños, buscáis el Bien en vuestra vida, porque el alma está deseosa del Bien, siempre buscaréis el Bien, porque para eso fuisteis creados, para vivir en el Bien y transmitir el Bien, pero paradójicamente, Mis pequeños, lucháis contra ése mismo Bien, que Soy Yo, vuestro Dios. Me queréis, queréis el Bien en vuestra vida y despreciáis la Fuente del Bien que Soy Yo. ¿Por qué no pensáis, Mis pequeños, lo que hacéis?, vuestra cerviz sigue siendo dura, habláis y se habla en las Escrituras de la cerviz dura del pueblo judío, pero aún en éstos tiempos, el mundo sigue siendo igual, seguís siendo pueblo difícil, pueblo que busca su propio bien, y no quiere compromisos, no quiere el “padecer”, lucha contra el Bien, que Soy Yo, porque sabe que estar Conmigo es un compromiso, una obligación de vida, pero para vuestro bien, por cumplir de los Mandamientos que os he dado. Os vuelvo a repetir, queréis el Bien, pero no queréis compromisos para comportaros bien y así vuestra vida se va haciendo ligera. Me hacéis a un lado y con eso hacéis a un lado los compromisos de la vida y entre ellos, queda vuestra familia también afectada, amistades, trabajo, obligaciones, tanto Conmigo como con el Estado, con el pueblo. ¿Veis, Mis pequeños a qué Me refiero cuando os estoy diciendo que os estáis separando de la Fuente de todo Bien, que Soy Yo?, cuando estáis Conmigo aceptáis con amor lo que Yo os pido y cuando estáis Conmigo, la carga se vuelve suave, porque todo se practica en el Amor. Cuando realmente llenáis vuestro corazón de amor, todo es fácil, aún los problemas que se os presentan y que nunca podréis evitar en vuestra vida diaria, pero todo entra en Mi Vida, en la vida que os enseñó Mi Hijo, en la vida que os han enseñaron los discípulos, los discípulos de Mi Hijo, los discípulos que van en el mundo mostrando el Bien. Vosotros debéis ser discípulos también, que os llenéis de Mi Vida, que os llenéis de la Vida que os Enseñó Mi Hijo. Cuando vais paralelos a la Vida que os Enseñó Mi Hijo, todo se volverá un Bien, aún vuestra cruz diaria, se volverá un Bien, porque a través del ofrecimiento diario, de esos padecimientos, que como os digo no los podréis evitar nunca, ofrecidos a Mi Hijo, serán salvación para muchas almas. Es más fácil vivir así en el Bien, que rechazando el Bien, no es lo mismo aceptar con amor el problema, ofreciéndolo por la salvación de las almas, que ése mismo problema caiga en un alma seca y vociferaréis contra Mí, blasfemaréis por ese dolor o por ese problema y así os hundiréis más en vuestro mal y en vuestro pecado. El Amor, Mis pequeños, todo lo purifica, todo lo santifica, cuando hay amor en vuestro corazón, vuestra vida se vuelve sencilla, alegre, porque estáis en unión Conmigo, (Lenguas…) Ciertamente satanás os estará atacando continuamente, para haceros creer que no debéis desechar de vuestra vida todo el mal y todo aquello que os cause un mal y así, las familias quedan destrozadas, las amistades quedan destrozadas, vuestra vida íntima, personal, espiritual, queda destrozada, porque él os va a llevar a una confusión tal, en la cual, aunque vosotros quisierais apartaros del mal que os llega, y que el mismo satanás provoca, os va a hacer creer que en el podéis manteros en paz. Él causa los problemas en familia y os lleva a eso, a destruir la familia, os lleva a tener tribulación interna y os lleva a la separación Conmigo, os lleva también a luchar contra vuestros hermanos y no aceptarlos como tales y creéis que a vuestro alrededor tenéis puros enemigos. Esa es la diferencia entre vivir en el Amor y vivir en el odio, en la maldad a donde os lleva satanás. Tened cuidado con ello, Mis pequeños, vivid, vivid en el Amor, buscad el Amor, luchad por tener el Amor en vuestro corazón, en vuestra vida, en vuestro alrededor y así viviréis realmente Conmigo, con vuestro Dios, estaréis unidos a la Fuente del Amor y con ello satisfaréis las almas de vuestros hermanos que están a vuestro alrededor. Seréis también portadores de ésa paz y de ese Amor para vuestros hermanos y así, elevaréis a muchas almas, hasta el grado que Yo necesito que estén, hijos de Dios todos vosotros, hermanos en Cristo Jesús, vida nueva en la Tierra, que se tiene que ir renovando a través de cada uno de vosotros, mostrando Mi Amor a vuestros hermanos, luchando para que Mi Amor se implante ya, entre los hombres.
Gracias, Mis pequeños.