Oct 20_99 Hay tinieblas por vuestra falta de Espiritualidad.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: Hay tinieblas por vuestra falta de Espiritualidad.
Hijitos Míos, veo cómo vuestro Mundo se obscurece cada vez más. Las tinieblas que lo cubren, cada vez se hacen más espesas. Vosotros tomáis Mis Palabras en el sentido material y como ya no vivís en lo espiritual se os hace difícil entenderlas. Cuando Yo os hablo, os hablo en sentido espiritual, ya que es vuestra alma la que vale en vosotros y a  ella hay que salvar.

Las tinieblas significan la falta de espiritualidad en vuestra vida. Ya no lleváis vida espiritual, la habéis olvidado, la habéis hecho a un lado, vuestra vida se ha vuelto vacía y os habéis formado dioses fríos, materiales, sin vida y que en nada os pueden ayudar a salir del problema en el que estáis. Os habéis vuelto adoradores de ídolos como en los tiempos prehistóricos, en donde el hombre sentía en su corazón el deseo de adorar a un ser superior y así le dieron ése lugar, primeramente, al sol. Necesitaban ver la Luz, la intuían, porque cayeron a las tinieblas por el pecado y necesitaban la luz. De ahí la adoración al sol ó a todo aquello que brillaba.

Llega Mi Hijo a mostrarles la Luz y, aún así, son pocos los que la aceptan, pero aún así os la deja y vuestra libertad os permite aceptarla ó rechazarla.

La Luz se os dio, la conocéis porque Mi Hijo os la mostró con Su Vida, con Sus Enseñanzas, con Su Amor. Con Su Muerte Él os dá la vida y os la reafirma con el envío del Espíritu Santo.

La Luz había llegado, por fin, a la Tierra para vencer al mal, pero ¿qué sucede ahora con vosotros? Vuestros antepasados adoraban lo brillante por buscar la Luz, vosotros ya la habéis recibido por medio de Mi Hijo y ahora adoráis a las tinieblas, las cuales cubren a vuestro Mundo. Habéis rechazado la Luz. Preferís a las tinieblas del mal. Buscáis lo material y mundano. La espiritualidad no la véis ni la procuráis a los vuestros y si no ponéis un “Hasta aquí”, las tinieblas os ahogarán.

Durante la Pasión de Mi Hijo, éste fue uno de Sus peores dolores. El, viniendo a la Tierra a traeros la Luz y vosotros rechazando ésta Luz de salvación, prefiriendo las tinieblas y el mal y no sólo para vosotros, sino induciendo a los vuestros.

Estáis llevando a ésta generación al cadalso. Estáis vosotros mismos llevando a vuestros pequeños a que sean sacrificados por los verdugos del mal. Estáis presentando a vuestros hijos al mismo demonio para que él los sacrifique a sus malos y perversos deseos. Le estáis permitiendo que dañe y destruya sus almitas, Mis almitas, Mi esencia en vosotros, al no proveerles del alimento espiritual que su alma añora. Os habéis vuelto, en ésta forma, servidores del mal y ahora os extrañáis de que las fuerzas de la Naturaleza se vuelquen contra vosotros, cuando vosotros mismos os habéis puesto en contra de vuestro Creador. La Naturaleza reconoce vuestro error y está tratando de abortar el mal que habita en sus entrañas, vuestras almas, que se han revestido de la negrura y de la maldad del enemigo. Es vuestra misma actuación, son vuestros mismos actos los que han producido ésta catástrofe mundial.

La Naturaleza tiene vida, vida en Mí, vida que es alabada y respetada por ella misma hacia su Creador, pero vosotros la habéis afectado, la habéis alterado para dañarMe. La misma Naturaleza ya no puede darMe la Gloria y el respeto que Me merezco, porque la habéis infringido, ahora ella se ha rebelado contra vuestro mal proceder y sólo la detendréis con vuestro cambio sincero al amor.

Ya os he dicho que todo el Universo se rige y se alimenta de Mi Amor y vosotros mismos os dais perfecta cuenta de que lo que está francamente afectado en vuestro Mundo, es el amor.

Si vosotros no queréis entender éstas palabras y no ponéis el remedio de inmediato, la misma Naturaleza y el mal, afectándola a ella, respaldada por vuestras malas acciones, os destruirá.

Yo he de poner el remedio, porque no deseo veros destruidos. Sois Mis hijos, os amo y deseo sólo vuestro bien, pero no queréis entenderlo. Os habéis encaprichado y creéis que podéis prescindir de Mí, pero ahora podéis constatar que las fuerzas de la Naturaleza, que son pequeñas en comparación con las poderosísimas fuerzas de Mi Amor, os están acabando.

Os lo vuelvo a repetir, con AMOR todo lo venceréis y podréis doblegar a las fuerzas del mal, las cuales están afectando a la Naturaleza para que os destruya. Os habéis apartado de lo espiritual y ahora véis como lo espiritual sí afecta a lo material y lo estáis constatando con tanta destrucción y muerte. Falta aún lo peor y si no os preparáis espiritualmente para soportarlo y para disminuirlo, muchos de vosotros, en una gran mayoría, no podrán pasar la prueba.

Yo os puedo ayudar hasta donde vuestra libertad y vuestro deseo de corazón Me lo permitan. Yo os respeto y vuestra actuación es lo que le dará el valor a vuestro premio eterno.

Recapacitad, entended como el niño en la escuela. Si os aplicáis, recibiréis una buena nota. Nadie más que el niño puede obtener ésa buena ó mala nota; nadie puede obligar al niño a responder libremente a ganar ó a perder ésa nota.

Yo estoy con vosotros y deseo vuestro bien. Venid a Mí, acudid en todo momento. Destruid las fuerzas del mal y sus tinieblas, que os están destruyendo.

La Luz de la Verdad se os ha dado por medio de Mi Hijo, tomad de Él todo lo necesario para vencer al mal, como Él lo hizo. La decisión es vuestra.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Amor del Espíritu Santo.