Sep 07_00 La unificación de los criterios humanos.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: “La unificación de los criterios humanos.”
Hijitos Míos, hoy os quiero hablar del tema que ha causado controversia desde que os vine a enseñar la Voluntad de Mi Padre, y esto es, la unificación de los criterios humanos. Esta controversia se ha causado porque cada uno de vosotros ha querido hacer su propia voluntad y no habéis querido acatar, con amor y donación, la Voluntad de Mi Padre.

Yo, vuestro Dios, vuestro Jesús, he venido a la Tierra a servir a Mi Padre. He venido a uniros en la Verdad. He venido a dar Luz a vuestro caminar. He venido a guiaros y a llevaros por las sendas del bien.

Antes de Mi Venida, el Mundo no había visto la Luz, salvo aquellos que se habían dejado guiar interiormente por Mi Santo Espíritu y aquellos que eran portavoces Míos ante sus hermanos, Mis profetas.

La humanidad siempre ha tenido una gran diversidad de criterios, porque cada uno se guía según sus conveniencias y por ello se han formado multitud de pensamientos que han llevado a la humanidad, en sus diferentes etapas, a caminar en el error.

Por vuestra soberbia y por vuestras conveniencias humanas, habéis creado religiones, sectas, grupos “religiosos”, según vuestras humanas intenciones, pero siempre manipulando Mis Verdades a vuestro antojo. En la gran mayoría de los casos, estas conveniencias han sido aconsejadas por susurros del demonio, los cuáles os han engañado a tal grado de que os hacen creer que estáis haciendo un bien, cuando en realidad estáis viviendo en un mal.

La integridad en el hombre no se va a dar sino hasta que comprendáis y viváis Mis Preceptos, Mis Verdades de Salvación.

Al ver como la humanidad estaba envuelta en el error, sumergida en la maldad, doblegadas por las falsas promesas que el demonio hacía a los pueblos que le eran fieles, llevando a cabo todo el mal que él les pedía, el Corazón de Mi Padre se enterneció y Me envió a Mi, a Su Unico Hijo, para traeros la Luz de la Salvación y, sobre todo, para traeros la Vida misma de Mi Padre Dios, para que, al conocerla, pudiérais compararla con el mal que os había enseñado Mi enemigo.

Antes de Mi Venida, los pueblos de la antigüedad vivían, cada uno, según lo que el maligno les enseñaba y con éstas “enseñanzas”, los manipulaba, en diferentes formas, para causarNos dolor, usándolos como instrumentos del mal.

¿Acaso no sufre más un padre, cuando es su propio hijo el que lo ataca en lo que más le duele ó cuando lo traiciona? Cuando alguien mete ideas falsas contra los padres de uno, los padres sufren más el ataque feo y directo de un ser de su propia carne y sangre, que de aquellos que no pertenecen a su familia. Así, el maligno, a través de las falsas ideas que inculcó en los pueblos antiguos, os puso en Nuestra contra, dañando sobremanera a Nuestro Amor Paternal y Filiar, por ello, Mi Presencia en la Tierra, marca el fin de tanta maldad difundida por el demonio, pero la lucha por llevaros a la Verdad, Me sigue costando mucho.

Seguís siendo un pueblo testarudo e infiel, porque seguís vuestros instintos y no seguís a vuestro corazón, donde Yo habito. Queréis seguir siendo pueblo del mal, abusando de Mi Paciencia y de Mi Bondad. Queréis seguir blasfemando a vuestro Dios, a pesar de haber ya obtenido de Mí, la guía de la Perfección Divina. Queréis seguir actuando como niños malcriados y rebeldes, lo cuál sólo os llevará a una cosa, a tropezar y caer, caída que os puede llevar a la muerte eterna.

Yo os vine a dar el Conocimiento Divino para unificar a todos los criterios humanos. Yo, como hermano vuestro e Hijo de un mismo Padre con vosotros, vine como Mensajero de Luz, como Maestro para enseñaros la Verdad y como Ejemplo de lo que se vive en el Cielo. Me dí en totalidad y Me sigo dando en la Eucaristía y vivo en aquellos que así Me lo permiten, pero queréis seguir atacando por consejos del mal, a todo lo que de vuestro Padre proviene.

Mi misma Iglesia ha sido fuertemente afectada. El mal y el error se han introducido en ella y han sido difundidos por los “judas” de estos tiempos, pero no temáis, que la Luz pronto se ha de manifestar para poner, nuevamente, todo en su lugar.

He escuchado los lamentos de aquellos que, realmente, se han mostrado como hijos de Mi Padre, hermanos Míos y fieles seguidores de Mi Iglesia y por su intercesión, pronto el cambio se dará.

Gracias os doy a todos aquellos, pequeños Cristos, que se han dejado mover por la Voluntad de Mi Padre y han tratado de seguir, lo mejor posible, los Decretos, Leyes y el Amor que Yo os enseñé.

La unidad de los criterios humanos pronto se dará, porque Mi Santo Espíritu así lo promoverá, al mostrar en los corazones de todo ser sobre la Tierra, la Verdad que Yo vine a enseñaros y que pocos la aceptaron sin dudar.

La Verdad es una y los criterios humanos no podrán contra ella, porque éstos están basados en los consejos del mal y su promotor ya ha sido vencido desde antiguo y volverá a ser vencido, ante vuestros ojos, en breve.

Aún aquellos que han preferido al mundo y todo lo que en él hay, por Mi Misericordia también tendrán la oportunidad del arrepentimiento y de su salvación, porque Yo Me dí por todo, no sólo por los justos. Vine y sigo viniendo gracias a la intercesión de los que son Míos y siguen Mis Leyes, para la salvación de los pecadores, para ablandar y curar los corazones de aquellos enfermos que han seguido al mal.

Hijitos Míos, no dudéis nunca del Amor de vuestro Dios, de Su Misericordia, ni de Su Comprensión por los caídos en las garras del demonio, ya que el maligno es un ser limitado e infinitamente inferior a Mi Poder y a Mi Amor.

Aunque él os tenga aprisionados en sus garras, una mirada vuestra que implore Mi ayuda, os podrá salvar inmediatamente. Yo siempre estaré ahí y, es más, Yo mismo procuraré el que vosotros podáis encontrar la puerta de salida a vuestros problemas, aún en aquellos, aparentemente gravísimos, en los cuáles os haya aprisionado el maligno. El NO  tiene poder sobre Mí y Yo lo tengo en forma TOTAL sobre él, pero él sí afecta gravemente Mi Corazón cuando os utiliza para ir en contra de Mi Amor y, si vosotros concientemente lo aceptáis para dañarMe, vuestro fin será el mismo que él tuvo, el castigo eterno.

Pedid intensamente por ésta unidad de criterios en Mis Leyes y en Mi Amor, para que, por fin, podáis vivir como lo que sois, Mi Pueblo Elegido, como Mi Pueblo Santo y seamos así, un solo pueblo bajo la guía amorosa del Pastor por excelencia, vuestro Jesús, vuestro Dios.

Yo os bendigo en el Santo Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Amor Infinito del Espíritu Santo.