Mensaje de Dios  Padre a J.V.
Habla Dios Padre,
 
Sobre: El Poder de la Oración.
Hoy, hijitos Míos, os quiero nuevamente recordar el  poder de la oración.
Vosotros os movéis en un mundo físico, tangible,  material. En un mundo lleno de error e irrealidad por causa del mal que se ha  difundido a todos niveles. Confiáis ahora en las cosas que tocáis, que sentís,  que vivís en vuestro cuerpo. Podéis observar las potencias negativas que ha  creado el hombre para destruirse mutuamente; tenéis armas para destruir al mundo  en breves minutos. Toda ésa sabiduría, toda ésa tecnología, que pudieron  haberse utilizado para el bienestar humano, fueron puestas en manos de Mi  enemigo para que fuerais aconsejados por él, para obtener vuestra propia  destrucción.
Que  paradoja hijitos Míos, os doy capacidades e inteligencia para crearos  bienestar. Os doy leyes de Amor y un Mundo que os pudiera proveer de todo para  vivir como hermanos, en paz y caridad mutuas y en lugar de buscar ésa vida de  amor y alegría, al vivir en Mi Corazón y siguiendo Mis Preceptos, preferís  vuestra propia destrucción, vuestro malestar cotidiano, vuestra inseguridad de  vida, vuestra desconfianza, aún de los que os rodean.
Cuánta  ambigüedad, Me pedís bienestar y ayuda y producís maldad y desprecio, tanto  para Conmigo cómo para con vuestros hermanos. Habéis perdido ésa comunicación  Conmigo y sólo la buscáis cuando algo os falta.
La Oración,  comunicación divina del alma con su Dios, la habéis olvidado, la habéis  limitado a monólogo de petición exigente. La utilizáis sólo en casos urgentes ó  muy necesitados, pero que tan pronto obtenéis Mi ayuda, os olvidáis nuevamente  de usarla, incluyendo el agradecerMe el favor obtenido de ése momento urgente.
En vuestro  mundo físico estáis acostumbrados a observar las potencias de la Naturaleza,  potencias destructivas, a veces equiparables a las que el hombre, con sus armas  mortíferas, puede producir. Os asombráis y tembláis ante la posibilidad de que  un país “potencia”, utilice sus armas contra otra “potencia” ó pueblo. Teméis a  ése poder destructivo el cuál se ha hecho realidad. Los grandes pueblos que  poseen ésas armas se miden con sus oponentes, se hacen competencia a ver quién  crea el arma más destructiva, para poder sojuzgar a toda la humanidad y que se  le “respete” por temor.
Cuánto mal  hay hijitos Míos, en vuestra mente y en vuestro corazón. Yo, vuestro Dios, el  Omnipotente, el Creador de TODO cuanto existe y que Mis Poderes son  inmensamente superiores a vuestras más temibles armas mortíferas, Yo, en la  persona de Mi Hijo Jesucristo, a pesar de todo Mi Poder y Omnipotencia, Me  mostré humilde y sencillo, 
nunca hice alarde de fuerza ni de Mi Poder  Absoluto para tratar de sojuzgaros. Los fariseos así creían fuera el Mesías y  Me presenté pequeño, humilde y sin ningún deseo de derrocar a los poderosos y,  ¿sabéis por qué?, porque en la sencillez, en la humildad y en la pequeñez  radica la fuerza del ser. Porque es en los pequeños y agradecidos, porque es en  los que confían como niños en Su Padre, en los que se puede manifestar la Vida  del Padre, la Vida de Dios. Los que vivís para complacerLo, los que vivís para  llevar a cabo Sus Planes, es en ellos en los que se muestra Mi Poder. Cuando  aprendéis a trascender de vuestra carnalidad a vuestra espiritualidad, es  entonces que aprendéis a vivir en el verdadero Mundo, en el Mundo del Amor, en  el cuál se muestra todo Mi Poder. Son las almas sencillas, humildes, donadas  totalmente a Mis Intereses, las que Me pueden “arrancar” favores inmensos para  todos vosotros, Cuántas veces no os he hecho saber lo que un alma humilde ha  obtenido en Gracias para todos vosotros. El alma sencilla, a través de la  oración, puede conseguir de Mi todo lo que deseé. El poder de la oración en un  alma pura, en un alma deseosa que Mi Voluntad se vuelque en ella, puede hacer  que viva a la par Conmigo. Me conoce y conoce Mis Intereses. Vive para  agradarMe e intercede ante vosotros para obtener  innumerables Gracias y Bendiciones para  obtener la paz de los pueblos y la salvación de las almas. Un alma orante es un  alma que vive al unísono con Mi Amor. Un alma orante vive para alegrarMe,  redimiendo almas al vivir unida a los Méritos de Mi Hijo. Un alma orante ve por  Mis intereses antes que a los propios y en ella Me puedo mostrar a los demás, física  y espiritualmente, a través de múltiples manifestaciones de Mi Poder que obro  en ellas. Un alma orante es pararrayos entre el Cielo y la Tierra. Puede  detener Mi Justa Justicia debido a su donación tan excelsa y puede conseguir  bendiciones por su donación total, al grado que se vuelve otro Cristo entre  vosotros. Un alma orante es un regalo que Yo, vuestro Dios, concedo a vosotros,  Mis hijitos, de tiempo en tiempo, para mostraros Mi Misericordia y para  llenaros de bendiciones.
Así os  podéis dar fácilmente cuenta de lo que la oración, en manos de un alma  escogida, puede hacer. Todos vosotros tenéis ésa capacidad de ser almas orantes  y si os unierais todos, en pocos minutos podríais destruir el mal que os  envuelve, el mal que os está sojuzgando, el mal que ya no os deja vivir en la  paz y en el amor en el que fuisteis pensados por Mí en el Principio de los  Tiempos.
Vosotros  tenéis el remedio en vuestra voluntad. Si escogéis ser Míos, contáis con todo  Mi Poder Omnipotente, infinitamente superior a las fuerzas humanas y a las del  maligno; pero si escogéis ser propiedad del mal, su limitado poder os seguirá  sojuzgando y llevándoos a vuestra propia destrucción, destrucción espiritual y  destrucción física.
¡Abrid los  ojos del alma hijitos Míos! Ya no veáis vuestras conveniencias carnales, sois  espíritu y vida, porque Yo Soy Espíritu y Vida y ésa es vuestra herencia, el  Reino de los Cielos.
Vuestra  alma es la que va a trascender, es la que va a tener vida ó muerte eterna, vida  ó muerte 
espiritual. Vuestro cuerpo es sólo envoltura limitada que  volverá al polvo de donde fue creado. Deberéis buscar, afanosamente, el conocer  a dónde y cómo llegaréis al final de vuestra existencia en la Tierra.
Vuestra  existencia en la Tierra es un momento del tiempo del alma, la cuál, viviendo en  la Eternidad, entra a tomar parte del tiempo creado por Mí, para vuestra  Redención y al volver a Mí, regresáis a la Eternidad de las almas. Esa  insignificancia de tiempo que vosotros ahora lo véis como años, meses ó días de  existencia en la Tierra para cumplir una misión, al cumplirla exitosamente, os  dará una Eternidad futura de mucho más gloria que la que teníais antes de bajar  al donaros para servirMe para la salvación de vuestros hermanos.
Así como Mi  Hijo Jesucristo, al entrar al tiempo y dejaros Mis Enseñanzas, la principal  enseñanza que os dejó fue la de que TODA Su Vida fue una continua oración por  la salvación de todas las almas, pasadas, presentes y futuras. Os mostró cómo  la oración se vuelve unión íntima al compartir todo momento Conmigo: Todos Sus  momentos, todas Sus alegrías y logros estaban dirigidos a Mí. Todos Sus  dolores, pesares y preocupaciones por vuestra salvación, estaban en íntima  comunicación Conmigo y en Mis Necesidades, para obteneros verdadera Vida a  todos vosotros. Aún Su Pasión y Muerte, estaban llenas de Vida por vosotros. Su  oración era Vida, intercesión, disculpa para todos vosotros y para todos los  tiempos.
Esto es lo  que debéis aprender de Mi Hijo, hacer vida de oración durante vuestro paso por  la Tierra. Uníos a El, para que El viva en vosotros y pueda conseguir 
todo a través de vosotros. Aprended en la humildad que 
El vivió. Aprended de  El en la donación de Su Ser que tuvo para cada uno de vosotros y que aún la  tiene en aquellos en los cuáles Lo dejan vivir en su corazón.
Haced vida  de oración para que así pueda Yo Ser en vosotros y vosotros en Mi y que de Mi  podáis tomar todo lo que queráis dar a las almas de vuestros hermanos para  alcanzar su salvación eterna.
Hijitos  Míos, tenéis en vuestro corazón un arma más, mucho más poderosa que la más  poderosa de las amas mortíferas y destructivas construidas en la Tierra, Me  tenéis a Mi, tenéis el poder del AMOR y, cómo os lo he dicho antes, el poder  del amor es el que mueve a TODO EL UNIVERSO y, así como el Universo es  ilimitado, así de ilimitado es el poder de la oración en el amor. Usadlo,  hijitos Míos, vividlo para vuestros hermanos y así modificaréis los corazones  endurecidos por el mal y cambiaréis la faz de la Tierra.
Mi Amor  sólo os puede traer Paz y Bienestar, Vida y Fraternidad a todos los pueblos.  ¿Acaso no queréis esto ó preferís la zozobra, la destrucción y el temor  constante en el que vivís?
Profundizad  en la oración y encontraréis Mi Reino en vosotros, un Reino que no os imagináis  ahora y que realmente existe en vosotros.
Empezad,  tratad, pedidle a Mi Hija, la Siempre Virgen María, os guíe a alcanzar ésa  profundidad en la oración y así Me encontraréis en vuestro interior. Dad el  primer paso y Yo os abriré el camino del Amor; camino infinito y bellísimo, el  cuál gozaréis y Me agradeceréis al obtenerlo y todo eso lo lograréis, gracias  al Poder de la Oración.
Yo os  bendigo en Mi Santísimo Nombre, en el de Mi Hijo, Salvador y Redentor del Mundo  y en el del Amor Infinito de Mi Santo Espíritu.