Mayo 03_99 La Docilidad.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: La Docilidad.

Hijitos Míos, hoy os quiero hablar sobre la docilidad. La docilidad es una virtud que concedo a Mis elegidos y a todos los que son Míos. En la docilidad Yo Me recreo, porque Me dejan actuar libremente. Es la virtud con la cual Yo puedo hacer avanzar a un alma hacia su perfección y a la de sus semejantes ya que no ponen trabas, ni preguntan el porqué, el para qué, el cómo, etc. Yo puedo actuar según Mi Santa Sabiduría en ellas. Estas almas dóciles se dejan mover como niños pequeñitos, por eso Mi Hijo Jesucristo os lo decía, “Sed como niños”. El niño confía a ciegas en sus padres, tienen puesta su confianza plenamente en ellos porque saben que sus padres siempre los van a guiar a caminos seguros y de ellos saben que recibirán lo que necesitan en su temprana edad. El niño intuye la bondad de sus semejantes.

Gracias a la docilidad se pudo dar la Salvación del género humano. Primeramente a la docilidad de Mi Hija, la Siempre Virgen María, sin Su docilidad, sin Su Fiat, sin Su aceptación confiada y libre la Redención no se hubiera podido haber dado, o cuando menos, se hubiera retrasado. Ella, en total sumisión y docilidad, aceptando Mi Voluntad en una donación libre y amorosa, acepta Mi Proposición hecha a Ella a través de Mi Arcángel Gabriel. Su turbación es la turbación de los santos, al sentirse pequeña, al sentirse una nada ante la Majestad y Deseo de Su Dios. Aún sabiendo las consecuencias que se iban a suceder por Su Fiat, por Su Sí, Ella acepta y comprende lo que para Mí significaba éste acto de Su voluntad. Yo dependía de Ella para que Mi Segunda Persona se pudiera manifestar entre vosotros y respondió como los santos suelen responder.

El segundo gran ejemplo de docilidad se dá en Mi Hijo, en Quién pongo todo Mi Poder y Mis Necesidades de Redención. Dócil y humildemente, Mi Hijo Jesucristo acata Mis Órdenes de Amor. Dócilmente se deja llevar por Mi Guía y siempre respondiendo a los de Su época, “Yo hago las cosas de Mi Padre”. Siempre dócil, siempre fiel, siempre humilde.

La humildad y la docilidad van íntimamente unidas, porque el alma que vive la docilidad sabe perfectamente que todo lo que sucede en la vida de cada persona está guiada por Mi Sabia Voluntad y así, en perfecta humildad, se deja llevar por Mí, aceptando y sabiéndose pequeña e imperfecta.

NADA, en vuestras vidas, ni en el Mundo entero, ni en el Universo entero, sucede por casualidad. Todo está ordenado en la Perfección de Mi Sabiduría y ella se puede manifestar plenamente en la docilidad.

Mis Santos han confiado aunque al principio hayan dudado. Ésas pruebas primarias los hacen recapacitar, los purifican y los vuelven dóciles a Mi Gracia.

El mismo Pedro, Mi apóstol cabeza, fue rebelde, tuvo la prueba que le hizo reflexionar a Quién había negado y esto le sirvió para después darse en totalidad, dócilmente, hasta dar su vida por Mi Hijo Jesucristo.

Cuando la Sabiduría os permite vislumbrar el horizonte de Amor que se os perfila en vuestro futuro al aceptar Mi Voluntad en vosotros, es cuando el alma responde y se suelta a Mí como bebé protegido por los brazos fuertes y amorosos de sus padres.

Cuando el alma se toma momentos para reflexionar sobre Mi Existencia en vosotros, en vuestras vidas, en la misión encomendada a cada uno de vosotros, cuando el alma se da cuenta de los regalos espirituales que Yo os he dado a lo largo de vuestra vida para que podáis recordar el porqué de vuestra estancia en la Tierra, es cuando el alma encuentra su camino en Mí, pero para que se dé éste maravilloso momento, el alma tiene que hacer una parada en su vida y es ahí en donde, ayudados por vosotros mismos porque Yo no puedo forzaros, Yo puedo daros un tiempo de reflexión profunda y, aunque para algunos éste tiempo se vea como una desgracia en su vida; el alma lo acepta y lo agradece, de aquí que se os den tiempos de enfermedad, tiempo en la cárcel, un tiempo sin trabajo, un tiempo de aparente vacío espiritual. Es en éstos momentos en los cuáles las almas deseosas de encontrar un porqué a sus vidas y Me han pedido ayuda con total confianza, Yo les otorgo éste tiempo que a la larga Me agradecerán porque os dirán que fue el tiempo en el cuál Me encontraron, fue el tiempo en el cuál encontraron el porqué de su existencia, fue el tiempo en el cuál Mis Gracias y Bendiciones fueron mejor aceptadas.

La docilidad no puede darse en aquellas almas que no saben ser sumisas, las que quieren tener siempre la razón, las que quieren dominar a como dé lugar ó las que usan la fuerza, tanto física como de la voluntad, para humillar y pisotear a sus semejantes. Las almas rebeldes siempre estarán buscando pretextos para no soltarse a Mi Voluntad. Siempre se estarán quejando de que todo les sale mal y que Yo no las bendigo en ninguna forma, sin darse cuenta que aún, a pesar de su separación a Mi Voluntad, reciben a diario innumerables bendiciones, como el don de la vida, el alimento, las ocasiones que les doy para que regresen a Mí a través de la humildad y docilidad que con su ejemplo les dan las personas a las que pisotean y humillan.

Las almas rebeldes detienen Mi obra de Salvación porque no dan fruto, no lo dan, porque así como el alma dócil es humilde, la rebelde es soberbia y el alma soberbia no acepta crecimiento, porque “lo sabe todo” y no dá porque los demás no son capaces ni dignos de ser enseñados por ellos. El alma rebelde y soberbia no puede entrar así en el Reino de los Cielos, porque son almas llenas de conflictos los cuáles producen pleitos ó guerras ó muerte espiritual y en Mi Reino se vive lo contrario, paz, crecimiento en la ayuda mutua, amor, unión en Mi Amor. El alma rebelde emula a Mi adversario al no acatar Mi Voluntad, ya que quienes la acatan sólo viven para agradar a su Creador.

El maligno se volvió rebelde por soberbia y por su falta de docilidad. No quiso acatar libremente Mis deseos de unión y de Amor fraternos. El quiso apartarse de Mis Leyes Perfectas, he hizo su voluntad y no supo distinguir entre su pequeñez y Mi Omnipotencia. Se quiso poner sobre Mí, Su Dios y Creador y su soberbia y altivez lo destruyeron.

Otro de Mis grandes ejemplos de docilidad, se dio en la persona de San José. Hombre justo a Mis Ojos, fiel y seguidor de Mi Palabra y de Mi Voluntad.
Acató todas Mis Ordenes sin pensarlas, aunque a ojos humanos no fuera crediticio lo que se estaba llevando a cabo, como la Concepción Inmaculada en Mi Hija María. La Ley de Moisés ordenaba lapidación a la mujer adúltera, José a pesar de su gran celo a la Palabra dada por Mis Profetas, acata Mi Voluntad transmitida a él por Mi Ángel durante su sueño. No se preguntó si fue real ó no el sueño, simplemente lo aceptó con docilidad y humildad. Así transcurrió su vida, sin entender mucho de lo que pasaba en su familia santa, él aceptaba dócilmente lo que sucedía, porque se vivía la santidad de Mi Hijo y la de María, la palpaba, la aceptaba y con ésa humildad él crecía en Gracia.

El alma dócil y humilde puede alcanzar niveles de sabiduría que no se dan en los “grandes sabios”, puesto que éstos viven confiados en sus dones particulares, los cuáles, aunque Yo los he puesto para que fructifiquen, ellos no los dejan fructificar por su soberbia y su falta de relación para Conmigo. NO Me preguntan nada, acuden a los conocimientos dados a otros de sus semejantes y no recurren a la fuerza viva de Mi Santo Espíritu, Quién habita internamente en vosotros, para ser guiados, en humildad, hasta escalas imposibles de alcanzar por voluntad y capacidad humana. Mi Sabiduría Divina se da a los pequeños, a los sencillos, a los poco educados en las ciencias humanas, pero que se han donado en total docilidad a Mis Designios Divinos, a Mi Voluntad. Crece más, en todos sentidos, un alma dócil y humilde que un alma rebelde y soberbia. Para la primera Yo Soy su Padre, Su Creador, su Fuente Viva de Sabiduría y Salvación. Para la segunda, Soy molestia, carga de obligaciones, duda de Mi existencia, Soy producto e invento de la Iglesia para limitarlos, limitante de su libertad. El alma dócil y humilde se siente libre en Mí, vuela libremente en Mi Gracia. No siente en ningún momento limitantes, puesto que al darse a Mí, se le abre todo un Universo entero de expansión espiritual. El alma dócil y humilde aprende a ver con Mis Ojos y con Mi Voluntad a toda la Creación y aprende a gozar en Mi Amor, desde las cosas más pequeñas, hasta las más grandes e inimaginables del Universo. Goza todo, ama todo y con ello se desarrolla en totalidad con Mi Ser Divino. Encuentra su vida, su Cielo, su fin, en Mí, su Dios y Creador.

Hijitos Míos, deseo de todo corazón que os acerquéis a Mí en total confianza y donación, porque los que saldréis ganando seréis vosotros mismos y así ganaréis Mis Regalos infinitos, al unir vuestra voluntad a la Mía, con docilidad y humildad, como muchos de vuestros hermanos lo hicieron, que ahora viven en Mi Reino y gozan Conmigo por toda la Eternidad. Yo os bendigo y que Mi Santo Espíritu os indique, en lahumildad y docilidad de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Siempre Virgen María, vuestro camino de retorno a Mi Casa Paterna.