Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
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Habla La Santísima Virgen María.
(Lenguas)
Visión: Veo a la Santísima Virgen sentada en un trono, con Ángeles a Su alrededor.
Hijitos Míos, a pesar de que los tiempos son difíciles veo, en vuestro corazón, el deseo grande de que todo vuelva al bien. Se os ha dicho que al mal no se le ataca con el mal, al mal se le ataca con el bien y, quizá, ustedes mismos no se han dado cuenta de ello, pero al vivir deseando el bien, van destruyendo esa maldad que cunde a través de vosotros, porque, en vuestras pláticas, en reuniones, vosotros no habláis del mal que os rodea, sino del Bien, que ha de venir, de las Promesas de Mi Hijo, de las Promesas (Lenguas) de Mi Padre y Señor Mío, vuestro Dios Creador. Son Promesas que debéis llevar en vuestro corazón: Promesas de Amor, Promesas de Paz, Promesas de crecimiento espiritual, Promesas de realidades que han de venir, pero que vosotros debéis transmitir y, llevar a todos aquellos que estén a vuestro alrededor.
Cuando oigáis hablar de un mal, inmediatamente, Mis pequeños, cambiad a un bien, esa es vuestra misión real en estos tiempos, ir combatiendo la maldad con el bien que os vino a enseñar Mi Hijo Jesucristo entre vosotros. Él no habló de males, Él os vino a enseñar un Nuevo Mundo de Amor, de Paz, de vida espiritual que os enseñó y que vivió entre vosotros. Eso es lo que va destruyendo el mal que ahora vivís y debéis estar atentos a ello, Mis pequeños, no transmitáis maldad de ninguna forma, transmitid bien, transmitid bondad, cuidad a vuestros hermanos, mostrándoles que se puede vivir en el bien, a pesar del mal que se vive a vuestro alrededory, el bien que vosotros enseñéis, se regresará a vosotros, y de esta forma, iréis afirmando y acrecentando las Verdades del Bien y el Amor que os vino a enseñar Mi Hijo Jesucristo.
Él nació en un pequeño pueblo, y ahora todo el mundo sabe de Él, si Él hubiera transmitido maldad, se hubiera diseminado, y se lo hubiera llevado el viento.
Él vino a enseñar el bien y permaneció en los corazones, porque todos vosotros deseáis, en algún momento, vivir en un bien y que podáis olvidaros de los problemas que existen en vuestra vida que, a veces, os agobian, pero cuando entráis en oración, que es el bien del que os estoy hablando, que debéis vivir y transmitir, ese bien que es la oración o el ejemplo de vuestra vida espiritual, inmediatamente termina con lo que os agobiaba.
Así pues, os pido que mantengáis esa vida espiritual, esa vida de amor, esa vida de bondad que os enseñó Mi Hijo y no transmitáis, os repito, nada, de aquello que se hable del mal, porque éste va tomando fuerza, porque es lo que ha atraído a satanás entre vosotros, y vosotros no os dais cuenta, pero el mal está en el viento, está alrededor de vosotros y si vosotros vais hablando de ese mal continuamente, iréis acrecentando el ma. Vivid de la otra forma que os indico, y veréis cómo el bien irá triunfando, irá destruyendo ese mal que os rodea, porque ese bien bajará del Cielo hacia vosotros, hacia vuestro alrededor, hacia donde deseéis vosotros que llegue el bien Divino.
Os bendigo, Mis pequeños, seguid adelante en oración, os bendigo a vosotros y a los vuestros; el tiempo, que ya no es tiempo, es corto, y se vendrán, ciertamente, cosas difíciles, pero vedlas del lado del bien y no del mal, porque se os ha dicho que satanás traerá más mal, y cuando él crea haber vencido al bien que trajo Mi Hijo, es cuando será vencido y eso, en parte, queda de parte de vosotros, porque vosotros transmitiréis ese bien que os enseñó Mi Hijo y que irá venciendo al mal que está cundiendo por todos lados y que satanás quiere que vosotros sufráis, primeramente, con las tensiones que se escuchan del “qué dirán”, en las personas, en los pueblos, en grupos y de esta forma, afecta a vuestra espiritualidad, a vuestra mentalidad, a vuestro organismo y así, satanás os ataca de múltiples formas con el mal, que aunque no os está haciendo, prácticamente, daño físico, sí os hace daño espiritual, moral, psicológico, por eso, repito, destruid el mal que hay a vuestro alrededor y cambiadlo por el bien, con la Esperanza firme, de que el bien viene ya, que Mi Hijo regresa, que Mi Hijo, con Su Amor, que vive en vosotros, lo irá venciendo, y que Yo, en un momento dado, llegaré, también, a pisarle la cabeza y vencerlo.
No os desaniméis, el bien de vuestro Padre Dios, el bien de Mi Hijo, el bien de Mi Esposo el Espíritu Santo esté en vosotros y quede en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.