Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, Yo Soy la Luz, la Verdadera Luz que ha de llegar hacia vosotros; os atravesaré perfectamente, llenándoos de Mi Luz.
Ciertamente, aquellos corazones, aquellas almas, aquellos hijos Míos, que permitan que Mi Luz os llene, os purifique, os santifique, seréis almas de las Mías, los escogidos, los que han de mantenerse preservando Mi Herencia, la Herencia que os dejé después de haber vivido un tiempo en la Tierra, dejando Mi Conocimiento Divino, Mis Experiencias Divinas, Mis Dolores Purificadores, Mi Santidad Divina, para que todos aquellas que quisieran tomarla, también, llegaran a esa Santidad a la que estáis llamados, Mis pequeños.
Ciertamente, Mi Luz, que atravesará todos los corazones sobre la Tierra, en algunos, no pasará, estáis tan cerrados a la Gracia, que vuestro interior, vuestro corazón, vuestro ser, está opaco, negro, Mi Luz no llega a daros Luz, porque preferís quedaros como estáis ahora, en la obscuridad, en esa negrura de pecado, de maldad, de error.
No habrá pretexto para las almas Mi Luz llegará a todos, todos vosotros, porque todos fuisteis creados en el Amor, para dar amor a vuestros hermanos y que ese amor regresara al Reino de los Cielos, como escrito está, en las Sagradas Escrituras, que el agua, la lluvia no regresa al Cielo si no da fruto y vosotros, a todos vosotros, que no dejan que Mi Luz os penetre, os purifique, os santifique, si no dejáis que Mi Luz, en vosotros dé fruto, vivís en el error y eso os costará dolor eterno.
Yo Soy vuestro Dios, Yo Soy vuestro Creador, vuestro Salvador, la Divina Luz, que llegando a cada uno de vosotros, dais diferentes frutos. Los que Me buscáis, alegres estaréis de Mi Presencia plena en vosotros. Ciertamente, sentiréis pena, vergüenza de quedar expuestos ante Mi Luz Divina, Pureza Divina. Vosotros, los que estáis Conmigo sentiréis esa vergüenza espiritual, porque sabéis que habéis pecado, aunque sean pecados que les llamáis leves, pero, Yo no puedo vivir donde hay pecado, pero, sé perdonar y lo hago de corazón, cuando así Me lo pedís, y Mi Luz os hace irradiar plenamente cuando esto sucede.
En cambio, aquellos que vivís en la obscuridad, no permitís que Mi Luz os cubra, os llene de Mis Bendiciones. No hay remordimiento en estas almas, no desean agradarMe, a pesar de todo lo que Yo he hecho por vosotros, no desean vivir en el Amor, y menos querer dar amor, puesto que no lo tienen. Éstas son almas que han despreciado su vida, que han despreciado Mis Cuidados, Mi Donación, Mis Conocimientos Divinos, son almas que quieren vivir, si se pudiera decir así, vivir en el error, porque, realmente, viven en la maldad, causando maldades extremas, dolores, llantos, muertes y, ciertamente, estas almas que no permiten que Mi Luz les llegue, les purifique, si no quieren estar Conmigo, porque el Reino de los Cielos es Luz, ellos ya han escogido obscuridad, desechan Mi Luz, Mis Verdades, Mi Amor, Mis deseos grandes de vivir plenamente en Mí. ¡Cómo Me duelen estas almas que desprecian todo lo que Yo he hecho por ellas! Almas a las cuales se les dio Vida para que hicieran el bien, y prefirieron vivir en el mal.
Estos son tiempos de eliminar de la Tierra, y del Universo entero, a estas almas obscuras, a estas almas que no permiten que Mi Luz las toque, que no permiten que Yo penetre en ellas, las haga razonar, porque las amo, y ni aun así quieren cambiar.
Todos, todos vosotros tendréis esa Luz que vendrá, os cubrirá, penetrará en vosotros; los que estáis Conmigo, llorareis de Amor, porque Mi Luz es puro Amor. Gozaréis ese Amor tan grande, ese Amor que os ama tanto, ese Amor que os ha cuidado tanto y alegre está que seáis reflejo del Amor. Tendréis vuestro regalo: seréis los escogidos para una nueva generación. ¡Ay! de aquellos que han servido al mal, que han obscurecido sus almas, sus pensamientos, sus acciones, no se puede vivir junto a esas almas, porque todo lo quieren transformar en obscuridad, en negatividad, en muerte, en error y, por eso, serán apartadas de la Tierra y del Universo entero, irán a donde está su amo: satanás, el señor de la obscuridad.
Alegraos, pues, Mis pequeños, los que sí Me entendéis lo que os explico, los que sí esperáis, con gran fervor que se dé ya ésta purificación, que ya queréis, ciertamente, sufrir amorosamente la purificación, para quedar limpios ante Mi Presencia, para que conviváis con vuestros hermanos que estarán en la misma sintonía que vosotros. Almas amorosas, almas santas, almas bellas, almas que adoran Mi Santísima Trinidad, almas que quieren hacer todo lo posible por agradarMe; almas que buscan un grado de perfección cada vez mayor, porque saben que fueron creadas para ello y, al crecer en el Amor, en la perfección de Mi Amor, Yo Me alegro en ellas, porque han preferido Mi Presencia en ellas, y han despreciado, desechado, odiado la obscuridad malvada, destructora de satanás.
Vuestro momento llegará, Mis pequeños, Mi Promesa se dará, vuestra alegría será premiada.
Manteneos pues, en esa alegría, orad, para que aquellos que todavía tienen dudas en su corazón, que todavía hay negrura en su corazón, pero no en totalidad, puedan aceptar que Yo las invada plenamente y que gocen en plenitud Mi Amor, os lo pido, Mis pequeños, son vuestros hermanos, son Mis hijos, pertenecen al Cielo, así como ya vosotros, también, pertenecéis al Cielo. De antemano, las gracias os doy, Mis pequeños, porque estáis Conmigo y aceptáis lo que Yo os pido.
Gracias, Mis pequeños.