Rosario – Mensaje ÚNICO
.
===============================
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
===============================
.
Habla Nuestro Señor Jesucristo.
J.V. dice: Veo a Dios, Nuestro Señor en Su Trono, a lo lejos, y salen de Él, rayos de Luz, como si fueran estrellas, y salen como disparados esos rayos de Luz continuamente de Su Presencia.
Sí, hijitos Míos, Soy vuestro Dios, pero hay tantos que Me quieren negar, y les demostraré a todos aquellos que Me quieren negar, que estoy Vivo y que veréis Mi Fuerza Poderosa contra la maldad que no queréis detener que salga de vuestro ser. Satanás quiere seguir viviendo en vosotros y vosotros, no queréis vivir según Mi Amor, según todo aquello que os enseñé, para que fuerais ejemplo para las Naciones, para el Mundo entero, para el Universo entero.
Os he anunciado y profetizado lo que se ha de venir. La lucha será tremenda, y es cuando muchos de vosotros entenderéis el error en el que estabais viviendo, pero otros no, porque se mantendrán en esa maldad, (J. V. empieza a hablar en Lenguas…), esa maldad que absorbieron, que gustaron y la trabajaron, y, al hacerlo, fueron en contra de Mis Designios de Amor, de Paz, de bienestar entre vosotros.
Vosotros, que sois diferentes pueblos, que pertenecéis a diferentes culturas, vosotros que no os queréis unir, porque todavía os creéis unos mejores que otros, porque juzgáis a nivel humano y no a nivel Divino, seguís viviendo en el momento de la Torre de Babel, cuando os separasteis unos de otros, porque Me retasteis, a Mí, vuestro Creador, y os creísteis mejores que Yo, y quisisteis protegeros contra Mí, vuestro Dios. No quisisteis pasar otro Diluvio, y por eso creasteis esa obra, que fue de destrucción para todos vosotros, que fue de separación, porque Me ofendisteis, porque os creísteis mejores.
Ciertamente, llegará el momento en que se unirán todas las lenguas, cuando, los escogidos busquen vivir eternamente en Mi Amor, y es cuando otra vez, se unirán las lenguas, se unirán los pueblos, seréis un solo rebaño y Yo seré vuestro Pastor.
El tiempo es corto para que se dé esto, Mis pequeños. Los que estáis Conmigo, esperáis grandes cambios benéficos para toda la Creación, y de eso, debéis estar contentos, porque los que habéis estado Conmigo, que habéis padecido los ataques de satanás, por seguirMe, por amarMe, por transmitirMe a vuestros hermanos, ansiosos estáis en que ya se venga ese cambio y os sigo pidiendo que Me llaméis, que esperéis Mi Regreso, que esperéis ya el cambio que se ha de dar. Escucharé vuestros gritos, diciendo: “¡Ven, Señor Jesús!”, saliendo de vuestro corazón, un grito de amor, un grito de Esperanza, un grito que ha de llegar a Mi Corazón, Me apiadaré de vosotros, porque Soy vuestro Dios, porque os amo y quiero ver nuevamente Mi pueblo, como lo prometí en la antigüedad al pueblo judío, cuando Me escogieron, cuando les dije: vosotros seréis Mi pueblo y Yo seré vuestro Dios, y esta es la Promesa y se dará.
Mis pequeños, no estéis tristes por los acontecimientos que veáis a vuestro alrededor, y os lo he dicho y os lo he repetido varias veces, que os centrarais y mantuvierais vuestra Esperanza durante todos estos acontecimientos que se han de dar; la Esperanza de que todo esto va a cambiar, que todo va a ser benéfico, y que por vosotros, los que habéis luchado por el Bien, se ha de dar. Veréis los Nuevos Cielos, las Nuevas Tierras, veréis el Amor Verdadero que muchos lleváis en vuestro corazón, pero que en ese momento, ese Amor se multiplicará y gozaréis entre hermanos, lo que es el Verdadero Amor entre los hombres.
Mis pequeños, un beso Me entregó a los romanos, a los malvados, un beso de un traidor: Judas; ese beso dio el principio a vuestra redención y vendrá después, un Beso para los que levantaréis, nuevamente, el nuevo pueblo, Yo estaré entre vosotros, Mi Beso llegará a cada uno de vosotros, por haber sido fieles a Mí, a vuestro Dios y Salvador, ya no se hablará de maldades, se hablará de Mi Amor, de Mis Enseñanzas, de la Vida que Yo viví para que aprendierais a amar como verdaderamente se ama en el Reino de los Cielos.
Vosotros, los escogidos tendréis ese regalo, se apresurará el gozo de vivir en el Amor cuando tengáis y viváis las Nuevas Tierras, viviréis el amor terreno en Divino, y cuando termine vuestro tiempo en la Tierra, viviréis eternamente en el Amor Divino en el Reino de los Cielos.
Cuando el hombre Me es fiel, Yo, vuestro Dios, os lleno de regalos, porque no todas las almas han aceptado lo que Yo vine a daros y no os imagináis cómo Me duele esto, Mis pequeños, que a pesar de haberMe dado por todos vosotros, seguís desperdiciando infinidad de Gracias y Bendiciones, con las que podríais ya estar gozando, aquí en la Tierra y, como os dije, luego, eternamente, en el Reino de los Cielos.
¡Tanto Amor desperdiciado!, como Judas: vivió junto Conmigo, gozó el ver el Bien que Yo producía y el que daba al pueblo, sanándolo en cuerpo, en alma, y a pesar de haber convivido Conmigo, Me traicionó, no supo apreciar las Bondades de todo un Dios Encarnado por el Bien de la humanidad, y, desgraciadamente, en estos tiempos, hay muchos Judas, muchos, aún dentro de Mi misma Iglesia, que, a pesar de haber vivido, de haber gozado Mi Amor en Mis Palabras, en el Ejemplo, lo desprecian, desprecian todo lo Mío. Yo Soy un Juez Justo, y aquellos que no han querido aprovechar lo que todo un Dios, Salvador, Redentor y Maestro del Amor os dejó, padeceréis vuestro error eternamente. En cambio, Soy benevolente con los que sí aceptaron y vivieron y gozaron todo lo que Yo os traje del Reino de los Cielos.
Mucho bien habéis vivido, lo habéis tomado, lo habéis gozado, porque Yo, vuestro Dios, Me derramo sobre aquellos que Me aman, que Me buscan, que Me transmiten y por eso, gozan en sentirse hijos de Dios, hermanos de Jesucristo.
Falta poco, Mis pequeños, falta poco para que se den esos cambios fuertes, manteneos, Mis pequeños. OfrecedMe todo lo que ha de suceder en vuestras vidas, y como os dije, en algún momento, discúlpenMe si vosotros, los escogidos, también sufriréis esta purificación, pero será para vuestro bien, será para que vosotros seáis purificados y podáis entrar gozosos, limpios y amantes de la Promesa de que viviréis en esas nuevas tierras, en ese nuevo Cielo físico, terreno.
Gozad desde ahora Mi Promesa que gozaréis, agradecédMelo, Mis pequeños, luchasteis por ello y se os concederá. Soy vuestro Dios y Me duele que haya tantos que no lo reconozcan así.
Gracias, Mis pequeños.