Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
(Empieza a hablar en Lenguas…)
Hijitos Míos, Me di, Me di por todos vosotros, os di tanto. Vosotros no habéis querido aceptar que para la salvación de vuestras almas, tuve que sufrir, y os he repetido muchas veces, que el dolor es purificador y es salvador. Lo quise hacer así, para que vosotros os dierais cuenta que del dolor, que es algo natural en el hombre, por el Pecado Original, lo podríais tomar como llave de salvación, para muchas, muchas almas.
El dolor, como os he dicho, nunca lo vais a poder separar del amor y, por eso, realmente, el dolor ofrecido se vuelve amor, Mis pequeños, amor de salvación, amor para que vosotros os volváis esos Cristos, como os he dicho, de estos tiempos, ya finales, para que podáis tener los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas que han de darse.
Estáis viendo mucho dolor alrededor del Mundo, ¿acaso no os estáis dando cuenta que estáis viviendo lo que Yo viví en Mi Pasión? Fue un dolor grande, que es lo que está viviendo ahora el Mundo. Todos vosotros vais a tener que vivir un dolor grande, pero los que estáis Conmigo, vuestro dolor será menor, porque ya por el hecho de haber escogido Mi Camino, habéis sido ya, muchas veces, blasfemados, os han puesto en múltiples, dolorosas situaciones, en las cuales, vosotros sufrís, pero sabiendo que estáis Conmigo, Me ofrecéis vuestra vida, como Yo Me ofrecí a Mi Padre por vuestra salvación.
Estos son tiempos de salvación en gran magnitud, pero, desgraciadamente, no todas las almas están Conmigo y se desperdician muchas bendiciones de salvación para vuestros hermanos.
Yo, entre los hombres, sufrí con los dolores que los mismos hombres Me causaban, vosotros estáis sufriendo con los mismos dolores que el hombre os causa. Las tecnologías con las que os están haciendo sufrir, son comparables a lo que Yo sufría en aquél tiempo que los mismos hombres de poder Me causaban, y ahora, vosotros, los hombres de poder os están causando dolores y muertes por todos lados.
Estos son tiempos, como os digo, de salvación, no desperdiciéis todas esas oportunidades que os doy, Mis pequeños. Todos tendréis que sufrir en mayor o en menor forma, pero los que estáis Conmigo comprendéis perfectamente lo que Yo sufría en el Amor, y con eso sabéis que estaréis salvando muchas almas, como Yo lo hacía, y lo sigo haciendo en una forma incruenta.
No desfallezcáis, Mis pequeños, os he dicho que muchas almas se han de salvar por el ofrecimiento de vuestros dolores.Aquellos hombres que se están encargando de hacer sufrir al resto del Mundo, sufrirán eternamente de una forma inmensa, dolorosa, porque tampoco saben arrepentirse ni quieren arrepentirse de lo que hacen, porque son instrumentos de satanás. Pero orad, orad por ellos, porque la Gracia de Salvación que Yo derramé en aquél tiempo, es también para estos tiempos, benéfica para la salvación de las almas de todos vosotros.
AgradecedMe, pues, Mis pequeños, lo que Yo hice por vosotros en aquél tiempo y os agradezco a vosotros lo que estáis haciendo en estos tiempos. El dolor no cesará, pero ahora lo veréis de forma diferente. El dolor que antes era un dolor vano a ojos de muchos, ahora los dolores que tendréis, de múltiples formas, serán dolores de salvación y que os traerán a cada uno de vosotros, los que estáis Conmigo, muchas bendiciones, desde ahora y por siempre.
No os separéis de Mí, Mis pequeños, aun cuando más adoloridos estéis, recordad que solamente sufriréis por unos cuantos minutos u horas, en cambio, Yo he sufrido por siglos, y sigo sufriendo, ¿qué son vuestros minutos y horas, cuando Mis Dolores, os repito, han sido por siglos?, y son dolores fortísimos, porque Yo he tomado todos los pecados del mundo de todos los tiempos.
Esto es una realidad, Mis pequeños, la magnitud de los dolores que Me causáis, cada uno de vosotros, Me duelen inmensamente. Ahora, tratad, pues, Mis pequeños, de que vuestros dolores, además de que sean salvíficos, también Me vayan quitando a Mí, los dolores que Me habéis causado a lo largo de vuestra existencia.
Os agradezco desde ahora, Mis pequeños, los que entendéis estas Bendiciones que caen sobre vosotros, no las desperdiciéis, porque más tarde Me las agradeceréis, cuando regreséis ante Mi Presencia a ser juzgados y esas Bendiciones, vuestra donación, harán que la Balanza se vuelva a vuestro favor.
Gracias, Mis pequeños.