Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
Hijitos Míos, ¡cuán duro se ha puesto vuestro corazón! Os traje Amor del Cielo, os vine a reeducar, a quitar de vosotros, todo aquello con lo que satanás os había llevado al abismo, por vuestra forma de ser, por vuestra forma de actuar, con la destrucción física y espiritual con la que vivieron todos los pueblos antes de que llegara Yo a habitar entre vosotros.
Ciertamente, el mal reinaba en una forma tremenda: guerras por un lado y por el otro, pero aparezco Yo en la historia, vengo a ser Yo un parteaguas entre lo antiguo y lo nuevo. Conociendo lo antiguo, os vine a traer una forma de vivir en el Amor, en la Paz, en la concordia, pero aun así, rechazaron, la gran mayoría, todo lo que se os estaba dando para que vivierais como hijos de Dios, y os lo repito: como hijos de Dios. Ni siquiera los animales viven como vosotros vivís, ciertamente matan, porque tienen qué comer, pero vosotros matáis por gusto, vuestro corazón se ha endurecido tanto, que ya no os importa ver a vuestro hermano herido o muerto a vuestro lado o sufriente por tantas necesidades que tenéis, y más ahora, que se ha recrudecido todo a vuestro alrededor, por la maldad de vosotros mismos, que no queriendo cambiar, os habéis vuelto testigos de satanás, y esto suena muy mal, pero es la realidad, Mis pequeños.
Hace poco os dije que, si vuestros actos son de maldad, de odio, de destrucción, produciendo guerras, produciendo todo tipo de males a vuestro alrededor: hambrunas, destrucción de los pequeños antes de nacer, destrucción de todo lo que Mi Padre Dios creó para el bien vuestro; si sois así, sois testigos de satanás, y eso, os debiera preocupar mucho, porque el Cielo, el Cielo que Yo os vine a traer, no es para vosotros, acabaréis vuestras vidas haciendo el mal y sufriendo eternamente, con satanás, al que escogisteis para hacer vida con lo que él os enseñó, con el que hicisteis pacto, de diferentes formas. Cuando él os ofreció los bienes del mundo, a cambio de ser como él, el destructor, y cuando digo el destructor, es el que trata de destruir todo lo que viene de Mí, todo el Amor que os dejé, todo lo que es bello a vuestro alrededor, todo lo que tenéis, que se os dio para que gozarais de los bienes del Cielo hacia vosotros.
En cambio, si vivís en el Bien, si buscáis la Caridad para con vuestro prójimo, si buscáis ayudar a vuestro prójimo de múltiples formas, siempre dejando amor en vuestro actos, y que seréis llamados hijos de Dios por ello, pertenecéis al Cielo, Mis pequeños.
Y estas son las eternas luchas, y no queréis entender, no queréis cambiar; y vuestro premio, si vivisteis en el mal, os repito, el Infierno eterno os espera. Y los que estáis Conmigo, que habéis soportado los ataques de satanás, de múltiples formas, tratando él, que vosotros renunciarais a Mi Amor, a Mis Enseñanzas a la vida de Amor, de hermandad, de Pureza y Santidad, vosotros pertenecéis al Cielo.
Os he dicho que vinisteis, todos vosotros, a destruir la maldad de satanás, siguiendo lo que Yo os enseñé, pero la gran mayoría de vosotros, os dejasteis embaucar por las mentiras de satanás, y os volvisteis como él.
Cuando llegué a la Tierra, toda la maldad que se vivía, guerras, odios, veis ahora, que no les hicisteis caso a Mis Enseñanzas, y seguís igual o peor. Dos mil años han pasado y no habéis querido cambiar. Ya tuvisteis oportunidad de cambiar, y regresar este mundo, que se os dio para que lo cuidarais y que cuidarais a vuestro prójimo, y no lo hicisteis, por eso, estáis viviendo ya ésta purificación, en la cual, la gran mayoría de vosotros serán eliminados de la Tierra. Y esto Me duele inmensamente, Mis pequeños, hice todo lo posible para que reaccionarais y cambiarais, lo sigo haciendo. Mi Madre, la Siempre Virgen María, Me ayuda a buscar almas para su conversión, pero seguís en la terquedad de querer vivir en el pecado, en la maldad, en el odio, en el rencor, en las disputas tontas, que solamente os llevan a mantener un mal, que debisteis haber detenido desde un principio.
Guerras, sin una verdad final, simplemente, buscando lo superfluo, la vanidad y caísteis en el error, a donde os llevó satanás.
Seguiréis así, y como os dije, si os mantenéis en esta forma, os destruiréis una buena parte de la humanidad, aunados con los desastres naturales, pero vuestra destrucción, es eterna en el Infierno.
No entendéis, Yo os dije, que se detendría todo esto, hasta que os arrodillarais y Me pidierais perdón por vuestros errores, por vuestras maldades, por vuestra negación a vivir en lo que Yo os vine a enseñar.
Seguís tercos, tontos en vuestro actuar, y os seguís destruyendo los unos a los otros. Y satanás se alegra de ello, él os mueve a que luchéis los unos contra los otros, porque quiere destruir toda la Obra de Mi Padre, vuestro Dios, y vosotros, tontamente, seguís los consejos de satanás, y mientras él se alegra, vosotros os destruís los unos a los otros.
¿Cuándo aprenderéis? Os estáis destruyendo, estáis echando a perder la Obra máxima de la Creación, que sois vosotros mismos. Todo fue creado para que vosotros gozarais, todo se creó para el bien vuestro, y ahora, lo estáis destruyendo por vuestra necedad, por vuestra falta de Sabiduría y de inteligencia, y sobre todo, por la falta de amor entre vosotros.
¡Atended ya Mi Llamado, Mis pequeños!, porque os dije que esto iría avanzando, cada vez más, hasta que viniera Yo a detener esto, porque si no, os acabaríais completamente los unos a los otros.
Voy cuidando a Mi rebaño y espero que muchos de los que están viviendo en el mal, reaccionen a tiempo, antes de que vuestro fin, venga, antes de que seáis juzgados, para que podáis arrepentiros y no caigáis en el abismo eterno.
Mi Amor queda con vosotros, Mis pequeños, os amo, dejad vuestra necedad a un lado, y viviréis.
Gracias, Mis pequeños.