Feb 24_2023 Pedid, inmediatamente, por su salvación, dejad que ese sentimiento Divino Me procure muchas almas.

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, ya se os había anunciado que el resto fiel es muy pequeño. Ciertamente, es muy pequeño y eso Me duele muchísimo, Mis pequeños, porque Yo Me di por todos, no por “algunos” o “muchos”, como ahora dicen, Me di por todos.

Tenéis vosotros una Gracia muy especial, que concedo a las almas dadivosas, a las almas de Mi resto fiel. Ciertamente, el resto fiel es el que prevalecerá y quedará para la nueva generación, pero hay muchas almas que se podrán salvar, y esta es la tarea que tenéis vosotros, el resto fiel, y esa Gracia a la que Me refiero, es a que os doléis con los dolores de vuestros hermanos.

No cualquiera se duele con el dolor ajeno, no cualquiera ve por el bien del hermano. Cada vez se acentúa más el egoísmo entre vosotros, el aislarse, el retraerse, el no querer compartir de lo que se tiene. Esa es vuestra tarea principal, Mis pequeños, los que estéis Conmigo, seréis ampliamente recompensados, porque vale mucho más un alma que todos los bienes del Mundo.

Recordad que fuisteis creados a Imagen y Semejanza Nuestra, en Nuestra Santísima Trinidad. Vuestra alma es parte Nuestra, que ahora no os dais cuenta de las capacidades tan grandes, tan tremendas que vuestra alma tiene, porque el mismo pecado las está deteniendo. Cuando os liberéis de vuestro cuerpo, los que regresaréis al Cielo, y aquellos que quedaréis en la Tierra, escogidos, vuestra alma quedará liberada, porque vuestro cuerpo será purificado, será transfigurado, las potencias del alma serán potencializadas con Mi Presencia en vosotros, y es cuando os daréis cuenta el por qué Yo os hablaba tanto del valor de vuestra alma.

Recordad lo que os dije (Lenguas…) cuando estaba Yo entre vosotros: os dije, que vosotros, los escogidos, podríais hacer lo que Me visteis hacer y aun cosas mayores, es porque, al ser transfigurados, vuestro cuerpo pecaminoso, caído por el Pecado Original, ya no será el que detenga las capacidades del alma, porque, al ser un cuerpo transfigurado, será purificado, entonces las potencias del alma podrán pasar libremente a través de vuestro cuerpo transfigurado.

Se acercan momentos bellísimos, que será un regalo para aquellas almas que se han mantenido en lo que Yo os he enseñado, lo que se os pidió desde el Principio del tiempo, cuando Mi Padre le dio a Moisés los Mandamientos. Todos aquellos que Me han seguido, en las buenas y en las malas, en la persecución, en las alegrías que les da el estar Conmigo, seréis recompensados, así que no os sintáis tristes cuando se os vayan quitando las cosas que ahora tenéis, porque tendréis mucho más.

Todo lo que tenéis ahora, en vuestra persona y lo que hay a vuestro alrededor, todo cambiará para vuestro bien, para alegría vuestra, como regalo Divino para vosotros, los escogidos. Grandes cosas veréis y, ciertamente, también lloraréis, por lo mismo que os dije antes, que así como Yo lloraba y también, Me mortificaba al ver al pueblo judío, cuando Me traían al enfermo, al muerto, al ciego, Me dolía Yo con el dolor de ellos, también ahora os doleréis con la muerte de muchos de vuestros hermanos. Pedid, inmediatamente, por su salvación, dejad que ese sentimiento Divino Me procure muchas almas.

Ese sentimiento que he permitido que tengáis, de que os doláis con el dolor de vuestros hermanos, actúe por el bien de su salvación. No volteéis vuestra cara cuando veáis el dolor, al contrario, compadeceos por su dolor y pedid por su salvación, por la restauración de su cuerpo o de su alma adoloridos. Tenéis una tarea grande, Mis pequeños, y es el de darMe almas, os repito, las quiero a todas, pero, ciertamente, sé que no todas querrán venir Conmigo, porque no han conocido todavía, ni quieren conocer Mi Amor.

Yo estaré con vosotros, Mi Santo Espíritu os guiará, el Cielo entero estará cuidándoos de la maldad de satanás y de sus esbirros, no claudiquéis, levantaos, seguid adelante, dadMe almas, ¡dadMe almas, Mis pequeños!, Yo os lo agradeceré infinitamente, en el Reino de los Cielos.

Gracias, Mis pequeños.