Ene 05_2023 Fuisteis únicos, cada uno de vosotros, fuisteis únicos en el Pensamiento de Mi Padre cuando os creó.

RosarioMensaje ÚNICO

.

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

==============================

.

Habla Nuestro Señor Jesucristo

Hijitos Míos, fue Mi Corazón Amorosísimo el que nació ahí en Belén. Fue Mi Corazón el que quiso venir a estar entre vosotros, Mis pequeños. Es Mi Corazón, que al ver vuestra vida sufriente, adolorida, atacada por satanás en múltiples formas, se quiso encarnar para estar entre vosotros. Es Mi Corazón el que os sigue llamando, el que os sigue pidiendo conversión, el que sigue soportando dolores, blasfemias, injurias, maldiciones de parte de muchos de vosotros.

Es Mi Corazón adolorido el que soporta el abandono en todos los Tabernáculos del Mundo; el abandono a esos llamamientos que quisiera que, al menos, en un momentito al día, ya no os pido minutos, horas, que os acordarais de Mí, que en ratitos, Me mandarais un beso, Me dijerais una cosa bonita, algo bello salido de vuestro corazón, que Me agradeciera por todos los beneficios que cada uno de vosotros recibís a diario, día y noche, y que no lo hacéis.

¡Cuánto necesito de vosotros, Mis pequeños!, ya os he dicho, no es porque Yo necesite de vuestro Amor, sino que necesito de vuestra presencia ante Mí, reconociéndoos pecadores y necesitados de Mí, para poder alcanzar vuestra salvación eterna. Soporto todo esto que Me pasa, por vuestros olvidos, por vuestras maldades, y no os acercáis a Mí, aunque quiero salvaros, aunque quiero estar todavía entre vosotros. Si teniéndoMe junto en aquellos tiempos, no toda la gente que veía Mis Bondades hacia ellos, Me agradecían lo que Yo hacía por ellos; ahora vosotros, a los cuales os falta tanta Fe, menos os acordáis de Mí, porque no Me tenéis presente en vuestras vidas, prescindís de Mí, cuando debiera Ser Yo la mayor adoración de vuestro corazón, por tantos favores, ayudas que recibís de Mí, y que ciertamente, no os dais cuenta, plenamente, de que Yo estoy a vuestro lado, acompañándoos en todo momento de vuestra existencia y os voy ayudando y protegiendo contra los ataques de satanás en múltiples formas.

¡Cómo quisiera que Me tuvierais en vuestro corazón!, sería el más bello regalo que Me podríais dar, Mis pequeños, compartir vuestra existencia con vosotros.

Nunca os habéis puesto a pensar que sois así porque Mi Padre se tomó un tiempo en pensar cómo crearos, qué características ibais a tener, que cualidades, Dones. Fue entretejiendo cada célula de vuestro cuerpo, os fue creando con tanto Amor, cada órgano lo fue creando para daros luego vida en perfección. No sois una hechura más que salió de repente por generación espontánea, como decís vosotros. Fuisteis únicos, cada uno de vosotros, fuisteis únicos en el Pensamiento de Mi Padre cuando os creó. Ciertamente, podríais decir que hubo imperfecciones en vosotros, pero eso no sucedió en el Pensamiento de Mi Padre, fuisteis creados perfectos, pero al momento en que venís a la Tierra, al momento de vuestra concepción, el pecado también hace su obra destructiva, y la Perfección que había creado Mi Padre en cada uno de vosotros, es destrozada, en parte, también, por el pecado que os rodea, que os ataca también, en todo momento. Pero, entonces, ahí entran las Virtudes, entra la vida espiritual, entra la donación ofrecida por vosotros, de esas molestias, defectos que causó satanás en vuestra hechura, hechura perfecta, que destruyó satanás en parte, por el Pecado Original y los pecados subsecuentes de vuestra existencia.

A vosotros os toca mantener la perfección de vuestro ser, y estoy hablando principalmente, de vuestra alma. Ya se os  ha explicado mucho, que dejaréis vuestro cuerpo aquí, que es un vehículo, nada más, para que podáis llevar a vuestra alma a misionar o a hacer todo lo que Mi Padre os pidió en la misión que os tocó llevar. Vosotros tenéis un alma, un alma creada a imagen y semejanza Nuestra, pero vosotros debéis, con vuestros actos, con vuestra vida en la Gracia, con vuestro amor hacia Nosotros y hacia vosotros mismos, también, ir entretejiendo esa alma con las cualidades espirituales que debe llevar, para que se parezca a Nosotros.

Por un lado, sois co-creadores y os quiero explicar esto: tenéis el alma creada por Mi Padre, pero vosotros la haréis que se engrandezca con vuestros actos buenos, con vuestra vida en Dios, con vuestras bondades que Yo os enseñé en Mi Vida diaria, con el Amor que teneMos en Nuestra Santísima Trinidad y que Me visteis hacer en Mi Vida entre vosotros, a través de lo que leéis en las Sagradas Escrituras y en libros inspirados por Mi Santo Espíritu.

Cuando lleguéis ante Nosotros, al final de vuestra misión, veremos qué co-creasteis cada uno de vosotros, cómo os presentaréis ante Nosotros, qué hicisteis de esa vida incipiente que se os dio con vuestra alma, y que vosotros debíais haberla hecho crecer, y ahí veremos vuestra obra. ¿Cómo es vuestra alma? ¿Hicisteis de vuestra alma una obra de perfección? ¿O con qué llegaréis ante Nosotros? ¿Un alma destruida por el pecado, un alma que asuste, porque no lleva la apariencia Divina, sino la del mal?

Cuando os presentéis ante Nosotros, vosotros mismos veréis qué fue lo que hicisteis con vuestra alma. Se os dejará ver vuestra alma y qué aspecto tendrá, Mis pequeños, y esto va a ser obra vuestra, totalmente vuestra, y así sabréis a dónde iréis eternamente.

Llorad ya, desde ahora, si sentís que vuestra alma no es la perfección que Nosotros quereMos ver al final de vuestra existencia. Pedid ayuda, pedidNos a Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad, Mi Madre, La Siempre Virgen María, al Cielo entero, pedidNos que os ayudeMos a hacer de vuestra alma una obra perfecta, como la quiere ver Mi Padre, y Le agradeceréis que os diera el Don de la Vida y Le agradeceréis las cualidades que os dio y el Amor que puso en vosotros, la Sabiduría, la Inteligencia, el Amor con que obrasteis con vuestros hermanos en la Tierra, porque a través de todos vuestros trabajos, habréis hecho esa obra de arte, que os dará la vida eterna en el Reino de los Cielos.

AgradecedNos el Don de la Vida, y si no estáis contentos con vuestra co-creación de alma, arrepentíos, llorad de corazón, pedid ayuda, para que os presentéis de la mejor formar a vuestro Juicio Final.

Gracias, Mis pequeños.