Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, ya os había indicado a vosotros, los que entendéis estos tiempos, que lo que se está dando va a ser para un Bien Universal. Os habéis desviado del camino correcto, ya no hay vida espiritual, ya no lleváis correctamente la vida humana, y Me refiero a que lleváis vidas sin valores, vidas, en las cuales no se vive Mi Presencia Divina entre vosotros, no seguís lo enseñado por Mi Hijo. Os he dado demasiado, Mis pequeños y lo habéis echado a un lado.
Se os dieron perlas preciosas y las arrojasteis para que se las comieran los cerdos. ¡Cuánto dolor Me da esto, Mis pequeños!, porque pudisteis haber tenido esta comunicación Divina Conmigo, que es lo que siempre he querido, pero no hay Fe en vosotros, no hay amor en vosotros, no queréis tener esa vida íntima que os une Conmigo, porque teniéndola, vuestros actos serían perfectos; con vuestros pensamientos dirigidos hacia Mí, hacia la Verdad Infinita, hacia la Sabiduría Santa, podríais ser ese nuevo pueblo Mío, pero sin haber sufrido.
Ahora, la Purificación os llevará a un sufrimiento, un sufrimiento, que para aquellos que estáis Conmigo, lo tomaréis como benéfico, lo tomaréis como necesario para que podáis entrar a las Nuevas Tierras que os daré. Pero para aquellos que no están Conmigo, que no han querido, que han despreciado todo Mi Saber, Mi Sentir, Mi Amor, la Vida de Mi Hijo entre vosotros y en vosotros, será doloroso, no solamente será un dolor terreno el que tendrán, sino también un dolor eterno en su alma.
Os he dicho el cómo Me duele esto, Mis pequeños, pero Yo no os creé para que Me blasfemarais, no os creé para que vosotros Me negarais, no os creé para que vosotros Me pusierais en vergüenza, teniendo vosotros, en vosotros, a satanás y no a Mí, vuestro Dios.
Los que están Conmigo, Me dan el primer lugar, Me dan el lugar que Me merezco en su vida, en todo lo que hacen, en lo que viven. Yo Soy vuestro Dios y Me merezco todo, porque Yo os he dado todo, y vosotros lo tomáis como verdadero, pero sobre todo, con mucho amor. Me dais el lugar que Me merezco y esto os lo agradezco (Lenguas…), os lo agradezco de todo corazón, Mis pequeños, porque vosotros sí apreciáis Quien Soy Yo, vuestro Dios.
Tendréis el premio que os habéis ganado por Fe, pero más por vuestros actos, porque vuestra Fe si no lleva actos, no sirve, y vosotros habéis actuado y habéis sufrido por haber actuado en la Fe y por defender vuestra Fe. Por eso tendréis los frutos que se os darán después de la Purificación. Es más, durante la Purificación seréis protegidos, oraréis porque en vuestro corazón está el daros a los demás, veréis lo que estarán sufriendo vuestros hermanos y oraréis por ellos. El Amor se da, el Amor se vive, el Amor busca el bien para todos, el Amor no es egoísta, y vosotros no sois egoístas. Vosotros os dais cuando veis una necesidad en vuestros hermanos, dais de lo que tenéis, oráis para que esos corazones que sufren, esos corazones desviados, esos corazones traicioneros, vuelvan a ser esos corazones que Yo creé para vuestro bien, pero sobre todo, para darMe Gloria y darMe el lugar que Me merezco en toda la Creación y en vuestra propia vida.
Seguid, pues, Mis pequeños, adelante, los acontecimientos serán difíciles y, por eso, tengo Mi resto fiel, para que vuestros hermanos que sufrirán, no sufran tanto, vuestros hermanos que dudan, se puedan convertir, para que vuestros hermanos que no sabían de Mí, Me encuentren gracias a vuestras oraciones.
Sois un resto fiel indispensable en estos tiempos, necesario para la salvación de muchas almas. El resto fiel tendrá un principio feliz y duradero, los Nuevos Cielos, las Nuevas Tierras, Mi Vida en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.