Nov 29_2022 Al estar unidos a la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad, vuestra oración se vuelve tremenda, poderosísima.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

================================

Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

================================

.

Habla La Santísima Virgen María

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Se os ha dicho varias veces, que con Mi Hijo, Yo siempre llevaba una unión espiritual íntima, conocía Sus Pensamientos, Él conocía los Míos, no nos separábamos nunca.

En los Momentos de Su Pasión, estaba Yo con Él en el Getsemaní. Él repasaba la vida de cada uno de vosotros, Yo estaba con Él, sufría con Él. ¡Cuánto Dolor! ¡Cuánto Dolor de Nuestros Dos Sagrados Corazones! Ver el Dolor de Mi Hijo, vuestro Dios, sufriendo por vosotros, porque la gran mayoría de las almas, a pesar de Su Donación, se perderían.

¡Cuánta necedad de todos vosotros!, de la gran mayoría de vosotros y de todos los tiempos, de manteneros apartados de las Leyes que se os dieron, apartados del Amor Divino, apartados de vuestro Dios, que tanto sufría por vosotros para que tuvierais, junto con Él, una Resurrección Gloriosa. Él padeciendo por vuestros pecados, Él abriéndoos las Puertas de una nueva vida con Su Resurrección.

Ciertamente, era un dolor fortísimo, pero también, una alegría grande de ver que lo que Mi Hijo estaba padeciendo por vosotros, aunque fuera un resto pequeño, habría almas que aprovecharían la Sangre Preciosa de Mi Hijo y Mis sufrimientos para su salvación. Pero, por otro lado, es doloroso, como os dije, ver cuántas almas no han tomado en serio, no han tomado en su vida, la Vida de Mi Hijo. Le temen al dolor, le temen a lo que está sucediendo a vuestro alrededor, le temen a quedarse sin los bienes del Mundo, hacen todo lo posible para vivir al máximo, sin problemas, guardando todos los bienes materiales posibles, cuando éstos, como se os ha dicho, se terminarán.

No confiáis en la Providencia Divina de Nuestro Padre Dios, no confiáis en los Poderes Divinos que continuamente están sobre vosotros, ayudándoos en vuestra misión. Os sentís arrojados a la Tierra, despreciados por el Cielo, porque estáis sufriendo y ¡qué error tan grande cometéis, Mis hijos! No fuisteis arrojados a la Tierra, no fuisteis un desperdicio del Cielo, como algunos lo creéis. Vuestra misión es tan grande, que hasta los Ángeles quisieran tomar vuestra misión, con tal de agradar a Nuestro Padre Dios. ¡Tenéis tantas cosas a favor! Podéis ganaros el Cielo y ganar niveles altos en el Reino de los Cielos, al cumplir con vuestra misión con amor, con respeto a la Palabra Divina, siguiendo Su Voluntad, pero no queréis hacer la Voluntad de Nuestro Padre Dios, vosotros queréis hacer vuestra propia voluntad y por eso estáis padeciendo lo que estáis padeciendo. Si verdaderamente os hubierais unido a la Voluntad de la Santísima Trinidad, podríais haber vencido a satanás desde hace mucho tiempo, porque él no puede contra las almas en las que la Voluntad Divina Vive.

Mi Hijo os dijo que fuerais como niños y éstos son tiempos, Mis pequeños, en que debéis ser así. Los niños pequeños confían plenamente en los mayores, en los que os cuidan, y vuestra obligación es la de ser obedientes, y vosotros no lo estáis siendo.

Las almas adultas, espiritualmente hablando, porque son almas adultas en la oración, son las que se unirán a Mis ejércitos, los Ejércitos Celestiales, Angelicales, Universales. La lucha será tremenda, vosotros, ciertamente, no tenéis las capacidades para luchar contra esos seres espirituales malignos, pero vuestra oración es poderosísima, Mis pequeños, porque al estar unidos a la Divina Voluntad de la Santísima Trinidad, vuestra oración se vuelve tremenda, poderosísima y ayudaréis a todos aquellos, que no están bajo la Divina Voluntad, a vencer a satanás y a sus secuaces.

Por eso, Mis pequeños, os pido de Corazón, no os apartéis, en ningún momento de la oración, son momentos de gran tribulación y son momentos de oración profunda, no dejéis que satanás os distraiga con las cosas del Mundo, éstas ya se terminaron.

Se os estará dando lo que necesitaréis, pero vuestra misión es ahora: oración, oración, oración y todo lo que podáis dar extra a ello: sacrificios, penitencias, ayunos, todo lo que podáis, Mis pequeños, el Triunfo ya está asegurado, pero se necesita, que vosotros pongáis de vuestra parte, para ello fuisteis creados.

Gracias, Mis pequeños.