Abr 26_2022 El dolor ya es inevitable en vuestra vida, y Mi Hijo os enseñó cómo el dolor os lleva a la sublimación en el Amor.

Rosario – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, os quiero recordar una Gracia especial que se os ha dado, pero que poco aprovecháis, y que muchos rechazáis, que es el dolor.

El dolor, os he explicado antes, es purificador, el Pecado de vuestros Primeros Padres, abrió el camino del dolor. El vivir Conmigo, en Mi Divina Voluntad, era para ellos un gozo tremendo, místico, bellísimo. Pero ellos mismos rechazaron estas Gracias, estos regalos, rechazaron Mi Amor por buscar lo que no debían buscar, y encontraron la maldad, el error, a donde los llevó satanás, y en eso, en esa búsqueda infructuosa, mala, encontraron el dolor, también.

Mi Hijo, siendo Dios, pudo haber venido, solamente, a levantaros de la carga del Pecado que vuestros Primeros Padres causaron, pero el dolor ya es inevitable en vuestra vida, y Mi Hijo os enseñó cómo el dolor os lleva a la sublimación en el Amor.

Él venía por una Misión: abrir nuevamente las Puertas del Cielo,  pero tenía que vencer, también, el dolor y la muerte, y lo logró para el Bien de todos vosotros.

El dolor, ya visto desde esta forma, es una Gracia, como os dije, que vosotros debéis aprovechar, porque, siendo inevitable en vuestra existencia, desde que nacéis, o a veces, desde antes de nacer, aún en el vientre materno, podéis empezar con los dolores, que muchas veces, afectarán toda vuestra existencia en la Tierra. Pero la diferencia que puede hacer el dolor, entre aprovecharlo y rehusarlo, es que os ganaréis infinidad de bendiciones, tanto para vosotros, como para vuestros hermanos, cuando lo ofrecéis, como Mi Hijo, para vuestra salvación.

El dolor nunca lo vais a poder desechar de vuestra existencia, tanto el dolor físico, el dolor espiritual, el dolor moral, todo tipo de dolores que os pueden afectar, pueden tomarse para el bien vuestro, como también para el bien de vuestros hermanos en su salvación. Nunca vais a poder separar el dolor del amor.

Debéis vosotros, estar conscientes de ello, Mis pequeños, porque si Mi Hijo lo tomó, y no solamente lo tomó obedeciendo, sino que también lo gozó, como ya os he explicado, porque, con ese Dolor, ese ofrecimiento, os iba a levantar hacia la perfección del Amor, nuevamente, al tomarlo, ofrecerlo y dárMelo, para vuestra salvación y la de vuestros hermanos.

No desperdiciéis, pues, Mis pequeños, todas las posibilidades que tenéis a lo largo de vuestra existencia, tanto las vuestras como las de vuestros hermanos, para la salvación de las almas. OfrecedMe continuamente, vuestras molestias, vuestros dolores, que son inevitables, y eso Me dará a Mí, una gran alegría, porque vosotros estaréis aceptando Mi Voluntad, y vosotros, al aceptar el dolor en vuestra vida, vais a detener vuestra voluntad, para dejar que Mi Voluntad se dé en vuestra existencia.

Todo esto, como lo veis, Mis pequeños, os va llevando a la perfección, al entendimiento místico de lo que es vuestra existencia; mucho bien podéis hacer, al dejarMe a Mí, vuestro Dios, tomar vuestra vida, como también tomé la de Mi Hijo Jesucristo.

DejadMe, pues, que Mi Voluntad se dé en vosotros, y recordad que el dolor puede ser tomado por vosotros y ofrecido como sacrificio. Y hay veces, que necesito que vosotros sufráis, por decirlo así, para remediar muchos pecados que traéis a lo largo de vuestra existencia. Cuando vosotros Me ofrecéis vuestros dolores, y Me los ofrecéis, con vuestra voluntad, doblegando vuestra voluntad, los dolores serán menos fuertes, que cuando Yo os los imponga, para vuestro bien, y éstos serán mayores, pero os daré la Fuerza para soportarlos.

No despreciéis, pues, como os dije, esta Gracia, esta Gracia de Salvación para vosotros y para vuestros hermanos. Mucho bien haréis en aceptar Mi Voluntad, y os lo agradezco.

Gracias, Mis pequeños.