Jun 03_2021 DejadMe, pues, que Yo Viva en vosotros y seaMos Uno y podáis actuar Conmigo, vuestro Dios, y ayudadMe a cambiar a este mundo de tanto error.

Rosario vespertino- Mensaje ÚNICO

.

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Visión: Veo una luz muy bonita, venía bajando en un Crucifijo, pero no como la Cruz que conocemos, sino la Cruz con brazos iguales, los verticales y los horizontales, pero era como de oro, con piedras preciosas, brillaba muy bonito.

Hijitos Míos, os pido de todo corazón, con Mi Amor en vuestro corazón, que no os apartéis de la oración en ningún momento.

Estáis ya sobre los acontecimientos de la Purificación, momentos difíciles que ha de pasar esta generación. Momentos dolorosos, pero sobre todo para Mí, vuestro Dios, porque os amo a todos. Todos vosotros sois Mis hijos, pero, ciertamente, algunos de vosotros preferisteis seguir al mal, y ese es un dolor muy grande para Mí, porque es una traición al Ser amado.

La oración es necesarísima, Mis pequeños, porque sois familia y debéis ver en vuestros hermanos el mismo amor que Yo tengo por vosotros. Debéis dejaros mover por el dolor, también, como el dolor que Yo tengo por vosotros, porque cuando cometéis algún pecado, no importa si sea grave o leve, son pecados, y Me causáis un dolor fuerte a Mí, vuestro Dios.

Sois pequeños, sois débiles, reconozco eso en vosotros, y os trato según vuestra pequeñez y seréis juzgados también, con ese criterio, y así los buenos recibirán la Gloria, los malos recibirán su castigo.

No caigáis en la mentira, mentira y herejía de que, porque Soy un Padre Misericordioso, buenos y malos se salvarán. ¡No!, Mis pequeños, si no hay arrepentimiento en vuestros corazones, tampoco tendréis la puerta abierta para la vida eterna en el Reino de los Cielos.

El premio se gana con sudor, con lágrimas, con dolor, y bien lo sabéis, Mis pequeños, porque tenéis el Ejemplo con Mi Hijo. Todos vosotros habéis pasado vuestra vida con dolores y alegrías, sufrimientos grandes, sufrimientos pequeños, ninguna alma ha quedado exenta de pecar, de sufrir, de amar, de odiar, de traicionar y de arrepentirse; y muchos otros sentimientos más que tenéis en vuestro corazón. Pero lo más importante de todo, es el sentimiento del Amor y el Amor siempre os va a llevar a la perfección, si os mantenéis en él, y si aceptáis y Me ofrecéis, como Mi Hijo Lo hizo, Su Dolor envuelto en Amor.

Eso es lo que tendréis en estos tiempos de tribulación: dolor, pero es un dolor  que debéis unir al de Mi Hijo, dolor de reparación. Él se dio por vosotros para reparar por vuestros errores, y ahora son tiempos en que deberéis ofrecerMe vuestros dolores para reparar tantos dolores que Me habéis causado cada uno de vosotros, a Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador. Sí, Soy vuestro Dios, pero Soy vuestro Padre y Soy vuestro Creador, Yo esperaba mucho de vosotros, pero no habéis dado todo lo que debierais haberMe dado. Fuisteis muy comodinos, quisisteis pasar una vida sin grandes problemas y os acomodabais de una u otra forma para no sufrir, y menos para ofrecer vuestros sufrimientos para el bien de las almas y para quitarMe a Mí, los dolores que Me causáis.

Estando Conmigo, Mis pequeños, vuestros dolores se han de disminuir, porque os daré la Fuerza para resistir estos dolores que os van a llevar a vuestra purificación, a vuestro acrisolamiento y se habla en las Sagradas Escrituras de ello: “Todos seréis acrisolados para poder entrar al Reino de los Cielos”.

Soy un Dios de Amor y Soy un Dios de Perdón, perdono a todos aquellos que se acercan a Mí arrepentidos, pero no puedo perdonar a aquellos que viviendo en soberbia y presentándose, ante Mí, altaneros, quieran obligarMe a hacer lo que ellos quieren, sois muy tontos, vosotros, almas altaneras, porque al momento en que estéis ante Mí, en vuestro Juicio, querréis hacer lo que dice en las Sagradas Escrituras: veréis Mis Ojos, Fuego saldrá de ellos, juzgándoos, y querréis que una montaña os cubra. Vuestra Fe deja mucho que desear. Os sentís poderosos por vuestra soberbia, habéis llenado vuestros bolsillos con aquello que os ha llevado a esa altanería y que a muchos de vosotros os llevará al dolor eterno. Os sentís poderosos, porque mandáis ante las Naciones y creéis poder hacer Conmigo lo mismo que hacéis con vuestros hermanos, ¡qué error tan grave! Vivís, muchos de vosotros, en una mentira que vosotros mismos habéis forjado y la seguís, creyéndoos más que Yo, vuestro Dios. ¡Miserables, insectos! ¡Soy vuestro Dios!, ante Mí no sois nada, tenéis vida, porque os la doy Yo, ¿acaso vosotros Me dais vida a Mí? vuestra altanería se os quitará al momento de vuestro Juicio. Las almas soberbias, altaneras, groseras, tontas, no entrarán al Reino de los Cielos.

Las almas sencillas, las almas que han forjado una Fe inquebrantable, porque Me aman, porque Me buscan, porque Me necesitan, de ellas es el Reino de los Cielos.

Estos son tiempos de la Verdad, ¿buscasteis el camino correcto?, tendréis vuestro premio. Si no quisisteis escuchar todas esas razones que se os dieron para que vivierais en el Bien y no lo quisisteis buscar, no tendréis cabida en el Reino de los Cielos. No buscasteis la Verdad para vivir en ella, para enseñarla con vuestra vida, con vuestras palabras, con vuestros deseos, fuisteis egoístas, pero, ciertamente, no disteis lo que no teníais, porque no os llenasteis de Mis Bienes.

Me diréis: “aquí estamos, Padre”, cuando escuchéis: “venid, benditos del Señor”. Benditos los que estáis Conmigo, vuestro Padre, vuestro Dios, ese día os sentiréis orgullosos de haber vivido según Mis Mandatos, según Mis Leyes y viviendo en Mi Amor. Ciertamente sufristeis y sufristeis mucho, los marcados, los escogidos por Mí, porque quisisteis estar Conmigo. Aquellos instrumentos de satanás os atacaban, os engañaban haciéndoos creer que vivíais en el error, que no erais como los demás y que por eso no erais aceptados por vuestros hermanos, porque no vivíais como ellos y vosotros os manteníais Conmigo, dudabais, pero la Fe que ibais incrementando en vuestro corazón os defendía y seguíais adelante buscando el camino correcto, el camino del triunfo, el camino del amor. Sufristeis, pero ahora seréis consolados, viviréis con vuestro Dios, algunos, aquí, en esta Tierra, que será renovada, otros seréis tomados porque moriréis para este mundo y llegaréis a vuestro Hogar Eterno.

Estas tribulaciones que tendréis se llevarán a buenos y malos, grandes y pequeños, cada uno de vosotros tenéis una misión, la muerte, que no sabéis cómo será, cúando vendrá, determinará el fin de vuestra misión ¿cómo estaréis en ese momento? Aquellos que han errado el camino, no tienen ni idea, ni quieren tenerla, de cuándo vendrá el fin de su vida. Pero los que estáis preparados y día a día estáis Conmigo, no os preocupáis de ello, simplemente os dejáis mover por Mi Voluntad y eso os alegra, porque estáis viviendo para agradarMe a Mí, vuestro Dios y Señor.

Nuevamente os pido, no dejéis la oración, la oración que Nos une, la oración que Me obedece, la oración que Me ama, la oración que repara, la oración que Me agradece y Me une más a vosotros. Las almas agradecidas siempre tendrán más. Sed agradecidos, Mis pequeños, en todo momento, agradeced lo que veis y lo que no veis, porque todo depende de Mí.

Os amo, Mis pequeños, sé en quién puedo confiar, pero ahora os pido que os dejéis mover plenamente por Mí, vuestro Dios. Los tiempos que vienen no los podréis dominar vosotros por vosotros mismos, serán dominados por Mi Presencia en vosotros y esto solamente se puede dar, dejándoMe que Yo, que Mi Voluntad Divina viva en vosotros, que seaMos Uno, que os olvidéis de vosotros mismos y que Me dejéis a Mí actuar en vosotros, porque viene una lucha tremenda y sería injusto, de parte Mía, que Yo os dejara solos luchando con un enemigo que vosotros mismos no podríais vencer. Satanás es mucho más poderoso que vosotros, pero estando Yo con vosotros, lo podreMos vencer.

DejadMe, pues, que Yo Viva en vosotros y seaMos Uno y podáis actuar Conmigo, vuestro Dios, y ayudadMe a cambiar a este mundo de tanto error, por un mundo de la Verdad, de Mi Verdad.

Gracias, Mis pequeños.