Mar 14_2021 Son tiempos de renovación espiritual, pero también son tiempos de un juicio severo contra aquellos que siguieron a satanás.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

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Inicio del Rosario. Habla la Santísima Virgen María.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la siempre Virgen María. Vengo a prepararos a todos vosotros para la llegada de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. ¡Arrodillaos! Pedid perdón, haced penitencia, pedid perdón por vuestras faltas, por vuestros errores.

Tiempos de angustia han de venir, pero no para aquellos que hayan buscado a Mi Señor y Mi Dios en Su Santísima Trinidad. Son tiempos de la separación del trigo y la cizaña, son tiempos en que se afianzará la Fe, el Amor, el seguimiento de la vida espiritual y un deseo de crecer en él, pero, por otro lado, también será un tiempo en que aquellos que son la cizaña en el mundo se apartarán más de Mi Señor y Mi Dios, de Sus Leyes, de Su Amor, de la vida espiritual que os ha dejado. Tiempos de angustia para ellos, tiempos de Verdad y de Amor… (lenguas…)… tiempos de Amor, de alegría, de santidad para aquellos que Le han buscado, que Le aman, que han dado hasta su vida por defender a Nuestro Dios y Señor en Su Santísima Trinidad.

Vida Nueva habrá entre vosotros, vida de unión íntima con Mi Señor y Mi Dios, vida íntima a la que estabais todos llamados, pero satanás, a quien le pisaré la cabeza, os desvió del camino recto, verdadero y lleno de Amor.

Sí, es tiempo de la gran lucha en donde Yo le aplastaré la cabeza a satanás. El mundo se dará cuenta de que su poder era muy limitado, que nada puede contra Mi Señor y Mi Dios y tampoco Conmigo, la Sierva de Mi Señor. Será doblegado, será retirado de la Tierra, del mundo al cual echó a perder; echó a perder lo creado, a toda la Creación y, especialmente, al hombre.

Son tiempos de renovación espiritual, pero también son tiempos de un juicio severo contra aquellos que siguieron a satanás. Los que estáis con Mi Señor y Mi Dios y Conmigo, Su Sierva, seréis protegidos, purificados para vuestro bien, para vuestro crecimiento espiritual, y renovados por medio de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.

Dentro de vuestro sufrimiento de purificación, Mis pequeños, tendréis santa alegría, sabiendo que esa purificación irá directamente a una renovación espiritual en donde se os llenará con un Amor grandísimo, bellísimo, como el que debisteis haber tenido desde hace mucho tiempo pero no supisteis guardar y, sobre todo, defender los bienes que se os daban del Cielo.

Orad por aquellos que renunciaron al Amor Infinito de Nuestro Dios, algunos habrá todavía que se den cuenta de su error y volverán al Padre. Recordad, Mis pequeños, que todos vosotros sois los hijos pródigos; algunos, bien portados, os habéis mantenido unidos al Amor del Padre, otros no quisieron aceptar lo que el Padre les pedía y han sufrido mucho, y sufrirán todavía más eternamente si no toman esta oportunidad que se os da todavía antes de tener ya vuestro Juicio severo y eterno.

Vosotros, los que estáis llenos del Amor de Nuestro Dios y Señor, dejad que Yo, vuestra Madre, os tome de la mano y os guíe. Son Mis tiempos, son tiempos de la Madre que os ama, que os cuida, que intercede por vosotros, que os arropa cerca de Su Corazón.

Una madre defiende a los hijos contra todo, y a veces ni piensa siquiera que el que está atacando es superior a sus fuerzas, la madre se da y por la Gracia de Dios vence, y éstos son esos momentos, Mis pequeños, Yo venceré porque en Mí está la Fuerza Infinita de la Santísima Trinidad. Son Mis tiempos, venid a Mí, Mis pequeños, y traedMe a todas las almas que podáis; por eso satanás Me teme, porque sabe que la Trinidad Divina está en Mí y contra la Trinidad Divina él no puede hacer nada.

Alegraos pues, Mis pequeños, por los tiempos que vienen. Vosotros, los que habéis luchado contra todo aquello negativo que os rodea, vuestro premio pronto se dará. Alegraos, Mis pequeños, porque veréis a Dios; alegraos, Mis pequeños, porque regresaréis a tomar vuestro lugar en el Reino de los Cielos cuando os toque ser llamados a regresar a vuestro Hogar Eterno. Pero ¡ay de aquellos!, ay de aquellos que, a pesar de todas las oportunidades que se les han dado para arrepentirse, no las han querido tomar; la soberbia, la maldad de satanás en ellos, la búsqueda de las cosas del mundo, los vicios, el pecado, los han desviado, pero lo peor de todo es que ellos no tienen a Mi Dios y Señor en su corazón ni desean tenerlo. Han rechazado a su Creador, a su Salvador, a su Guía, el Espíritu Santo. Ese es su pecado que los condenará: Haber rechazado a su Dios.

Manteneos, pues, en alegría, Mis pequeños, los tiempos ya están sobre vosotros, los tiempos profetizados, los tiempos del cambio, los tiempos del renacer universal en el Amor de Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad (lenguas…).

Gracias, Mis pequeños.