Ene 04_2021 Recordad que lo que importa en vosotros es el estado de vuestra alma, cómo estaréis en el momento en que se os llame a regresar al Reino de los Cielos.

Al finalizar la Santa Misa – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Visión: Veo a Nuestro Señor de frente. Estira Su Brazo izquierdo, me enseña Su Corazón, un Corazón pequeño, no como otras veces que lo he visto más grande. Arriba del Corazón veo una Cruz y de la Cruz bajan las cuentas del Santo Rosario hacia los lados y me dice Nuestro Señor:

Ved, ved, Mis pequeños, éste es Mi Corazón amorosísimo por vosotros; el Fuego que veis en el centro es lo ardiente de Mi Corazón por vuestra salvación.

Ciertamente, este Mi Corazón lo veis pequeño, más pequeño que el vuestro, porque en Mi Humildad Divina Me quise hacer pequeño para llegar a vuestro corazón; aun con este pequeño Corazón Me hago así, más pequeño que vosotros, porque en ningún momento quise presentarMe ante la humanidad como alguien superior, alguien dominante, alguien inalcanzable.

He venido para la salvación de todos, he venido para regresaros al Reino de los Cielos. Ciertamente, veis Mi Corazón Pequeño, pero Mi Amor por vosotros es Infinito, Inmenso, y vosotros podéis llegar a tener también ese Amor Infinito cuando os unáis a Mí.

El Rosario que está sobre Mi Corazón significa la presencia de Mi Madre, que sí, ciertamente Yo Me he dado por vosotros, pero Ella Me ofreció a Mi Padre como holocausto por vuestra salvación. Ella es Intercesora ante Mí por la salvación de todos vosotros. Os ha dado como arma tremenda, contra las potencias de satanás, el Santo Rosario, el cual os recuerda también la pequeñez, la humildad con la cual se le puede vencer fácilmente a satanás.

Yo Me hice Pequeño, como os he mostrado con Mi Corazón Pequeño, pero os dejé un gran Conocimiento de Mi Palabra que, llevándola a cabo, podéis llegar a tener el Reino de los Cielos. El Santo Rosario es un arma pequeña, pero tremenda contra las fuerzas de satanás. Tantas veces se os ha dicho que seáis pequeños y podréis alcanzar el Reino de los Cielos.

La soberbia con la que se están presentando aquellos que os están aplastando, que os están llevando a una vorágine de problemas sociales, económicos, espirituales, que parecen que no tienen solución, se pueden resolver, nuevamente, como os digo, con la humildad, la sencillez y en el venir a Mí, vuestro Dios y Salvador, llegando a través de Mi Madre, la Siempre Virgen María, a través del rezo del Santo Rosario.

Recordad, como os he dicho antes, todos los pecados son perdonables, menos aquél contra el Espíritu Santo, que es cuando no creéis que Yo os pueda perdonar vuestros pecados porque creéis que vuestros pecados son mayores que Mi Misericordia Infinita. Ese es un pecado por falta de Fe, porque no tenéis confianza en que Yo, vuestro Dios y Salvador, he vencido a satanás y a todo lo que él produce.

Confiad, Mis pequeños, y venid a Mí. A pesar de que los momentos que estáis viviendo son difíciles, os debéis preparar como las vírgenes que esperaban a su amo. Tened siempre vuestras lámparas encendidas, que esto es, vivir en estado de Gracia.

Sabéis que sucederán cosas muy fuertes en vuestro mundo, y aun en el Universo entero, pero recordad que lo que importa en vosotros es el estado de vuestra alma, cómo estaréis en el momento en que se os llame a regresar al Reino de los Cielos. Esa debe ser vuestra preocupación principal, Mis pequeños, no lo que perderéis, como así lo tomáis. Seréis juzgados en Mi Amor, en el amor que tenéis hacia Mí, en el amor que tenéis hacia vuestros hermanos, en el amor que habéis dado a lo largo de vuestra existencia. Mi Reino es de Amor, que es vuestro Hogar también.

Manteneos, pues, en una vida espiritual y no os preocupéis de lo que pase en lo material a vuestro alrededor, preocupaos por el estado de vuestra alma, de cómo estará ésta cuando os presentéis de regreso ante Mí, vuestro Dios, para juzgaros.

Muchas cosas grandes, bellas, podéis hacer por vuestros hermanos para salvarlos, mucho amor todavía podéis dar a vuestro alrededor y este Amor debéis tomarlo de Mí, copiando lo que Yo hice por todos vosotros cuando estuve sobre la Tierra enseñándoos, guiándoos, fortificándoos, para cuando tuvierais estos momentos.

No temáis, Mis pequeños, Yo os puedo devolver la vida. Vosotros creéis que perderéis la vida, pero recordad que si vivís en estado de Gracia, si estáis viviendo para servirMe, Yo os voy a devolver vuestra vida y os la devolveré en el Reino de los Cielos. El alma nunca muere, el alma permanece siempre, pero esta alma que se os ha dado para servirMe, ésta puede estar en falla grave y podríais perderos para siempre, por toda la eternidad; pero si vuestra alma se gana el Reino de los Cielos, gozaréis inmensamente lo que hicisteis sobre la Tierra.

LlevadMe a los vuestros, no os preocupéis, como se os ha dicho en las Sagradas Escrituras, por lo que puedan hacer con vuestro cuerpo o con vuestras propiedades, o con lo material que tengáis, preocupaos por vuestra alma, por aquellos que os pueden llevar a la perdición, al pecado, a la destrucción espiritual de vuestra alma.

Os amo, Mis pequeños, manteneos siempre viendo Mi Corazón Pequeño, Humilde, Sencillo, pero inmensamente Poderoso, que os puede salvar eternamente.

Gracias, Mis pequeños.