Dic 11_2020 Mensaje para México: Muchos mártires hay en vuestro pueblo y esto os debe conmover para regresar a lo que verdaderamente sois vosotros: Pueblo escogido por el Cielo para dar ejemplo al mundo entero.

Mensaje para México – Rosario matutino

.

===========================================

Mensaje de la Santísima Virgen María de Guadalupe a J. V.

===========================================

Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen María de Guadalupe.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, en Mi Advocación de Guadalupe.

Mis pequeños, Me duelen estos momentos que estáis pasando. Mi Padre ha querido que ésta sea la Casita escogida por Él para presentarMe ante el mundo. Sois Mi México, sois Mi Hogar verdadero, porque en vosotros existe un corazón bello, un corazón sincero, un corazón honesto; sois pequeños, pero amorosos. Ciertamente, os habéis desviado y eso Me duele, pero también es necesario que sepáis que cuando Mi Dios y Señor escoge a una persona, a un lugar, a una ciudad, satanás, en su envidia, atacará muy fuertemente de regreso porque no le gusta que seáis bendecidos, que seáis cuidados por Nosotros.

Estos son momentos de gran lucha entre Yo, vuestra Madre, y la serpiente. Vosotros, Mis pequeños hijos Míos, estáis sufriendo fuertemente por los ataques de satanás a través de la masonería eclesiástica y de la masonería gubernamental, que ciertamente éstos se han vuelto hijos de satanás.

Me duele deciros todo esto, pero están actuando como Judas en estos tiempos aquellos ministros de Mi Iglesia que se han vuelto en contra del Amor de Mi Hijo, de Sus Leyes, de Su Predicación, de la Doctrina que os ha dejado y que tanto Le ha costado. Aquellos que han escogido también el camino de satanás, tanto del gobierno como los civiles, son aquellos que Le gritaban a Mi Hijo que Le crucificaran, y Le siguen crucificando porque son seguidores del mal, seguidores de satanás que Le siguen blasfemando, que Le siguen golpeando, que Le siguen quitando almas y que no quieren ellos regresar al buen camino.

Como os dije, son tiempos difíciles en esta gran lucha de la cual, ciertamente, saldré victoriosa y vosotros los que estáis Conmigo, que sois Mi Calcañal, gozaréis grandemente Mi Triunfo, junto con Mi Hijo, sobre el poder de la serpiente que tanto os ha venido atacando a lo largo del tiempo; él sabe que está vencido y que pronto se terminará su tiempo de ataque contra todo lo que es de Mi Señor y Mi Dios.

Debéis aumentar la oración, Mis pequeños; ciertamente, junto con el ayuno y la penitencia, más fácilmente os haréis vencedores sobre el mal y liberaréis… más bien, liberareMos a esta tierra promisoria de la que tanto bien saldrá para el futuro de la Tierra. Es un lugar en donde Yo he asentado Mis Pies y os sigo protegiendo, aun a pesar de que muchos de vosotros, Mis hijos mexicanos, Me estáis dando la espalda y ya no queréis acercaros a vivir vida de pureza y santidad, como Mi Hijo os lo ha pedido. Mientras no pongáis de vuestra parte, mientras no os arrepintáis de vuestros pecados, mientras no cambiéis de vida, el yugo estará sobre vosotros.

Desgraciadamente, sois un pueblo apático que no defiende lo suyo, y ¡tenéis que salir adelante, Mis pequeños! Os tenéis que unir en oración y actuar en paz, que es la forma de atacar a satanás, no devolverle maldad sino actuar en el amor porque sois un pueblo muy amoroso, un pueblo sencillo, un pueblo que sabe amar a su Dios y a Mí, vuestra Madre.

Muchas pruebas pasaréis, y dolorosas, si no entendéis que os debéis unir en oración y dejar la mala vida que lleváis. Vais a ser un pueblo que dará ejemplo ante el mundo de que Mi Dios y Señor, vuestro Dios y Yo, vuestra Madre, la Siempre Virgen María, viviMos en vuestro corazón y viviMos en vuestra patria.

Son tiempos muy delicados, dolorosos, pero en los cuales vosotros podréis disminuir, detener e impedir el acoso de satanás sobre vosotros con lo que se os ha pedido tanto, que es el rezo del Santo Rosario. Ciertamente, con este dolor que estáis padeciendo, con este gobierno que os quiere quitar la oración, que os quiere quitar la vida en Dios, ha crecido el fervor en muchos hogares, y esto sucede porque sabéis que Mi Señor y Mi Dios siempre saca un bien de un mal con el que os ataca satanás.

Acrecentad vuestra oración y la vida sacramental, acrecentad las buenas obras y dejad vuestros pecados a un lado. Manteneos, a través de la Confesión, vivos en pureza y santidad. Dejad que Mi Santo Espíritu descienda sobre vosotros, pueblo fiel y amoroso Conmigo, vuestra Madre.

Ciertamente, estoy intercediendo por vosotros porque son momentos difíciles y muy dolorosos, que vosotros mismos os los habéis buscado y que ahora están sobre vosotros, porque os apartasteis de la Fe, de la oración y del Amor. Tenéis que volver a ser los que erais antes: pueblo de familia, pueblo de ayuda entre unos y otros, pueblo lleno de Fe y de amor por Mi Dios y por Mí, vuestra Madre.

Os repito: Sois un pueblo que dará ejemplo a nivel mundial de cómo se deben comportar todos los demás pueblos de la Tierra. ¡Cambiad, Mis pequeños! Cambiad y volved a las buenas costumbres de vuestros abuelos, quienes Me tenían una Fe a prueba de todo.

Mucha sangre santa ha mojado vuestro suelo y eso os ayuda para que sigáis recibiendo bendiciones constantes del Cielo. Muchos mártires hay en vuestro pueblo y esto os debe conmover para regresar a lo que verdaderamente sois vosotros: Pueblo escogido por el Cielo para dar ejemplo al mundo entero.

Con la oración venceréis a las potencias del mal. Uníos en la oración profunda, fervorosa y de corazón y venceréis el ataque de satanás que tenéis en vuestro gobierno y en la Iglesia. Defended también, con vuestra oración, a los buenos sacerdotes que todavía tenéis pero que los tienen alejados; ellos son buenos, son ejemplo todavía de lo que la verdadera Iglesia debe ser. Orad por ellos y orad para que sigáis teniendo almas fieles, santas, almas sacerdotales verdaderas que defiendan lo que Mi Hijo os dejó.

Muchos de vosotros sois mártires por el dolor que lleváis en vuestro corazón al ver cómo se os está destruyendo, cómo os están afectando estos mandatos gubernamentales que os quieren quitar la oración y la Fe, pero no podrán porque tenéis muy arraigado en vuestro ser, ya como marca Divina, estas dos características de todo buen cristiano: la Fe y el Amor a vuestro Dios y a Mí, vuestra Madre.

No dejéis, pues, que satanás siga su obra sobre vosotros, que siga destruyendo lo que ya habíais vosotros construido. Venceréis porque así está escrito, pero no alarguéis el sufrimiento al no querer luchar y defender lo que es vuestro.

Os bendigo, Mis pequeños, y os sigo cuidando para llevaros hasta el Corazón Purísimo y Santísimo de Mi Hijo Jesucristo. Os amo a todos, amo a Mi México.

Gracias, Mis pequeños.