Coronilla de la Divina Misericordia – Mensaje ÚNICO vespertino
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, vosotros tenéis Mi Poder en vuestras manos, porque Yo Mismo os lo dije que, aquellos que Me siguieran, podrían hacer las mismas cosas que Me vieron hacer y aún mayores. Ciertamente, eso no os lo concedo a cualquiera sino a aquellos que están Conmigo, aquellos que entienden Mi Amor, aquellos que realmente quieren lo que Yo os vine a enseñar: Que se implante Mi Amor en toda la Tierra, en el Universo entero, que Mi Amor vuelva a renacer entre los hombres.
Vosotros, los que Me habéis seguido, los que Me habéis aceptado en vuestro corazón, aquellos que viven en Mí y para Mí, Me entendéis y sabéis cómo pienso; os lo he enseñado y quiero que sigáis en esa línea, en esa línea Divina de que os améis los unos a los otros como Yo os he amado, y esto es viviendo siempre en el Bien, deseando siempre el Bien, siendo ejemplo del Bien que Yo os enseñé al estar entre vosotros.
Vosotros no fuisteis creados para el pecado, no fuisteis creados para sufrir, no fuisteis creados para ser un mal ejemplo, no fuisteis creados para la maldad, fuisteis creados para un Bien y ese es el de transmitirMe a vuestros hermanos. Ciertamente, como se os ha dicho, tenéis el libre albedrío y en él podéis escoger entre el Bien y el mal.
Ya habéis sido educados en esta Fe nueva que os he dado, y digo “nueva” porque os he implantado, por así decirlo, Mi Amor en vosotros. Ciertamente, caéis, os levantáis, pero ya no os sucede como os sucedía antes de tomaros, así como lo hice con Mis Apóstoles, los fui renovando, los fui llevando por un camino muy diferente a como camina el mundo.
Estáis llamados a vivir en el Amor y transmitirlo a vuestros hermanos, por eso sois llamados “Apóstoles de los últimos tiempos”, porque habéis sido guiados por Mi Santo Espíritu para llevar a cabo esta misión salvadora, esta misión de cambio, de cambio total para la humanidad. Seréis transmisores de Mi Palabra, llevaréis a las almas de regreso al principio, al Verdadero Amor, al Verdadero Gozo de Mi Padre. Sois Mis hermanos, Soy vuestro Salvador, Soy vuestro Redentor, y vosotros así lo habéis aceptado y Me amáis por ello.
Dejad que Mi Santo Espíritu os transforme ya, Mis pequeños. Los tiempos ya son los últimos, son tiempos decisivos, son tiempos de un gran cambio y también de un ataque tremendo de satanás contra toda la humanidad. Os he dicho que seréis preservados de la furia de satanás, pero también os he dicho que tenéis ese compromiso grande de transmitir todo lo enseñado a vuestros hermanos.
Dejad, pues, que Mi Santo Espíritu os guíe hacia donde tenéis que ir y dejad que Mi Amor os llene con todas las Virtudes, Dones, Gracias, con las que Yo os he preparado para que deis luz en estos tiempos de gran tiniebla.
Os amo, Mis pequeños, seguid adelante, no dudéis, manteneos firmes en lo que se os ha dado y confiad plenamente, porque estaríais fallándoMe si no hacéis lo que Yo os he pedido; pero, sobre todo, no falléis en Fe, pedidMe que ésta sea una Fe que en ningún momento se doblegue.
Gracias, Mis pequeños.