Oct 23_2020 Los tesoros que se os han dado del Cielo, y que están en las Sagradas Escrituras, los habéis enterrado y olvidado. Éste es vuestro error, ¡éste es el error de esta generación!, haberse apartado de Mí, vuestro Dios.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, hablando espiritualmente, cuando sois pequeños, vosotros no os imagináis lo que tenéis que aprender en cuanto a la espiritualidad con la que debéis crecer. Os ayudan vuestros padres, os ayudan vuestros hermanos, os ayuda un ser querido a crecer en la espiritualidad y a iros preparando para recibir los Sacramentos que os irán dando más Sabiduría, Entendimiento, Consejo, pero sobre todo, mucho amor hacia Mí, vuestro Dios.

Vais creciendo y empezáis a ver a los pequeños; empezáis a compararos con ellos, a comparar el conocimiento que ahora tenéis con el que teníais en esa edad. Quizá os toque ahora ayudar a alguno de esos pequeños a ir creciendo en la espiritualidad en la que tienen que crecer, para que vayan gozando de Mi Amor, de Mis Bendiciones, del Conocimiento sobre Mí, y eso les vaya abriendo esa puerta espiritual en su alma y que vayan también gozando, junto con vosotros, el panorama espiritual al que están llamados.

Seguís creciendo y, si la espiritualidad que se os dio tocó las fibras más profundas de vuestro corazón, vosotros mismos empezaréis a buscar más sobre Mí, sobre lo que la Iglesia os enseña, sobre lo que está en las Sagradas Escrituras y, de esta forma, ayudados por Mi Santo Espíritu, iréis adquiriendo ese amor grande hacia Mí, que es el que os va a abrir las Puertas, de par en par, del Cielo, para que cuando regreséis a él, gocéis eternamente estar Conmigo.

Cuando se está Conmigo, no hay temor; cuando se os habla de muerte, no hay temor porque Me conocéis, porque Me amáis, porque ya os habréis adentrado a esos Misterios de Amor a los que estáis llamados. Cuando actuáis así, sois las almas escogidas y sois las almas agradables a Mis Ojos y a Mi Corazón.

Desgraciadamente, ya veo muy pocas almas como éstas que os acabo de describir. Ya no buscan mejorarse en el Conocimiento de Mis Verdades y de Mi Amor, ya no buscan conocer más sobre lo que Mi Hijo os dejó para que vosotros, al conocer toda esa Verdad que se os dio del Cielo, la podáis dar a vuestros hermanos y, de esta forma, se va perdiendo lo que todos vosotros debierais guardar como un gran tesoro en vuestro corazón.

Cuando estáis llenos de Mí, satanás no puede contra vosotros porque él no puede destruir un alma que está llena de Mi Amor; la atacará, pero será vencido porque él no puede contra Mi Amor y ese Amor ya lo lleváis vosotros en vuestro corazón, y además lo compartís con vuestros hermanos.

Satanás, os he dicho, quiere destruir toda Mi Obra, tanto a vosotros como a todo lo que yo creé para agradaros, pero vosotros no hacéis gran cosa por defender, primeramente, vuestra alma y, en seguida, el lugar en donde vivís, que es la Tierra. Habéis desperdiciado infinidad de Bendiciones que os he dado para protegeros, para ayudaros a crecer a niveles de santidad, como muchos hermanos vuestros han llegado a ese grado y que conocéis en los altares como almas santas.

El mal se ha apoderado de todo lo que está a vuestro alrededor y ya no hacéis gran cosa por tratar de vencerlo. Os ha llegado una gran apatía espiritual que Mi Hija os predijo que se daría en este tiempo, porque muchos de vosotros habéis apostatado a la Fe en la que fuisteis bautizados y ésta es una grave acción de parte vuestra, porque os estáis desprotegiendo de la Gracia, de Mi Gracia, con la que os protejo contra los ataques de satanás.

En vuestro libre albedrío habéis errado mucho, porque os habéis apartado de Nuestra Santísima Trinidad, de Mi Hija, la Siempre Virgen María, del Señor San José, de la ayuda de los Santos Ángeles y Santos; tenéis todo el Cielo que os protege y está de parte vuestra, pero ya no creéis, ya no hay Fe en vosotros, no habéis cultivado la Fe que se os dio en el Bautismo, por eso estáis sufriendo lo que ahora estáis sufriendo, Mis pequeños, porque si tuvierais Fe, si vivierais en Mi Amor, si cumplierais con lo que os he pedido en los Mandamientos y orarais con un fervor verdadero, podríais vencer fácilmente a satanás, pero él os ha llevado a evitar todo eso al daros cosas del mundo a las que les habéis dado más valor de lo que son.

Los tesoros que se os han dado del Cielo, y que están en las Sagradas Escrituras, los habéis enterrado y olvidado. Éste es vuestro error, ¡éste es el error de esta generación!, haberse apartado de Mí, vuestro Dios. Ahora estaréis sufriendo las consecuencias de ese olvido hacia Mí, vuestro Dios, vuestro Creador, vuestro Salvador.

¿A quién acudiréis cuando los acontecimientos se vuelvan más dolorosos, más penosos? ¿Creéis, acaso, que el mismo satanás os ayudará a quitar ese dolor que fuertemente sufriréis? No, Mis pequeños, se estará burlando de vosotros porque, mientras sufráis, presumirá ante Mí, vuestro Dios, que os destruyó, que sí pudo quitaros la vida espiritual y el amor hacia Mí, como él Me amenazó que lo haría cuando fue arrojado del Cielo, porque su soberbia lo llevó a traicionarMe, a traicionar el Amor.

No tenéis idea, Mis pequeños, lo que habéis hecho: Haber olvidado a vuestro Creador y haber evitado que Mis Bendiciones cayeran sobre vosotros, ya que mientras vivís en pecado grave, no podéis recibir Mis Bendiciones. Vosotros mismos Me habéis rechazado de múltiples formas y ese dolor que Me habéis causado se volverá sobre vosotros.

Yo Soy un Dios Justo, os he dado demasiado. Los Tesoros del Cielo se vuelcan sobre vosotros simplemente por el hecho de haberos creado, porque así Soy Yo, consiento a Mis creaturas, pero siempre y cuando ellas también volteen hacia Mí y Me amen de corazón.

Habéis errado fuertemente y Me echáis la culpa de lo que os está sucediendo, pero no meditáis en vuestro error tan grave: el que os hayáis olvidado de Mí, vuestro Dios. Lo que estáis sufriendo es causa de vuestro error, no de Mí, porque creéis que os he olvidado; Yo no os olvido, Mis pequeños, estáis continuamente en Mi Mente y en Mi Corazón, y ciertamente espero el momento en que vosotros os arrepintáis de vuestros errores, volváis a Mí y así nuevamente derrame Mis Bendiciones sobre vosotros, pero es vuestro libre albedrío el que decide si queréis regresar a Mí.

Llorad vuestros errores ya desde ahora, porque éstos os traerán grandes dolores y vuestras lágrimas serán muchas más de las que ahora derramais por vuestro error cometido hacia Mí, vuestro Dios.

Regresad a Mí, os perdonaré y nuevamente seréis Mis hijos consentidos. Regresad, Mis pequeños, os amo, os bendigo y os envío a Mi Santo Espíritu para que os toque en vuestra mente y en vuestro corazón, os haga ver la realidad de vuestro error, os lleve al arrepentimiento y a que Me pidáis perdón de corazón para que Yo Me derrame en Bendiciones sobre vosotros.

Gracias, Mis pequeños.