Oct 15_2020 Me estoy dando por vosotros, Soy vuestro Hermano mayor, Soy vuestro Dios, y todo lo que padecí y sigo padeciendo, porque vuestros pecados siguen adelante, lo sigo sufriendo.

Coronilla de la Divina Misericordia – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, cuando Me acompañáis en Mi Pasión, cuando estáis junto a Mí, cuando estáis viendo en vuestro interior lo que Me hicieron y vuestro corazón se mueve en compasión, sois como un bálsamo que hace que estos dolores tan graves con los que Me golpearon, estos dolores que Me causaban esos gritos, esas blasfemias, esa maldad del pueblo, y especialmente de los fariseos, de los sacerdotes que querían deshacerse ya de Mí, Me traigan alegría y así Me animáis a seguir adelante.

Vine a darMe por vosotros, pero no todos están Conmigo. Muy pocos, de todas las generaciones que van, desde que Me di por vosotros, son los que se acuerdan de acompañarMe y, sobre todo, de dolerse Conmigo, porque estoy padeciendo lo que vosotros debierais padecer, pero no soportaríais.

Me estoy dando por vosotros, Soy vuestro Hermano mayor, Soy vuestro Dios, y todo lo que padecí y sigo padeciendo, porque vuestros pecados siguen adelante, lo sigo sufriendo, y vuelvo a insistir: Son muy pocos los que Me acompañan y al estar Conmigo, como os dije, sois un bálsamo que Me trae alegría, Me trae aliento, Me trae vuestro amor, y al caminar juntos voy olvidando tantos pesares, tantos pecados, tanta maldad, porque al ver vuestro corazón, lleno de Mi Amor, Me reflejo en vosotros.

Yo vine a dar Amor y, al venir vosotros a Mí, Me estáis dando Mi propio Amor y Me alegra mucho el saber que almas como vosotros recibís con un corazón abierto lo que Yo os vine a dar y, de esta forma, Me siento halagado de saber que al menos algunas almas sí recibieron lo que Yo os vine a traer para vuestra salvación, y a la vez vosotros también os volvéis intercesores para que otros hermanos vuestros Me conozcan, cambien de vida y puedan salvarse.

Gracias por acompañarMe, Mis pequeños, gracias por estar Conmigo, gracias porque os doléis también vosotros con tantos golpes, tanta maldad que infringieron en Mi Cuerpo los verdugos, pero, sobre todo, el dolor que Me causaba el pueblo con sus desprecios, con sus groserías, con sus blasfemias, siendo que por mucho tiempo les estuve Yo hablando de Amor, los estuve acompañando en sus dolores. Milagros vieron y para muchos de nada sirvieron, porque la maldad ganó sobre ellos y no Mi Amor que Yo les mostraba en cada momento.

Así es de débil el corazón del hombre, en un momento Me ama y en otro momento Me traiciona. Os pido, Mis pequeños, que no seáis así, manteneos firmes en Mi Amor y seguidMe acompañando, Mis pequeños, para que Yo pueda seguir adelante en Mi Donación por vuestra salvación.

Gracias, Mis pequeños.