Jun 08_2020 Os pido que estos momentos y los futuros de purificación que tendréis, es más, vuestra vida diaria, sea ofrecida en todo momento para que Me quitéis los dolores que padezco por vuestros pecados.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

=========================================

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

=========================================

Primer Misterio. Hablan Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo.

Visión: Veo a mi Señor Jesús, está crucificado. Lo veo de perfil y es un atardecer, casi oscureciendo.

VedMe, Mis pequeños, sigo aquí crucificado, sigo padeciendo por vuestros pecados. Muchos años han pasado desde Mi Sacrificio por vosotros y sigo aquí en la Cruz, sufriendo por tantos pecados que se cometen. Tened misericordia de Mí, Mis pequeños, sufro y son vuestros pecados los que Me hacen sufrir, Yo no he cometido ni un solo pecado y sufro por los vuestros, por vuestra salvación, por vuestra santificación.

No hay amor en vuestro corazón, no os conmovéis al ver Mis dolores, no os conmovéis por el sufrimiento continuo que tengo por causa vuestra. Yo Me di por vosotros, por vuestra Redención, para abriros las puertas del Cielo y que pudierais entrar, ahora os toca a vosotros bajarMe de la Cruz. Son vuestros pecados y, con vuestro arrepentimiento, y con vuestro cambio de vida, Me podéis bajar. Debéis tener un cambio de vida hacia el amor, hacia la comprensión entre unos y otros, hacia el agradecimiento a Nuestra Santísima Trinidad.

Ciertamente, los dolores que tendréis en la purificación que estáis ya padeciendo, al ofrecerlos por Mis dolores, Me iréis aminorando el dolor. Cuando vosotros crezcáis en el amor, en el Verdadero Amor, es cuando Me podréis bajar de la Cruz y caminaré nuevamente entre vosotros.

Tendréis que padecer como Yo padecí por vosotros, pero Yo padecí sin deber nada y fue porque tomé vuestra vida, vuestros pecados, vuestra indiferencia hacia Mí, que Soy el Amor. Yo ofrecí Mis dolores por vuestra salvación, en Mí sólo había Amor hacia vosotros para salvaros. Os pido que estos momentos y los futuros de purificación que tendréis, es más, vuestra vida diaria, sea ofrecida en todo momento para que Me quitéis los dolores que padezco por vuestros pecados.

Cuando se venga la purificación en su nivel más alto, las pocas almas que queden serán las que por su amor y por su agradecimiento Me podrán bajar de la Cruz.

Hay tanto desamor entre vosotros, tanta mentira a vuestro alrededor, tanta falsedad entre los hombres. Satanás os ha engañado muy fuertemente y la vida que estáis viviendo no es la vida que Mi Padre quiso para vosotros.

Vosotros tenéis inteligencia y esa os la da vuestro diario actuar y lo que aprendéis de la vida, pero la Sabiduría solamente viene de Nosotros, de Nuestra Santísima Trinidad, y ésta se os concede cuando estáis aptos para gozarla, para vivirla, para utilizarla para el bien vuestro y el de vuestros hermanos, desgraciadamente son muy pocas las almas que piden la Sabiduría Divina, porque si la tuvierais, este mundo sería muy diferente al que ahora estáis viviendo.

La Sabiduría os da el Conocimiento de todo lo creado, pero a nivel Divino. Con la Sabiduría conocéis la profundidad de Nuestro Amor y de Nuestro Conocimiento. Con la Sabiduría camináis sin errores, gozáis mucho más de todo lo creado, de lo visible e invisible, entráis a vivir en un mundo muy diferente al que vivís en lo humano. Al vivir en la Sabiduría, conocéis Misterios Divinos, reservados para las almas que se han dejado mover por Nuestro Amor.

Nuestra Sabiduría se derrama sobre las almas buenas, sobre las almas que ya han padecido y conocen lo que es el valor del dolor y del amor. Cuando vivís bajo el don de la Sabiduría, podéis profundizar en el pensar de las almas y las podéis ayudar a alcanzar su santidad.

Al vivir bajo la unción de la Sabiduría, podéis conocer cómo Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad, veMos al hombre y es cuando os concedeMos la Sabiduría para que ayudéis, en lo personal, a quién queráis ayudar, tanto en lo físico como en lo espiritual.

La Sabiduría os lleva a conocer otros horizontes amplísimos, grandísimos, bellísimos. La inteligencia os limita, conocéis solamente lo que vivís a vuestro alrededor, lo que vive el ser humano en lo material, en lo que es su vivir diario; la Sabiduría os da esto y más, porque conocéis cómo Nuestra Divinidad actúa en todo lo que vosotros hacéis, lo que hacen vuestros hermanos, se os deja conocer lo que vendrá y aceptáis Nuestra Voluntad, porque sabéis qué es lo mejor para vosotros.

Vivir bajo la moción de la Sabiduría es lo mejor que le puede suceder al alma. Como os dije, pasáis a un nivel espiritual más alto y más bello, y vuestros gozos se multiplican. Dejad que Mi Santo Espíritu trabaje en vosotros y os conceda la Sabiduría y, como os dije, ésta se le da a las almas que han trabajado en su espiritualidad, que han limitado el pensar humano y han dejado que Nuestra Voluntad actúe libremente en ellas.

La Sabiduría no tiene límites, pero sí la podéis limitar si la queréis utilizar para bienes humanos, egoístas, malos. Tener y vivir bajo la Sabiduría Divina es ya una seguridad de salvación para el alma, porque la Sabiduría siempre os va a llevar hacia el Bien, a trabajar para que Mi Reino se expanda y para buscar el bien de las almas para su salvación, no sin que éstas antes produzcan mucho fruto para que se ganen ese premio eterno. Vivir en la Sabiduría es vivir el Cielo en la Tierra.

La Sabiduría os da a conocer perfectamente lo que es bueno y lo que es malo, no hay matices grises; lo gris entra dentro de lo malo. La Sabiduría os llevará siempre por el buen camino y vuestras obras serán reconocidas y agradecidas por vuestros hermanos; seréis un digno ejemplo de ser Hijos de Dios, Hijos del Altísimo, porque la Sabiduría viene de Mí, vuestro Dios y Creador.

La Sabiduría os lleva hacia una profunda humildad, porque es tan grande, es imparable, es omnipotente y es cuando reconocéis que sois tan pequeños que no os La merecéis, pero La tenéis porque os amo. Yo comparto lo mejor que tengo, Mis pequeños, con aquellos en quienes puedo confiar y a quienes más amo, porque han sabido escoger Mi Presencia en ellos, a pesar de que hayan vivido con grandes bienes humanos.

Cuando tenéis Mi Sabiduría, cuando os otorgo Mi Sabiduría, empezáis a conocer y a vivir profundamente lo que ya habíais vivido, pero no habías reconocido la profundidad de Mi Amor en cada obra que Yo hice en vosotros. Reconocíais y agradecíais lo que Yo os daba, pero no conocíais el Amor que Yo ponía en todo lo que Yo os daba y cómo Mi Corazón amoroso se derramaba sobre cada acto de cada regalo con que Yo os adornaba.

Mi Amor es inmenso y consiento a las almas que más amo, porque ellas reconocen y agradecen esos actos de Amor con que Yo las consiento. Esa era la vida que se vivía antes del Pecado Original, tanto vuestros padres, Adán y Eva, como toda la Creación, que viva está, agradecían cada acto de Amor que de Mí brotaba para engrandecerlos, para vivificarlos, porque Mi Presencia y Mi Amor sobre lo creado siempre os da vida y cada vez a un nivel más alto.

Ahora no lo comprendéis plenamente, pero lo comprenderéis cuando ya os vayáis acercando a Mí.  Os vais a ir dando cuenta con los regalos que os vaya dando, porque vosotros, al iros donando, estaréis permitiendo que Yo vaya viviendo más plenamente en vosotros y así iréis reconociendo cómo Mis regalos se irán haciendo cada vez mayores y vuestros gozos también, y vosotros responderéis con agradecimientos salidos de vuestro corazón, los cuáles alegrarán Mi Corazón.

Gracias, Mis pequeños, por responder con vuestro agradecimiento a cada acto de Amor que Yo os doy. Os veo pequeñitos, Mi Corazón se enternece al veros, y sobre todo al ver que estáis creciendo en Virtudes y en amor, y no Me hacéis a un lado de vuestra vida ni de vuestros pensamientos.

Un padre y una madre se enternecen cuando el hijo va creciendo y sus agradecimientos de amor los van apreciando más, porque ahora ven que él reconoce lo que vosotros le habéis dado, y ese abrazo, ese beso, que os da, llega hasta lo más profundo de vuestro corazón y vuestro corazón se derrite en amor, y eso es lo que pasa conMigo, Mis pequeños: Vosotros…

(empiezo a llorar, siento el gozo de Nuestro Dios)

…podéis derretir Mi Corazón también cuando vuestros actos, vuestros agradecimientos, salen de lo más profundo de vuestro corazón y con una sinceridad y con un amor de niños, con esa pureza de intención que solamente de los niños puede salir.

Gracias, Mis pequeños, porque buscáis la perfección cuando os dejáis conducir por Mi Sabiduría y, sobre todo, cuando aprendéis a agradecer con la inocencia de los niños.

Gracias, Mis pequeños.