Jun 04_2020 La oscuridad está sobre vosotros, conMigo está la Luz.

Rosario matutino.

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Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: No seáis, pues, como esos pueblos de Sodoma y Gomorra, que simplemente vivían en el mal, vivían para agradar a su cuerpo y para destruirlo también. Ya sois almas redimidas, sois almas muy diferentes a aquellas de esos dos pueblos, tenéis todo para poder santificaros, porque Mi Hijo os lo dejó.

(Lenguas…) Hijitos, ciertamente he comparado esta generación con los pueblos de Sodoma y Gomorra, porque los pecados actuales son peores que los que se cometían en esos tiempos en Sodoma y Gomorra. La maldad era total en todos los habitantes de esas dos ciudades, sólo Lot y su familia permanecían fieles a Mí, vuestro Dios, por eso los rescaté antes de que cayera Mi Ira sobre estas ciudades.

Soy un Dios Misericordioso, os he dicho, pero Justo también en extremo. Amo aun a los pecadores, los que están dañando Mi Sacratísimo Corazón; espero pacientemente su retorno a la Gracia, y les pongo todas las posibilidades para que se acuerden de Mí, para que se den cuenta de sus pecados, para que retornen a Mi Amor Infinito.

Ciertamente, Sodoma y Gomorra no tenían almas como las hay actualmente, las que pueden orar por vuestros hermanos, almas que se han entregado a Mí, almas escogidas, como vosotros, que Me buscan, que Me aman, que quieren agradarMe en todos sentidos. Vosotros, los que estáis conMigo, estáis sufriendo también por toda esta maldad que os rodea, por toda esta maldad que veis que está acabando con muchas almas buenas que se han dejado mover hacia el mal por conveniencias, por necesidad, por presiones.

Ciertamente, al ser un Dios Justo, y Yo, conociendo el interior de cada alma, os juzgaré según lo que padecisteis, lo que hicisteis, lo que pensasteis. Conozco vuestros corazones y conozco la situación de vuestra existencia, no puedo juzgar igual a uno que, poniendo toda su voluntad, pecó contra Mí, o a aquellos que fueron presionados para pecar contra Mí, y así os puedo poner ejemplos para que os deis cuenta de Mi Misericordia y de Mi Justicia.

Esta generación, ciertamente, va a ser juzgada más severamente que Sodoma y Gomorra, porque tuvisteis vuestra Redención, Mi Hijo se dio por vosotros, tenéis muchos elementos para poder salvaros y no los aprovechasteis. Estáis viviendo como si vivierais en Sodoma y Gomorra, haciendo a un lado todo lo que Mi Hijo os dejó para vuestra salvación. Estas almas, ciertamente, serán juzgadas más severamente porque han hecho a un lado a Quien los salvó.

Mucha maldad habéis dejado entrar en vuestro corazón, a pesar de tener el ejemplo de vida que os dejó Mi Hijo. Con toda vuestra voluntad, con vuestro libre albedrío, habéis escogido el camino del mal, aun así, os sigo amando y os sigo poniendo todas las posibilidades a lo largo de vuestra existencia, para que os deis cuenta de vuestro error y os podáis arrepentir y volver a Mí.

Muchas veces os he dicho que lo menos que quiero Yo, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador, es vuestra condenación. Sois Míos, os he creado a Imagen y Semejanza Mía, os amo porque Me pertenecéis, pero si vosotros queréis pertenecer a satanás, ese ya es vuestro libre albedrío y Yo ya no puedo hacer nada por vuestra salvación. Os he dado todo lo posible para que viváis cerca de Mi Corazón, para que produzcáis amor, para que salvéis almas, para que deis ejemplo de vida, para mover corazones hacia la conversión de muchos de aquellos que os rodean, que también van por mal camino.

Me da tanta tristeza ver el mundo. Son tan pocas las almas, tan pocas las almas que están conMigo, tan pocas las almas que Me buscan, tan pocas las almas que quieren perfeccionarse, que quieren agradarMe; tan pocas las almas que se acuerdan de Mí y que sienten que Me necesitan. Esa es la humildad de las almas que Yo necesito, que Me busquen porque Me necesitan, porque se sienten indefensas, porque no se sienten con un nivel de Gracia para agradarMe, que se sienten que podrían dar más pero no pueden. Estas almas pueden ser elevadas a la santidad porque, para llegar a ser santos, hay que tener una base firme de humildad.

No seáis, pues, como esos pueblos de Sodoma y Gomorra, que simplemente vivían en el mal, vivían para agradar a su cuerpo y para destruirlo también. Ya sois almas redimidas, sois almas muy diferentes a aquellas de esos dos pueblos, tenéis todo para poder santificaros, porque Mi Hijo os lo dejó. No me causéis más dolor, Mis pequeños, seguid los pasos de Mi Hijo, llenaos de Su Amor, salvad almas y Yo os tomaré para que viváis eternamente conMigo.

Os he dicho que los ataques de satanás se van a incrementar y, si no estáis preparados para luchar contra toda esa maldad, fácilmente os vencerá y os llevará a la perdición eterna. Daos cuenta de Mi Misericordia, Mis pequeños, os busco hasta el último segundo de vuestra existencia, busco vuestro arrepentimiento, espero con ansias que os deis cuenta de vuestro error, no os dejo a la deriva para que os perdáis.

Soy vuestro Dios y os amo, ¡regresad a Mí, Mis pequeños!, regresad por el amor que Mi Hijo os dio, que os enseñó y que se dejó matar para daros vida a vosotros.

Os bendigo, Mis pequeños, seguid el camino recto, el que os llevará hacia la Luz Eterna. La oscuridad está sobre vosotros, conMigo está la Luz. Os amo, Mis pequeños.

Gracias, gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen.

Sobre: Muchas, muchas almas se pierden a diario y se condenan porque no hay ningún hermano en el mundo que ore por la salvación de las almas.

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Vuestra vida es como un túnel, largo, largo, pero con Luz. Vais viviendo y vais caminando por ese túnel que lleva Luz, que lleva la Luz del Espíritu Santo, pero a los lados de ese túnel se abren puertas y, al abrirlas, hay oscuridad. Estas puertas, que son las tentaciones que os pone satanás, se van abriendo a lo largo de vuestra vida, y os van llevando a caer en los pecados capitales, y así se va dando cuenta satanás de qué sois débiles y os va poniendo más tentaciones de esa debilidad que padecéis en vuestra espiritualidad.

Siempre tendréis Luz en ese túnel, que es vuestra vida, y debéis luchar para no entrar en esas habitaciones oscuras que se abrieron a los lados, y poder salir de ellas si caísteis, y esto es a través de vuestro arrepentimiento de corazón y, sobre todo, por la confesión de vuestros pecados y el perdón de ellos.

Vuestra vida se vuelve difícil cuando no estáis viendo y viviendo esa luz. Os debéis acostumbrar a vivir en la Luz y no en las tinieblas que se abren a los lados, a los costados, y que os llevan a vuestra perdición. No os debéis acostumbrar a esa oscuridad en la cual ya no os podéis mover con Virtudes, con Amor, con sencillez, con Humildad.

Todos caéis a lo largo de vuestra existencia, abriendo esas puertas oscuras a lo largo de ese túnel que es Luz. Ciertamente, los que buscáis el estado de Gracia, los que tenéis una Fe fuerte, aunque caigáis, saldréis; vuestro pecado a veces será por error, a veces será por curiosidad, pero prácticamente todos caéis y abrís esas puertas a los pecados graves, a los pecados capitales, y aun a pecados menos graves, pero que también dañan el Corazón de Mi Hijo.

Yo os voy acompañando por ese túnel. El Cielo entero os acompaña y todo el Cielo, esa Luz del Cielo, es la que le va dando Luz a vuestro túnel, que es vuestra vida, pero es vuestra decisión la de, a ratos, entrar en esos cuartos oscuros, en donde satanás os está esperando para que os apartéis de esa Luz que os lleva al estado de Gracia, a una vida sin pecado, a una vida de amor.

Orad por aquellos que han preferido quedarse en alguno de esos cuartos llenos de tinieblas, causado por algún vicio, alguna maldad, algún error, pecados graves de los cuales no se pueden levantar, porque no hay suficiente fuerza en ellos, no hay vida en la Gracia, no hay vida de oración.

El perdón de Nuestro Dios y Señor siempre estará presente para perdonaros, pero vosotros sois los que vais haciendo vuestra vida, la vais creando, y os debéis dar cuenta de que esos errores, en algún momento, os van a dejar dentro de un cuarto de esos y ya no podréis salir, y es cuando os alejáis de la vida de la Gracia. Hay muchos hermanos vuestros que están ahí, que prefirieron abrir esas puertas, quedarse ahí y ya no querer salir a la Luz para seguir caminando por un camino seguro, un camino en el cual no caerían porque está alumbrado por la Gracia de Nuestro Dios, sino que han preferido vivir en la oscuridad.

Mucho mal hay a vuestro alrededor. A cada paso que dais se puede abrir una de esas puertas que os invita a entrar. Tenéis que tener muy firmes vuestros deseos de amar y respetar a Nuestro Dios y Señor; debéis estar muy conscientes del daño que Le causáis a Su Sacratísimo Corazón. Debéis buscar en todo momento Nuestra ayuda, porque os heMos dicho que, sin Nuestra ayuda, fácilmente caéis en el error.

Satanás es un demonio, un demonio que os quiere destruir, que no os va a respetar en ningún momento, que no va a estar satisfecho hasta que vosotros estéis condenados y, además con ello, burlarse de Nuestro Dios y Señor, porque le quitó un alma que pertenecía al Cielo.

Poco meditáis, Mis pequeños, de vuestra realidad espiritual. Poco oráis para defenderos de los ataques de satanás, poco oráis también para crecer espiritualmente y llegar a niveles más altos en el Reino de los Cielos; poco oráis por vuestros hermanos que están en condiciones similares a las vuestras, pero que no conocen cómo salir de esa encrucijada a la que han llegado en su vida.

Algunos tenéis valores, bases espirituales que, en momentos de dificultad, vienen a vuestra ayuda y volteáis hacia Nosotros para que os salveMos, pero hay tantos hermanos vuestros que no tienen esas bases espirituales y entonces sí viene una desesperación grandísima en sus almas, y son las que se pueden perder eternamente.

Mucho os heMos pedido que penséis y actuéis como la realidad es, que sois familia, que todos vosotros sois una familia junto con la familia del Cielo, y os pregunto: Si a algún miembro de vuestra familia lo vierais en peligro, ¿os quedaríais impávidos, sin mover un solo dedo, por ayudarle?

Muchas, muchas almas se pierden a diario y se condenan porque no hay ningún hermano en el mundo que ore por la salvación de las almas. Muy pocas son las almas que atienden a este llamado que se os ha dado de ver por vuestros hermanos que, aunque no los conocéis, existen y viven en Nuestro Corazón, y quereMos que vivan también en vuestro corazón, que estéis conscientes, nuevamente os digo, de que sois familia y que muchas almas necesitan de vuestra intercesión por su salvación.

No olvidéis esto, Mis pequeños: Sois familia con la familia del Cielo.

Gracias, Mis pequeños.