Mayo 28_2020 Os pido oréis por aquellos hermanos vuestros, ministros, sacerdotes verdaderos, santos sacerdotes que están luchando contra tanta maldad de satanás, dentro de Mi misma Iglesia.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

 (Lenguas…)

Hoy, hijitos Míos, estoy ante vosotros, vengo a juzgaros. Yo Me he dado por vosotros, Me di por completo por vosotros. Os he dejado el gran tesoro, el único y gran tesoro que tenéis sobre la Tierra, que es Mi Iglesia, la que guarda Mi Cuerpo y Mi Sangre, el Conocimiento Divino, las Palabras para vuestro crecimiento espiritual, Mis obras, para que al seguirlas vosotros, os santificarais.

¡Oh, humanidad perversa! ¡Oh, humanidad de maldad! Satanás ha afectado vuestra vida, vuestros pensamientos, os ha llevado a errores muy graves que merecen vuestra destrucción total. Sodoma y Gomorra es una sombra ligera a lo que ahora estáis viviendo como una tiniebla abrumadora que cubre a todos los niveles de vuestra sociedad, y especialmente a la Iglesia, la Iglesia que fundé para vuestro bien y de la que han brotado graves traidores.

¡Oh, Mi Iglesia! ¡Oh, ministros perversos! ¡Falsos sacerdotes! ¡Traidores ministros! Ministros sin corazón ni piedad hacia Mí. No sois ejemplo digno como para deciros que sois protectores y guías de Ella, Mi Iglesia, el gran tesoro que dejé entre vosotros en la Tierra, para que La cuidarais, La protegierais de la maldad de satanás, y en lugar de protegerla os aliasteis con él. Os habéis vuelto timoratos, malvados, traidores; ya no hay en vosotros ese deseo grande de agradarMe, de vivirMe, de transmitirMe; ya no dais vuestra vida por defender Mi Presencia Viva entre vosotros.

¡Cuánta decepción Me causáis! ¡Cuánto error habéis diseminado entre los fieles! Vuestra vida ya no es de ejemplo hacia ellos. Os habéis vuelto del mundo y, más que eso, os habéis vuelto aliados de satanás. A los que son verdaderamente hijos Míos, verdaderos sacerdotes santos, los hacéis a un lado; evitáis su presencia para que no se pueda comparar la santidad de ellos con vuestra maldad satánica. Os sentís mal al estar ante un verdadero hijo Mío, custodio de Mis Verdades y protector de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.

¡Cuánta maldad habéis aceptado en vuestra vida y en vuestro corazón! Y, ¿aun así creéis que Yo voy a interceder por vosotros cuando os presentéis ante Mí? No, Mis pequeños, vuestra maldad ha llegado a niveles muy graves, vuestros sacrilegios son inmensos. ¡Habéis apostatado! La abominación que habéis permitido es muy grave. ¡Más les valiera no haber nacido a muchos de vosotros!, ya que, al haberos aliado con satanás, habéis causado que muchas, muchas almas se hayan perdido y, aunque estén en el Infierno, claman justicia contra vosotros, malos ministros, ¡falsos ministros de Mi Iglesia!

Cuando veis que alguno de vosotros va creciendo en santidad, que Me ama, que Me busca, lo bloqueáis, no lo dejáis crecer, evitáis su santidad, evitáis que llegue a Mí puro, santo, inmaculado, como Yo quisiera que fuerais todos vosotros, ministros de Mi Iglesia, pero ¡no!, habéis formado grupos satánicos, destructores de la Fe, destructores del Amor. Sois los fariseos y escribas de este tiempo que Me traicionáis, que Me queréis seguir viendo en la Cruz, y con eso creéis que habéis triunfado contra vuestro Dios, contra vuestro Mesías, y sorpresa os llevaréis cuando la Cruz se vuelva hacia vosotros y os juzgue, cuando lleguéis ante Mí en el Reino de los Cielos.

Vuestro lugar en los infiernos será muy doloroso, porque os lo merecéis, ¡traicionasteis a vuestro Dios! ¡Traicionasteis a vuestro Salvador! ¡Traicionasteis al Mesías enviado para salvaros!, y vosotros os convertisteis en el enemigo y llevasteis a muchas almas a su condenación, cuando debisteis haber sido salvadores, como Yo lo he sido para vosotros.

Mis pequeños, os pido oréis por aquellos hermanos vuestros, ministros, sacerdotes verdaderos, santos sacerdotes que están luchando contra tanta maldad de satanás, dentro de Mi misma Iglesia, que se les prohíbe ser esos verdaderos y santos sacerdotes que han cumplido con su promesa de seguirMe, pase lo que pase, aun dando su propia vida con tal de llevarMe a vuestros hermanos y llevarlos a su salvación eterna.

Para vosotros, santos sacerdotes, las puertas del Cielo están abiertas de par en par. Os lo habéis ganado, porque Me seguisteis, quisisteis ser como Yo, vuestro Jesús, Cristo Jesús, que sufrió por todos vosotros, por toda la humanidad. Vosotros, custodios del gran tesoro que os he dejado sobre la Tierra, agradecido estoy con vuestro actuar, con vuestro amor, y sobre todo por defender en estos tiempos Mi Presencia entre vosotros y respetarla como Me lo merezco Yo, vuestro Dios.

Mi Madre, Mi Madre Santísima os protege, os cuida, os guía, os lleva por buen camino; sufre con vosotros, sufre con vosotros al ver la destrucción que ha causado satanás dentro de la Iglesia. A Ella le pedí, estando Yo en la Cruz, que la cuidara para el bien de aquellos que Me siguen, de aquellos que Me aman, de aquellos que Me buscan, de aquellos que quieren crecer en perfección.

¡Benditos seáis, Mis pastores! ¡Mis santos pastores! Que dais vuestra vida, aun a pesar de que podáis morir cuando el lobo os ataque. Sois verdaderos ejemplos Míos en la Tierra. Vuestro lugar en el Reino de los Cielos será muy especial, os lo aseguro, y grandes bendiciones caerán sobre vosotros desde ahora y por toda la eternidad.

Estos son tiempos de gran tribulación, son tiempos para Mis ministros y fieles valientes que Me protegen, que Me cuidan, que Me aman, que Me llevan a sus hermanos para mantener Mi Vida sobre la Tierra. Me habéis cuidado, Me seguís cuidando, Me protegéis contra el lobo y, por eso, Yo así también os protejo a vosotros.

Tomad de Mí Mi Amor, tomad de Mí Mi Fuerza, para luchar contra el mal. Yo os protegeré porque Me estáis protegiendo a Mí.

¡Benditos sois! Mi Amor queda con vosotros.

Gracias, Mis pequeños.