Mayo 28_2020 Un rayo de luz interna iluminará vuestra mente y os mostrará vuestros pensamientos antiguos y actuales, así podréis conocer cómo os veo Yo, vuestro Padre y vuestro Dios.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, un rayo de luz interna iluminará vuestra mente y os mostrará vuestros pensamientos antiguos y actuales, así podréis conocer cómo os veo Yo, vuestro Padre y vuestro Dios.

Ciertamente, al daros los Mandamientos, fue muy clara Mi petición de cómo debíais actuar con ellos, pero el hombre se ha desviado tanto que le da varios significados a un mismo Mandamiento. Satanás se ha encargado de ir corrompiendo cada vez más al hombre, ya no hay luz en su consciencia, ya no habéis dejado vivir en vosotros a Mi Santo Espíritu, que os lo puse en vuestro interior para que os guiara por el camino del bien y para que siempre os dejarais guiar por esa Luz Divina que, al seguirla, asegurarías vuestro camino santo en la Tierra y, con ello, aseguraríais vuestra entrada al Reino de los Cielos.

Os he dicho que vinisteis a la Tierra a producir amor y a salvar almas, pero ¿qué habéis hecho con esa orden Mía? ¿Cuánto habéis hecho por vuestros hermanos? ¿Cuánto habéis hecho para que todos los que han estado en contacto con vosotros, al menos en una edad en la que pudierais ya ayudar a vuestros hermanos, los hayáis aconsejado a hacer el bien y dejar el mal, siendo vosotros primero ejecutores del bien y además que se os notara el ser guiados por Mi Santo Espíritu?

Hay tantas desviaciones a vuestro alrededor. Satanás ha desviado vuestra atención y ha desviado los Mandamientos que Yo os dejé. Cada quien ha hecho una libre interpretación de ellos y los han manejado a su gusto, y no se trata de eso, Mis pequeños, los Mandamientos son órdenes Divinas. Si los repasáis uno a uno, os daréis cuenta en cuántos errores podéis caer en cada uno de los Mandamientos: Por un lado, veréis el error humano y, por otro lado, veréis vuestra salvación al no caer en el pecado.

Como os he dicho antes, los Mandamientos son focos rojos que os alertan a que no caigáis en el mal del que os hablan, pero hacéis caso omiso de esos focos rojos y Me dais la espalda y acabáis haciendo vuestra propia voluntad, y con eso caéis en pecado. No habéis puesto mucho de vuestra parte para alcanzar la santidad de vida, no veo esfuerzo alguno en el que podáis o pudiereis haber dicho: “Desde este momento, en mi vida va a haber un parteaguas. Ciertamente he hecho el mal, pero, de ahora en adelante, buscaré el bien a toda costa.” Y eso prácticamente no lo veo, no lo escucho en las almas.

Vuestros errores os pueden llevar a sufrir mucho o demasiado en el Purgatorio, pero que no os importe, con tal de que os podáis salvar todos, pero hay otras almas que no buscan su perfección y simplemente se dejan llevar por sus pasiones desordenas y no pueden salir ya de ahí, de ese hoyo que han cavado y se encuentran ahí prácticamente sin salvación alguna.

¿Qué habéis hecho con el tesoro tan grande que os he dado? Vuestra alma es como un receptáculo al cual podéis llenar de cosas buenas y, cuando os digo cosas buenas, en Mi Omnipotencia Divina os puedo llenar de tantos regalos espirituales que ni siquiera imagináis que existan pero que Yo os los voy dando para que los viváis desde ahora y eternamente. Es tanta la variedad de gozos que Yo os puedo dar y que os daría si los buscarais, pero ya no creéis en Mí, ya no Me buscáis, la misma Iglesia no os ayuda a vosotros a crecer; ya casi no hay buenos sacerdotes que os inciten a buscar la santidad de vida o a que os aventuréis, como los grandes santos, a hacer bienes espirituales grandes a vuestro alrededor que enamoren a las almas a seguirMe y a vivir en Mí.

Os habéis hecho ya una vida pasiva en vuestros días, ya no hay, podría decir “emociones espirituales” grandes que podríais vivir si las buscarais dentro de vuestro corazón, al tener ese contacto Divino conMigo. Se os hace difícil o casi imposible pensar en tener un diálogo conMigo, vuestro Dios, y al negar ello no lo buscáis, y eso es lo que os vais perdiendo, Mis pequeños, por vuestra falta de Fe. Yo estoy en vuestro interior, espero siempre que Me toméis en cuenta en vuestras acciones, en vuestros ideales, en vuestras metas, pero no Me tomáis en cuenta. Para muchos de vosotros, simplemente entro dentro de una leyenda bonita, no Soy un personaje real sino un personaje de ficción y así Me tienen, y es a tal grado esto que ya no creen ni siquiera en Mi Presencia Real en la Sagrada Eucaristía. Soy un personaje más que os dio buenos consejos y los seguís, y eso es todo lo que pensáis de Mí.

¿Qué Soy Yo para cada uno de vosotros, Mis pequeños? Os pregunto a cada uno de vosotros, ¿qué Soy Yo para vosotros en vuestra vida actual y en vuestra vida futura? Estoy tan solo, siendo Yo vuestro Dios que os he creado; a pesar de que sois miles de millones de almas, Me siento solo porque no Me acompañáis, porque no platicáis conMigo, porque no tengo que ver nada en vuestra vida. Estoy entre miles de millones de almas y vuestras ocupaciones personales no os permiten estar conMigo. Soy el Dios olvidado, el Dios escondido, y esto es doloroso, Mis pequeños. ¡Cuánto quisiera Yo convivir con vosotros y entre vosotros! Solamente Me buscáis por interés, mas no por convivencia. Es doloroso esto, Mis pequeños.

Creéis vosotros que vuestra vida ya está hecha, y Yo salgo sobrando en ella, no hay lugar para Mí en vuestra existencia, en vuestra familia, en vuestro hacer diario. Soy el Dios olvidado y os repito, esto Me duele. Tanto podría Yo hacer por vosotros, por cada uno de vosotros, derramar Mi Conocimiento, derramar Mi Ciencia, derramar los Dones del Espíritu Santo abundantemente sobre vosotros y seríais felices, los podríais gozar inmensamente, porque son Dones Divinos, pero ni siquiera pensáis en ellos. Por un lado, no os interesan, por otro lado, no los queréis conocer o quizá no los queréis tomar para no tener ningún tipo de compromiso conMigo.

Habéis creado una falsa paz en vuestro interior, en donde Yo no Soy el autor de esa paz, y esa paz que tenéis, esa falsa paz se difumina, se desvanece, se va fácilmente cuando se os presenta una contrariedad en vuestra vida. Si fuera una verdadera Paz venida de Mí, pase lo que pase en vuestra existencia o alrededor vuestro, Mi Paz permanece en vosotros, pero no Me lo pedís, no la buscáis, o no queréis conocerla. Y, ¿cómo queréis tener Mis Dones, Mis regalos, si no Me buscáis, si no creéis en Mí, si no tenéis Fe en saber que Yo os los puedo dar?

Preparaos, como os he pedido, para esta fiesta de Pentecostés y, con Fe, acercaos a Mi Santo Espíritu para que os vaya guiando hacia la verdad de vida. Pedid el Don del Espíritu Santo, que abarca todos los Dones, y así podréis gozar todos los regalos, Bendiciones, Gracias, que os pueden dar todos los Dones de Mi Santo Espíritu. Ciertamente hay un compromiso, porque los dones son para servir a vuestros hermanos y para darMe Gloria a Mí entre vosotros, pero ¿no vale la pena un gozo grande que podáis tener, al servicio que también gozaréis al compartir Mis Dones con vuestros hermanos?

Todavía os creéis niños pequeños que solamente pedís, pero no dais, y ahora ya es tiempo de que crezcáis. El tiempo se acaba y no os habéis donado perfectamente a Mí, vuestro Dios. ¿Cómo estaréis en el momento de vuestro Juicio? ¿Qué Me daréis? ¿Qué llevaréis en vuestras manos para ofrecerMe y para agradecerMe de todo lo que os he dado a lo largo de vuestra existencia? Os he dicho que mientras más deis más recibiréis, pero ¿qué habéis dado? ¿En qué Me habéis ayudado a Mí, vuestro Dios, para compartir Mi Reino con vuestros hermanos?

Muchos de vosotros estáis vacíos, no habéis hecho grandes cosas para salvarMe almas, para dejar Mi Amor sobre la Tierra. ¿Acaso os sentís satisfechos por haber vivido en la Tierra, aunque no hayáis dejado mucho fruto? ¿Acaso hay almas agradecidas con vosotros por el bien que les hayáis hecho, tanto en lo material como en lo espiritual? ¿Podríais contar al menos diez hermanos vuestros que se hayan deleitado con vuestro ejemplo, con vuestras palabras, con vuestras acciones? Os pido poco y ni aun así alcanzáis a cubrir la cantidad que os pido. ¿Realmente habéis movido almas hacia la salvación? ¿Habréis movido almas que prácticamente estaban condenadas por su mal proceder, por su mal pensar, por su vida negativa y que, al haber entrado vosotros en contacto con ellas, las hayáis convencido de cambiar hacia el bien?

Os estoy enumerando lo que Mi Hijo hizo por vosotros, lo que hizo cuando estuvo en la Tierra, y que os he pedido muchas veces para que vosotros seáis los Cristos de este tiempo, Mis Hijos Cristos en este tiempo. ¿Acaso os odian a vosotros como odiaron a Mi Hijo por haber vivido en el bien?

Meditad todo esto y más, Mis pequeños, porque en algún momento, quizá no muy lejano, os tendréis que presentar ante Mí para vuestro Juicio Particular. ¿Cómo estaréis preparados? ¿Vendréis con la frente en alto, gozosos sabiendo que, con lo que Me mostraréis Me daréis también gozo a Mí, vuestro Dios, u os presentaréis avergonzados, con la cabeza baja y casi escondiéndoos, porque no soportareis Mi vista, porque os estaré juzgando desde antes que lleguéis a Mí?

Se os dio el don de la vida para dejar amor entre los hombres y para ayudarles en su salvación, ¿qué hicisteis por vuestros hermanos? ¿Qué hicisteis para agradarMe a Mí, vuestro Dios? En la Cruz Mi Hijo os pidió: “Tengo sed, dadMe almas”, y fue una orden, una orden de Amor, ¿la habéis cumplido?

Esto y más tendréis ante Mi Presencia cuando seáis juzgados, o quizá tengáis un momento anterior de arrepentimiento, todavía dándoos una oportunidad de cambiar de vida. Misericordia tuvisteis en abundancia, ahora estáis viviendo Justicia, Mi Justicia. Preparaos, Mis pequeños, Soy todo Amor, pero también os juzgaré dentro de Mi Justicia Divina. No os podréis apartar de ella, estaremos solos.

Meditad, cambiad lo que podáis, haced méritos. El tiempo se acorta.

Gracias, Mis pequeños