Mayo 18_2020 Tenéis una tarea bella, tenéis una tarea que va a dejar estela y esa estela, con ella, llegaréis al Reino de los Cielos cuando termine vuestra misión.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, vosotros sois los hijos pródigos de este tiempo. Os habéis apartado de la Gracia y le habéis dado la espalda a Mi Amor.

Os mandé a llevar a cabo una misión en la Tierra y esta misión es de amor. Vosotros fuisteis creados como fuente de amor para que vosotros rociarais, con Mi Amor, a todas aquellas almas a vuestro alrededor con vuestras oraciones, con vuestro buen ejemplo, con una vida entregada a Mí, vuestro Dios. No os estoy pidiendo que todo el tiempo estéis ante un altar orando, intercediendo, sino hacer que vuestra vida esté llena de Mi unción de Amor, así como Mi Hijo os lo enseñó. Mi Hijo estuvo entre vosotros y no se la pasaba todo el día orando frente a un altar, Él hacía la vida normal de todos vosotros, pero llevaba un ofrecimiento profundo en cada cosa que decía, hacía y lo que pensaba, todo Me lo ofrecía a Mí.

Cuando vosotros obráis en el amor y Me pedís estar unidos en todas vuestras acciones, tareas, todo eso va a quedar ungido con Mi Amor, porque todo aquello que sale de Mí es perfecto y, si vosotros estáis unidos a Mí, vuestros actos serán también perfectos, siempre y cuando estéis confiando plenamente en Mí y en Mi ayuda Divina.

Entended, Mis pequeños, que está en vosotros que cambie todo lo que está a vuestro alrededor, y también vuestra propia vida. Si Me dejáis a Mí, vuestro Dios, vivir en vosotros, desde ese mismo momento empezaréis a cambiar, pensaréis diferente, actuaréis diferente a como se actúa en la Tierra. Ciertamente, al actuar diferente seréis atacados, como Mi Hijo también fue atacado, porque no coincidís con el pensamiento humano que ya está afectado por lo que satanás ha diseminado sobre la Tierra, pero eso no os debe de importar, Mis pequeños, Yo estoy con vosotros y esa es vuestra misión: Ir cambiando todo lo que está afectado por satanás, a llevarlo a una purificación Divina y, esto es, que todo quede ungido en Mi Amor.

Tenéis una tarea bella, tenéis una tarea que va a dejar estela y esa estela, con ella, llegaréis al Reino de los Cielos cuando termine vuestra misión. En vuestro Juicio Particular, esa estela es la que le dará el triunfo a vuestra existencia para que podáis vivir eternamente en el Reino de los Cielos, pero ¡ay de aquellos! que han bajado, que Me dieron la espalda, que se volvieron instrumentos de satanás y que, ciertamente, también dejan estela, pero dejan estela de mal, de pecado, de corrupción, dejan oscuridad a su alrededor, dejan mucho llanto y muertes. ¡Ay de aquellos!, porque más les valiera no haber nacido, porque tanto será su pecado que su futuro eterno será aterrador.

Esto os lo digo porque aún no os dais cuenta del valor de un alma. Así como cuando actuáis en el bien y levantáis un alma que estaba perdida y la regresáis al buen camino, vuestro premio será inmenso porque regresasteis un alma al bien, un alma que Me pertenece, un alma que merece estar en el Reino de los Cielos porque Mi Hijo se dio por todos vosotros, y vosotros sois corredentores con Mi Hijo, y esta corredención la lográis, Mis pequeños, cuando obráis en el bien y movéis almas a que regresen a Mí. Y así, como os regalo el Reino de los Cielos por un alma que Me regresáis al buen camino, aquellos que son instrumentos de satanás y que llevan a una o a muchas almas al error, al pecado, y no hacen los méritos necesarios para vivir conMigo eternamente en el Reino de los Cielos, porque Mi Dolor es grande, sufrirán con satanás eternamente.

Tened en cuenta esto, Mis pequeños, porque vuestra misión en la Tierra es muy delicada. Es el obrar en el bien o el obrar en el mal, y por eso debéis ser vuestros jueces en cada momento de vuestra existencia. El hablar con palabras amables, educadas, llenas de vida espiritual, palabras que puedan mover hacia la conversión, palabras que puedan levantar el ánimo de un hermano vuestro, palabras que los lleven a meditar en el error en el que viven, esas son palabras de aliento guiadas por Mi Santo Espíritu y es lo que vosotros debéis vivir pero, si vuestras palabras llevan al error, llevan grosería, llevan maldad, llevan muerte, eso mismo recibiréis;  lo mismo vale para vuestros pensamientos y vuestras acciones.

Vuestra vida sobre la Tierra debe ser una vida que esté guiada por Mí y por Mi Santo Espíritu, y no podéis dejar que satanás guíe vuestra existencia, porque él os llevará al dolor eterno. Al momento en que sintáis que algo malo está en vosotros, que alguna palabra, un pensamiento, una acción, no va acorde a lo que Yo quiero de vosotros, porque fuisteis creados para la perfección, en ese momento arrepentíos inmediatamente, Mis pequeños, porque no sabéis ni el día ni la hora en que regresaréis a Mí para vuestro juicio personal. Por lo contrario, alegraos, y alegraos en Mi Amor, cuando de vosotros salgan palabras sanas y santas que ayuden a otros a crecer espiritualmente, que ayuden a otros a alcanzar el Reino de los Cielos, que ayuden a otros a ser instrumentos también, como vosotros lo sois, con eso estaréis asegurando vuestra vida eterna.

Sí, ciertamente todo esto suena a una exigencia grande y por eso es difícil que un alma pase directamente de la Tierra al Cielo, porque debéis cuidar todo, toda vuestra vida, todos vuestros pensamientos, palabras, acciones; seréis juzgados por cada segundo de vuestra existencia, por cómo utilizasteis el tiempo de vuestra vida para darMe Gloria y para la salvación de las almas. Sí, ciertamente Soy muy exigente pero también el premio que os voy a dar es inmenso, es inconmensurable, no cabe en vuestra mente lo que Yo, vuestro Dios, os voy a dar como premio si actuáis en el bien, si habéis vivido en el bien, si Me habéis traído muchas almas para la salvación. Así como Soy exigente para con vuestros errores, también Soy exigente en Mí mismo para daros alegría y vida eterna.

Soy vuestro Dios y Mi Amor es Infinito, pero Mi Justicia también es Infinita. Llevad esto siempre en vuestra mente, Mis pequeños. No existen para Mí los pecados leves, esos “pecadillos”, como les decís vosotros, ¡son pecados! que os pueden llevar a pasar mucho tiempo de purificación en el Purgatorio. Ciertamente no tienen la maldad de un pecado mortal, pero esos “pecadillos”, como les decías vosotros, dañan Mi Corazón grandemente. Tened cuidado también con ello, Mis pequeños, no dañéis vuestro cuerpo y no dañéis tampoco el de los demás, ¡menos su mente ni su corazón! Que lo que salga de vosotros sea siempre para bien de los demás para llevarlos a Mi Gloria, al Cielo que os tengo prometido.

Os repito: Soy exigente para el bien, porque la santidad obliga a eso. Os quiero de regreso, Mis hijos pródigos, os quiero de regreso a todos. ¡AyudadMe! Que, a través de vuestra presencia, de vuestras palabras, de vuestro amor para con vuestros hermanos, Me ganéis muchas almas de regreso al Reino de los Cielos, os lo pagaré infinitamente, Mis pequeños.

Os bendigo y sabed que estáis en Mi Corazón.

Gracias, Mis pequeños.