Mayo 13_2020 La apostasía que Mi Madre os profetizó en Fátima, que vendría si no os convertíais, la estáis viviendo ahora. Cada quien cree en lo propio, en lo que le conviene.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

==============================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

 (Lenguas…)

Visión: Veo a Dios Nuestro Señor en Su Resurrección, Victorioso, está saliendo de entre las nubes y hay mucha luz a su alrededor. Está vestido de blanco, botones al frente, corona alta, redonda, con piedras preciosas. Alrededor de Él muchos angelitos y muchas rosas, muchas rosas que salen, que Lo adornan (Lenguas…)

Estáis viviendo tiempos de gran tribulación, Mis pequeños. Os he dado Mi Vida, os he dado Mi Resurrección, os he dado ocasiones múltiples de conversión y el hombre no entiende, el hombre sigue cerrado en el mal, no quiere abrir su corazón hacia la Luz que Yo os he traído. Mucha oscuridad os está rodeando, mucha maldad ataca al hombre, satanás muy enfurecido está por ver que todavía hay Bien en algunas almas en el mundo. Él os quiere destruir, Mis pequeños, ¡entended esto! Él os quiere destruir y quiere destruir toda Mi obra, quiere destruir el Amor del mundo, quiere destruir la Herencia que Yo os dejé.

La maldad se ha apoderado de innumerables almas y vosotros camináis por el mundo como muertos en vida.  No hay en vosotros esa chispa que os ilumine para querer cambiar, para vivir como Yo os lo he pedido, a pesar de que la chispa existe, porque os la traje Yo, vuestro Dios, pero os habéis acostumbrado ya a una monotonía letal. No queréis cambiar hacia el bien, os habéis acostumbrado ya al mal que ha dispuesto satanás en vuestras vidas. ¡Cuánto error hay entre vosotros! ¡Cuánto error hay en vosotros! Se os ha dado mucho y no habéis querido entender.

Mi Madre os ha buscado de país en país, de corazón en corazón. Estáis celebrando otro de esos momentos sublimes que Yo le permití y le pedí a Mi Madre que tuviera para ayudaros, para convenceros en el amor de que debéis regresar a Mí, el Amor increado, pero muy pocos, muy pocos habéis entendido cuánto amor se derrama sobre vosotros a cada momento, en cada segundo de vuestra existencia.

La maldad os rodea y la aceptáis en vuestra vida como cosa rutinaria, como parte de vuestra existencia, ya no alcanzáis a ver la luz, la verdadera Luz que Yo, vuestro Dios, os he traído. La maldad ha corrompido todo lo que os rodea, autoridades, creencias, la vida sublime que debierais llevar. Vivís en una mediocridad espiritual tremenda, la apostasía ha llegado a todo el mundo, ya no buscáis a vuestro Dios, ya no buscáis a vuestro Creador, ya no Me buscáis a Mí, vuestro Redentor, ya no buscáis la vida interior que debéis vivir y a la cual os debéis someter porque es lo mejor para vosotros. Es un sometimiento de humildad y de sabiduría, es un sometimiento en total libertad para encontrar, a través de ese sometimiento, vuestra verdadera vida a la que estáis llamados.

Mucho se os ha dado, Mis pequeños, mucho amor y mucho dolor se ha derramado para buscar vuestra conversión, vuestro arrepentimiento, vuestro regreso a Nuestro Amor y a la verdadera Fe que debisteis haber cuidado y atesorado como lo más grande en vuestra vida.

La apostasía que Mi Madre os profetizó en Fátima, que vendría si no os convertíais, la estáis viviendo ahora. Cada quien cree en lo propio, en lo que le conviene. El pecado está arraigado fuertemente en el corazón del hombre y, lo peor de todo, es que no os interesa hacerlo a un lado, ya no buscáis un cambio de vida radical, el cual necesitáis para que Mi Gracia se derrame nuevamente y en abundancia sobre vosotros.

La espada de la Justicia está por caer ya sobre la Tierra. Mi Madre intercedió por toda la humanidad para que Yo, Su Hijo, detuviera estos castigos que vendrán, pero el pecado cada vez se hizo más grande, más pesado y, a pesar de tanto amor, vosotros no quisisteis mover vuestro corazón al arrepentimiento y a la conversión.

Muchos años, muchos años se os dieron para que entendierais este Mensaje de Amor, pero también de preocupación Divina, y no quisisteis entenderlo, no quisisteis tomarlo como precaución para que no sucediera lo que ahora viviréis. La humanidad sufrirá en una forma muy dolorosa. VedMe en la Cruz, ved Mis dolores, ved cómo satanás Me dejó a través de los verdugos, ahora la humanidad tendrá que sufrir lo que estáis viendo en la Cruz; Mis dolores ahora serán vuestros dolores, pudisteis haber evitado todos los dolores que tendréis, se podrían haber disminuido si hubierais entendido la lección, pero no hicisteis caso al llamamiento divino que se os dio.

Preparaos pues para los sufrimientos, para los dolores, para vuestra purificación y para la eliminación de una gran parte de toda la humanidad. Quedará un resto fiel muy pequeño, ¡muy pequeño!, que son las almas obedientes, sabias; las almas que entendieron y percibieron tanto amor que se derramó sobre vosotros, tanto de Mi parte como de parte de Mi Madre, la Siempre Virgen María. Con lágrimas en los ojos está Mi Madre en estos momentos, viendo a esta pobre humanidad; el Cielo entero llora también esta desgracia que sufrirá esta humanidad por no haber querido entender el llamamiento que se os dio.

¡Arrepentíos, los que todavía queráis volver a Mí!  Mi Misericordia caerá sobre vosotros y os protegerá de la fuerza infernal que tratará de destrozar todo lo que creado. Vosotros, el resto fiel, seréis protegidos, pero también purificados; sufriréis en menor grado y aceptad, Mis pequeños, esta purificación, para que podáis después recibir el gran regalo que se os tiene preparado, por haber sido fieles, sencillos, humildes, y sobre todo sabios. Mucho se os dio y mucho desperdiciasteis, Mis pequeños; desobedecisteis a vuestro Dios, hicisteis a un lado Su Palabra, preferisteis adorar al enemigo y eso es un gran pecado, Mis pequeños, un gran pecado que tiene que ser purificado.

Incrementad vuestra oración, Mis pequeños, por el bien de algunas almas que todavía se pueden salvar. Llanto y dolor se escuchará por todos lados, no sabréis a dónde ir ni qué hacer; oscuridad, tinieblas, los elementos se alterarán, sentiréis la maldad de satanás atacándoos por todos lados. Mi Iglesia oscurecida está, y así permanecerá, no habrá amor en esos momentos y todo será soledad, cada quien buscará su propio bien. Viviréis momentos como perros rabiosos, atacándoos los unos a los otros. No produjisteis amor y amor no habrá para reconciliaros.

Maldad satánica habrá por todos lados porque se liberará la maldad de satanás, porque a él preferisteis en vuestra vida, y ahora veréis y sentiréis su maldad en pleno; a él le buscasteis y ahora le encontraréis. Os daréis cuenta de vuestro error, pero ya será muy tarde, sufriréis lo indecible porque os apartasteis del verdadero bien que Yo os traía. Vosotros mismos habéis forjado este castigo que viviréis, no quisisteis escuchar las verdades que se os dieron, ni quisisteis vivir el amor celestial que Yo os traje. Vuestro arrepentimiento llegará tarde a vuestra vida.

Cuánto dolor, ¡cuánto dolor habéis causado a Mi Corazón Sacratísimo! No quise que sufrierais todo esto, pero no entendisteis la lección. Sólo aquellos que están conMigo podrán salir adelante de todo este dolor. Sufriréis, como os dije, pero en menor grado, y seréis protegidos contra esa maldad furiosa de satanás, que ciertamente os tratará de destruir, porque lleváis Mi Luz y ésta brillará entre las tinieblas que os dije se darán, pero no os preocupéis, Mis pequeños, sois Míos y satanás no podrá contra vosotros.

Alegraos por esto, Mis pequeños, porque vosotros sí probaréis Mi protección y Mi Amor. Vosotros sí creísteis y vuestra fe ahora será recompensada. Manteneos en oración, en paz, y vuestro corazón lleno de amor; que vuestras lágrimas, por ver a vuestros hermanos sufriendo, también se unan a las lágrimas del Cielo entero. Llorad el error de vuestros hermanos, acercaos a Mi Corazón y al de Mi Madre, lloremos juntos ese error tan grande que propició los dolores tremendos que esta humanidad tendrá.

Os amo, Mis pequeños, os amo porque fuisteis fieles, porque Me acompañasteis en Mis momentos difíciles, porque estabais junto a Mí en Mi Pasión dolorosa, y gozasteis también Mi Resurrección. Vosotros sí sois Mis verdaderos hijos, Mis hermanos, sí sois parte de Mi Vida. Pronto pasará este dolor y se dará la luz de los nuevos tiempos que vosotros habitaréis y gozaréis como regalo de vuestra fe, de vuestra confianza en Mí, vuestro Dios.

Me acompañasteis en los momentos difíciles, pero ahora vendrá el gozo de Mi Resurrección en vosotros. Esperad esos momentos con gran alegría, a pesar del dolor que también tendréis; gozad ya desde ahora esa luz que vendrá sobre vosotros y os traerá una paz Divina. Un nuevo mundo empezará, una nueva generación vendrá y seréis parte de ella.

Gracias, Mis pequeños, por haber confiado en Mí, vuestro Dios. Yo os bendigo en Mi Santísima Trinidad.

Gracias, Mis pequeños.