Mayo 12_2020 Os pido, Mis pequeños, que como a diario se siguen sacrificando a vuestros pequeños hermanitos a satanás, que tomen toda esa sangre que va a ser ofrecida a satanás, la tomen ustedes y ofrézcanmela a Mí para irle quitando fuerza a éstos que siguen a satanás.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…)

Hijitos Míos, vosotros tenéis un gran poder sobre satanás, y es la oración. Quiero puntualizar en esto, Mis pequeños, para que entendáis más sobre el poder de la oración.

En las Sagradas Escrituras podéis ver cómo Yo enseñaba a Mis discípulos y apóstoles para que fueran a evangelizar y, ciertamente lograban lo que Yo les decía: hacían milagros, recuperaban la salud a los enfermos, movían corazones a la conversión, pero había ciertos espíritus con los cuales no podían ellos luchar, y esto se lograba gracias al ayuno. Esa unidad, ayuno y oración es poderosísima, Mis pequeños, y debéis hacerla porque los tiempos son graves.

Ahora, ciertamente, satanás también tiene sus seguidores y estáis viendo la maldad que se ha diseminado por todos lados y los que le siguen adquieren su poder, poder satánico, malvado en todos sentidos, a través del sacrificio de hermanitos vuestros, empezando por los abortos. La sangre de los bebés abortados, ofrecidos a satanás, le dan fuerza a aquellos que le siguen, pero también los sacrificios humanos que se han dado a lo largo de la historia, para darle contento a satanás y obtener su poder, se siguen dando.

Os pido, Mis pequeños, que como a diario se siguen sacrificando a vuestros pequeños hermanitos a satanás, que tomen toda esa sangre que va a ser ofrecida a satanás, la tomen ustedes y ofrézcanmela a Mí para irle quitando fuerza a éstos que siguen a satanás.

Es muy importante esto que les digo, Mis pequeños, porque satanás va a ir contra vosotros porque él quiere el poder sobre la Tierra y sobre el Universo entero, pero, por otro lado, para que vosotros quedéis protegidos fuertemente, ofrézcanLe a diario, a Mi Padre, Mi Sangre para el bien de vosotros y para la destrucción de la maldad de satanás. En la sangre va vuestra vida, es vida lo que vosotros le estáis ofreciendo a Mi Padre, Mi Vida que está moviendo corazones a la conversión, Mi Vida que está dando fuerza a aquellos que Me siguen, Mi Vida que está ayudando en la santificación de aquellos que se están ofreciendo a Mí, vuestro Salvador.

OfrecedMe, y ofrecedLe a Mi Padre, vuestros dolores, vuestras angustias, todo aquello que os quita la paz, todo aquello que os duele tanto en cuerpo como en alma, y también ofrecedLe vuestras alegrías, vuestros triunfos, y dadLe, ¡dadLe a Mi Padre, desde ahora, las gracias por el triunfo que se acerca! Yo no solamente vine a abrir las puertas del Cielo, sino vine a glorificar a Mi Padre con el seguimiento de todos vosotros, al seguir lo que Yo os daba. Que esa alegría de saber que vosotros pronto seréis liberados de las fuerzas de satanás, os dé esa alegría santa y os dé la fuerza para seguir adelante.

Como os dije, satanás tiene sus seguidores y por eso os hemos pedido que ahondéis en la oración, que profundicéis en ella, que intercedáis por aquellos que no oran. El segundo paso del poder de la oración es cuando os unís a la Comunión de los Santos. Cuando a veces os piden que oréis por alguien, sentís que no sois nada, no entendéis cómo un Padre Nuestro, un Ave María, pueden ayudar a alguien y ciertamente cuando vuestra oración la hacéis vosotros solos es muy pequeña, tiene muy poco poder, y es por eso que os hemos enseñado a uniros a la Comunión de los Santos. Al momento en que vosotros invitáis a todo el Cielo: Ángeles, Santos, obviamente a Nuestra presencia de Nuestra Santísima Trinidad, a Mi Madre la Virgen María, al Señor San José, los grandes Santos, cuando invitáis también a las ánimas del Purgatorio y os unís a todas las oraciones de la Tierra, ya vuestra Ave María, unida a ellos, ya no vale por uno, vale por millones. Ese es el gran poder de la oración cuando os unís a millones y millones de almas, y por eso una misa, un Rosario, aun la más pequeña oración que digáis, pero unida a la Comunión de los Santos, tiene un valor inmenso, inconmensurable, y omnipotente porque lo estáis haciendo con Nuestra potencia divina en Nuestra Santísima Trinidad.

Satanás irá perdiendo su poder con esta oración de unión y sobre todo, como les decía, por quitarle esa sangre que hermanos malos vuestros le están ofreciendo y que esa sangre quede unida a Mi Sacrificio, también para la salvación de esas almitas a las cuales les están quitando la vida y que Me pertenecen.

Que Mi Sangre Preciosa os cubra a vosotros, a los vuestros, a todo aquello que es vuestro. A vuestra economía, a vuestra salud, a vuestros hogares, a vuestras familias, a todo lo que tenga que ver con vosotros, para que satanás no os toque y no toque lo vuestro. Recordad que estáis en una guerra espiritual y todo aquello que le dañe a él en sus planes, se va a ir sobre vosotros, pero Mi Sangre Preciosa y Mi Amor Infinito os cubrirá a vosotros contra toda acechanza de satanás.

Diciéndoos esto, os pido que acrecentéis vuestra oración para que satanás vaya perdiendo fuerza y poder sobre todo lo creado, visible e invisible. Os guío, os protejo, os amo, Mis pequeños, seguid adelante, no dejéis la oración y salvad a todos aquellos hermanitos vuestros que están siendo sacrificados a satanás, y pedid que también Mi Sangre Preciosa y Mi Amor Infinito cubra a aquellas almas que están haciendo el mal para que no pueda satanás acercarse a ellos plenamente, y así no os pueda atacar con más fuerza.

Os he dicho que al mal hay que atacarlo con el bien, y por eso os doy estos consejos de amor. Que no haya en vosotros ninguna palabra de mal, ningún movimiento en el mal, ningún pensamiento en el mal, al contrario, acrecentad el bien en vuestros pensamientos, palabras y obras, y así venceréis al que os quiere destruir.

Gracias, Mis pequeños.