Mayo 11_2020 Sabéis que el ejemplo vale más que mil palabras, seguid pues este consejo: Actuad como Yo actué y moveréis a muchas almas hacia Mí.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…)

Dices bien, hijo Mío, la vida espiritual del hombre es muy frágil, pende de un hilo muy delgado. Vosotros falláis muy fácilmente y especialmente cuando no estáis conMigo. Os conozco porque estuve entre vosotros, os preparo porque sé con quién puedo contar.

Recordad que sí, ciertamente Mis apóstoles fueron frágiles y en la prueba fallaron, pero no fallaron después de recibir Mi Santo Espíritu en Pentecostés. Tuvieron un tiempo para meditar su error después de Mi muerte, y al momento de recibir a Mi Santo Espíritu, fueron momentos de preparación. Mi Madre, la Siempre Virgen María, se reunía con ellos, les recordaba Mis Palabras, les daba lecciones de vida y de amor, hacía que su corazón se encendiera fuertemente con Mi Amor, y Ella los fue preparando para recibir a Mi Santo Espíritu que les recordó todo lo que Yo les había enseñado y todavía más, por eso os pido, Mis pequeños, que le pidáis a Mi Madre, la Siempre Virgen María, que os acompañe, que os aconseje, que os guíe por el camino de la verdad, de la justicia, del amor, que fue lo que Yo os traje, Mis pequeños.

Ella es vuestra Madre, Ella es el Gran Amor también entre vosotros. Satanás no puede contra Ella, porque Ella está llena de Mi Amor, y tampoco puede contra los hijos espirituales que Ella Me deja cuando vosotros os acercáis a Ella y os dejáis educar como Yo os eduqué.

Mis pequeños, estáis llamados a la perfección, estáis llamados a hacer el bien, pero ciertamente necesitáis la ayuda de Mi Santo Espíritu. Cada quien tiene una percepción del Bien en una forma muy particular, y vosotros debéis dejar guiaros por el verdadero bien, que es lo que Yo os dejé y que tenéis en las Sagradas Escrituras. Si realmente vivierais según os marcan las verdades de las Sagradas Escrituras, vivirías el Cielo en la Tierra, viviríais el Amor Verdadero, un respeto angelical, pero poco acudís al conocimiento eterno que está en las Sagradas Escrituras, no les dais el valor que tienen, buscáis por otros lados un supuesto conocimiento que nunca va a ser perfecto, como lo que Yo os dejé.

Al vivir en el amor, el verdadero Amor, estaréis viviendo en la perfección porque todo se mueve en el amor, en Mi Amor Verdadero. Todas las almas son susceptibles al Amor, aun las almas que consideráis muy malas, también ellas caen de rodillas ante el amor. Recordad esto, Mis pequeños, porque si vivís en el amor, si enseñáis el amor, todo estará de vuestro lado. Todos, todos vosotros necesitáis ser amados, aunque algunos no sabéis dar amor como otros quisieran que así fuera, pero eso no importa, debéis enseñar a vuestros hermanos a amar. Recordad que, antes que las palabras para enseñar, está el ejemplo; podéis dar toda una conferencia sobre el amor, pero un acto malo después de esa conferencia, algo que no vaya de acuerdo a lo que vosotros dijisteis, echa a perder todo el tiempo que disteis en tratar de hacer entender lo que es el amor.

Predicad con el ejemplo, como Yo lo hice, Mis pequeños, y luego dad la palabra para que enriquezca vuestro ejemplo. La maldad siempre va a estar a vuestro alrededor, tratando de destruir las verdades que viváis y que digáis, pero no os debe preocupar eso, Mis pequeños, porque Mi Amor siempre vencerá. La maldad siempre va a dejar un mal ejemplo, pero la Sabiduría Divina hará que vuestros hermanos y vosotros mismos sepáis discernir qué seguir, si el bien o el mal, la palabra buena y constructiva o la palabra destructiva y ofensiva.

Todos queréis vivir en el bien, pero os debéis acercar fuertemente a la oración.  Yo soy vuestro Dios, vivo en vuestro interior, Mi Santo Espíritu os guía y Él os conduce a la verdad. También eso os falta, Mis pequeños, buscar el Consejo Divino dentro de vosotros. Entrad continuamente a vuestro corazón para que seáis guiados en la verdad y en el amor, y podáis darlo a vuestros hermanos.

Sabéis que el ejemplo vale más que mil palabras, seguid pues este consejo: Actuad como Yo actué y moveréis a muchas almas hacia Mí.

Gracias, Mis pequeños.