Ene 21_2020 El único Libro que os va a ayudar en vuestra salvación eterna, es la Sagrada Biblia, y que la tenéis a vuestro alcance pero, desgraciadamente, no sacáis de ella lo que os va a dar lo que es la Verdadera Vida.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO

======================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

======================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, vosotros habláis, continuamente, de la vida, de tener vida, pero no estáis buscando la Verdadera Vida. Os he dicho muchas veces que la equivocación es muy común en el hombre y, especialmente, cuando estáis alejados de Mi Sabiduría Santa.

Alguna vez te dije, Mi pequeño, que el único Libro que os va a ayudar en vuestra salvación eterna, es la Sagrada Biblia, y que la tenéis a vuestro alcance, pero desgraciadamente, no sacáis de ella lo que os va a dar lo que es la Verdadera Vida. Ciertamente, algunos de vosotros buscáis, en la Biblia, en algún momento de vuestra existencia, alguna lectura que os llame la atención y, quizá por eso, decís que ya leíste la Biblia, sí la leísteis, pero aquí, no es de leerla nada más, Mis pequeños, es el lograr hacer lo que habéis leído ahí. Os podéis llenar de Conocimiento, pero es la obra, de lo que sacasteis de ahí, de un Conocimiento Santo, lo que os va a dar, a vosotros, la santidad de vida. La acción en el Bien es lo que Yo voy a juzgar, Mis pequeños, podéis conocer mucho, pero no actuáis y si no actuáis en el Bien, de nada os sirve el conocimiento. Podéis ser una mala persona que no deis ejemplo santo y podréis decir, que habréis leído, ¡leído!, vuelvo a repetir, la Santa Biblia, pero no pusisteis en acción lo que ahí se os dice, para que lleguéis, precisamente, a esa santidad de vida a la que estáis llamados.

Mucho se habla del Conocimiento, pero, tomáis, solamente, lo que os conviene y lo tergiversáis. Quizá, muchas veces, tomáis de una lectura una frase, que, según vosotros, os llega al corazón, y os convencéis de esa frase, pero está incompleta, porque si la seguís leyendo, cambia su sentido al leerla por completo.

Mis pequeños, cuando tomáis la Sagradas Escrituras, debéis pedir la ayuda de Mi Santo Espíritu, la soberbia humana es tremenda, y la soberbia os ciega, y en ese momento, ya no actúa Mi Santo Espíritu en vosotros, porque estáis solamente buscando lo que a vosotros, como seres humanos, os interesa y vosotros no estáis llamados a ser, simplemente, seres terrenos, habéis tomado esa situación humana para cumplir una misión en la Tierra, en un lugar físico, vosotros estáis llamados a una vida espiritual eterna, y se os ha repetido mucho que vuestro paso, aquí en la Tierra, es efímero, efímero, cuando veis, realmente, lo que es la eternidad. Vuestro paso sobre la Tierra es un suspiro, comparado con la eternidad que viviréis, ya sea, en el Bien, gozando todas Mis Gracias y Bendiciones en el Reino de los Cielos, porque Me buscasteis, vivisteis, actuasteis en el Bien; o viviréis en el dolor eternamente, en el Infierno si no seguisteis lo que Yo os pedí, si no cumplisteis con Mis Leyes, pero, sobre todo, si no vivisteis las Enseñanzas que se os dieron en la Sagradas Escrituras y no llenasteis o cubristeis esas Enseñanzas con Mi Amor.

El Amor lo es todo, Mis pequeños, porque Yo Soy el Amor Eterno, si vosotros no estáis actuando en el Amor, en la sencillez, no estáis actuando como Mi Hijo os enseñó. Yo Soy un Dios Sencillo, Humilde, a pesar de Quien Soy y así os lo enseñó Mi Hijo con Su Presencia ente vosotros en la Tierra. Siendo Dios, en Mi Segunda Persona, Él no llegó con aires de nobleza ni mandando ni pidiendo que se Le adorara por Quien Es, estuvo entre vosotros, actuó entre vosotros con sencillez, con Humildad, ayudándoos con Su Palabra, con Su Ejemplo, con Sus Milagros, a que crecierais y confiarais en el vivir en Nuestro Amor, en Nuestras Enseñanzas, en lo que se os dio en las Sagradas Escrituras.

No os podéis salir de esa Enseñanza, de lo que se os da en el Libro Sagrado. Si queréis vivir de acuerdo a lo que vosotros suponéis que sea lo mejor para el hombre, equivocados estaréis, no sois lo suficientemente sabios para reconocer que sois nada sin Mi Palabra, sin Mi Conocimiento, si Mi Gracia no está con vosotros.

Pero hay tantos hermanos vuestros que sienten que son mejores que otros, porque tienen un poquito más de la Verdad en ellos y en lugar de que, con esa Verdad, que Yo les concedí, la pongan al servicio del hombre, se adueñan de esa Gracia, de esa Virtud, de esa Bendición, para presumir, para creerse más que los demás, y piden ser servidos, en lugar de servir, como lo hizo Mi Hijo.

El hombre tuvo Mi Presencia, en Mi Hijo, entre vosotros, tenéis Su Ejemplo, seguidLe y, de esta forma, aseguraréis vuestra entrada al Reino de los Cielos, pero deberéis aprender a ser pequeños, humildes y necesitados de Nuestra Presencia en vosotros. Recordad, sin Mí, no sois nada.

Gracias, Mis pequeños.