Dic 05_19 Mi Hijo, la Segunda Persona de Mi Divinidad, Inmenso, Omnipotente, que no alcanzáis, ni siquiera a imaginar Sus Tamaños, Sus Potencias, Su Omnipotencia, Se hizo del tamaño de vosotros, es un acto de Amor y de Humildad tremendos.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, Soy vuestro Padre. Soy vuestro Dios. Soy vuestro Creador. Soy Creador de todo cuando existe, de todo aquello de lo que podéis ver y de lo que no podéis ver. Soy Inmenso, Soy Omnipotente, no hay en vuestra mente forma de entenderMe, pero sí Me podéis definir en una forma: Soy el Amor y con eso os basta, Mis pequeños, Soy el Amor.

Mi Santo Espíritu os puede hacer entender lo que es el Amor, y podríais pasar semanas, meses, hablando de lo que es el Amor, de lo que Soy Yo, Mis pequeños, pero Soy el Amor Puro y Santo, y con eso, os quiero decir que el Amor Puro no deja entrar algo que le afecte. Como vosotros podéis pensar, vuestro amor no es Mi Amor, porque vuestro amor está afectado por el Pecado, por la concupiscencia, por los deseos carnales y, en Mí, no cabe eso, Mis pequeños, Yo no tengo esa forma de Pensar ni de Ser.

Yo Soy puro Espíritu, y Espíritu Puro y Santo, Soy el Amor de siempre. No tengo principio ni fin, Soy el Alfa y el Omega, vosotros fuisteis creados por Mí y, por eso, en vuestra mente, existe el principio y el fin, pero en Mí, no existe eso, Mis pequeños.

Soy, también, como os dije, el Amor Santo. La santidad es la que hace que todo sea perfecto y vosotros debéis tender a ella. Como os dije, en vosotros hay maldad, concupiscencia, deseos desordenados, que eso no hay en Mí.

Ahora, a lo que voy con todo esto, Mis pequeños, es que Yo he querido compartiros lo que Soy Yo, el Amor, pero vosotros, muchos de vosotros, habéis preferido el amor carnal, el amor pecador, el amor concupiscente, el amor egoísta. Si Yo tuviera eso, Mis pequeños, no hubiera mandado a Mi Hijo Jesucristo, para que os levantara de la podredumbre en la que estabais por causa del Pecado Original.

Además, el Amor, Mi Amor, abarca todo cuanto existe, abarca todo lo que se os da, y lo más bello que abarca el Amor, son los Milagros, y os he dicho que vosotros, tenéis la capacidad de producir milagros, pero, sí, debe haber atrás de ello, Amor profundo.

Los milagros se dan porque amáis, el milagro no se da, nada más, para que quedéis bien ante vuestros hermanos y que os tengan en un puesto muy especial. El milagro se da porque queréis lo mejor para vuestros hermanos, porque ya habéis aprendido a poneros en su lugar, porque sabéis lo que es sufrir. Cuando sufrís con ellos y queréis su mejora es cuando empieza a nacer el milagro, porque estáis deseando, de corazón, que vuestro hermano, el que sufre, el que necesita de Mí, se mejore, o pueda resolver sus problemas, porque vosotros mismos los habéis tenido alguna vez, y no queréis que vuestros hermanos, a los que amáis, porque los amo Yo, sufran. Esa es una cualidad muy grande que debe tener el que ama, saber acompañar en su dolor a cualquier hermano que tengáis vosotros a vuestro alrededor y que os esté pidiendo vuestra ayuda. Quizá, algunos de ellos, ni siquiera los conozcáis, pero necesitan de vuestra oración, necesitan estar en una condición mejor de la que están en ese momento, que es por la que están sufriendo.

Ciertamente, en Mi Amor, no debe haber dolor, el dolor vino por el Pecado. Mi Hijo sufrió por vosotros, pero sufrió lleno de Amor por vosotros, para levantaros del estado de pecado en el que estabais y para abriros las Puertas del Cielo.

Nació sufriendo, pero es un sufrimiento que no entendéis todavía, Mi Hijo, la Segunda Persona de Mi Divinidad, Inmenso, Omnipotente, que no alcanzáis, ni siquiera a imaginar Sus Tamaños, Sus Potencias, Su Omnipotencia, Se hizo del tamaño de vosotros, en un acto de Amor y de Humildad tremendos y os repito, no cabe en vuestra mente, en vuestras capacidades humanas, este regalo de Amor que Yo os di a través de Mi Hijo y que Él aceptó, por Amor, para la redención de cada uno de vosotros.

En unos cuantos días vais, vosotros, a celebrar, nuevamente, ese aniversario de Su Nacimiento, pero es el Aniversario del Amor más grande, del Padre con el Hijo y del Hijo con el Padre, para vosotros.

PedidLe a Mi Santo Espíritu que os vaya haciendo entender este Milagro de Amor que se os regaló con la Presencia de Mi Hijo entre vosotros. Y, Mi Hijo, hizo patente Su Presencia de Amor y de Milagros entre vosotros y lo sigue haciendo hasta este tiempo. En aquél tiempo, muchos Lo vieron nacer, crecer, darse por ellos y dejarles Enseñanzas, Milagros, Amor. Muchos Lo recibieron y, otros, la mayoría, no Lo aceptaron, porque se dejaron llevar por aquellos que estaban llenos de la maldad de satanás.

No hay amor en estos hermanos vuestros, no hay vida espiritual, a pesar de que Yo os di un alma, que es parte de Mí, para que ésta alma, al hacerla crecer en el Amor, también, os regalara grandes Bendiciones, Carismas, Virtudes, que son los regalos del Amor y muchas otras cosas más, que os doy a los que, realmente, Me seguís y  Me amáis de corazón.

No Soy el Dios del Antiguo Testamento. Ciertamente, leéis en las Sagradas Escrituras, cierta rudeza de Mi parte, hacia los habitantes de ese tiempo, pero, recordad que satanás los tenía poseídos, en su maldad, a una gran cantidad de ellos, y eran muy pocos los que escuchaban Mi Palabra a través de los profetas.

Mi Amor se hizo patente en Mi Hijo, todo lo profetizado, en el Antiguo Testamento, se hizo patente entre los hombres al venir Mi Hijo a la Tierra y convivir entre vosotros.

Tenéis todos los secretos de Amor en las Sagradas Escrituras, pero ¿cuántos de vosotros, realmente, abrís ese Libro de Sabiduría Divina, para que, a través de esa Sabiduría, norméis vuestra vida? Buscáis conocimiento vano en libros escritos por los hombres. Buscáis por un lado y por otro y, en lugar de encontrar la Verdad, que encontráis, en pleno, en las Sagradas Escrituras, os desviáis con lo que satanás hace a través de sus instrumentos.

Recordad que el Amor es Sencillo, es Humilde, no es altanero, no es grosero, no se impone y, por eso, pasa desapercibido entre los hombres. Confundís el Verdadero Amor, que está lleno de Virtudes y es Sencillo, con todo aquello que os da satanás, que es, aparentemente, poderoso, dominante, que os eleva ante los hombres, pero que os llena de soberbia la cual os hace caer y os aleja de la Verdad.

El Amor vence a la maldad, vence en su sencillez, porque ahí estoy Yo. Vence en Fuerza, porque Mi Omnipotencia está, a través de aquellos que viven Mi Amor. Vencen en Sabiduría, porque Mi Santo Espíritu os guía y, de esta forma, aplastáis a satanás con todas sus mentiras, con su supuesta fuerza y poder; con la sencillez vencéis la altanería y la grosería de satanás.

El Amor, en Sí, es un Milagro, para aquellas almas que lo reciben cuando están Conmigo, con Mi Amor y con todo lo que incluye Mi Amor. Sobresalís, pero no ante el Mundo, sobresalís ante el Cielo mismo.

Ved a Mi Hijo, ved a Mi Hija, la Siempre Virgen María, no eran figuras humanas que buscaran altos puestos dentro del nivel humano, hasta podría decirse que se ocultaban ante los hombres, pero, aquellos que se acercaban a ellos, salían completamente cambiados, recibían Sabiduría, Bendiciones, Consejos, que ningún sabio en la Tierra podría darles.

El Amor lo es todo, Mis pequeños, porque Yo Soy el Todo y Yo Soy el Amor Verdadero. El Amor os lo regalo, pero, vosotros, si, realmente, Me amáis y amáis a los que están a vuestro alrededor, debéis engrandecerlo con vuestras obras, con vuestra donación, con vuestra sencillez y siempre viéndoMe a Mí, vuestro Dios, para ayudar a vuestros hermanos.

Soy el Amor y os quiero a todos de regreso, para que viváis en el Paraíso del Amor, que es el Reino de los Cielos.

Desgraciadamente, hay muchos hermanos vuestros que prefieren vivir en la mentira, que prefieren vivir en algo abstracto, pero negativo y, eso, se manifiesta, también, en sus obras. Aquellos que están llenos del mal de satanás, también, se les reconoce entre vosotros, y no son gente buena, no son gente que produzca buenos frutos, no son gente que busquen el bien de sus hermanos, sino que se imponen sobre ellos, los aplastan, los vencen y se aprovechan de ellos en múltiples formas. En ellos no hay amor, hay maldad y, la maldad, también puede convencer con aparentes buenas obras, pero es pura palabrería, venida del maligno, palabrería que convence en un principio, pero que deja muy malos frutos al final.

El que actúa en el mal, nunca se va a dar por sus hermanos, destroza, mata, no ayuda por amor, sino por conveniencia, para sacar, después, una mayor tajada, de lo poco que dio, de lo mucho que prometió y de lo que muy poco cumplió.

El Amor os da vida, el Amor os lleva a ver por el hermano necesitado, vosotros estáis necesitados siempre y eso os sirve, también, para iros purificando. Os pongo pruebas a lo largo de vuestra existencia y si os apoyáis en el Amor, en Mis Verdades y en Mis Promesas, os vais acrisolando y os vais purificando. Pero, no, aquellos que actúan en el mal, éste mal os va hundiendo cada vez más, en un pantano lodoso, nauseabundo, porque la maldad os lleva a tal situación, que apestáis ante vuestros hermanos y nadie os quiere ver ni acercarse a vosotros, porque vuestras obras os han dejado como creaturas indeseables y de imposible trato.

En cambio, aquellos que viven en el Amor, son agradables en todos aspectos, especialmente aquellos que tratan de vivir profundamente en el Amor, y esto hace que los que viven en el mal, no saben qué hacer ante un hermano vuestro que está lleno de Amor. Y fue lo que pasó con Mi Hijo Jesucristo, era demasiado Amor el que tenían frente a ellos, y ellos, llenos de tanto mal, no comprendían cómo es que alguien podía actuar en esa forma, a pesar de los ataques que tenía de los superiores del pueblo.

Ciertamente, Mi Amor es incomprensible para las almas que viven en el mal, pero no dejéis que ellas os intimiden, Mis pequeños, en cambio, vosotras manteneos en la línea de vivir en el  Bien, de premitirMe a Mí vivir en vosotros, de transmitir lo Mío a vuestros hermanos, que, al final seré Yo el que os juzgue y no los que están a vuestro alrededor, y menos el mismo satanás, que quiere vuestra condenación.

Así que, hijos Míos, los que Me habéis permitido que cambiara vuestra mentalidad de mal, vuestras acciones, vuestra vida desordenada, y escogisteis estar Conmigo, seguirMe, transmitirMe, tendréis vuestro premio grande, inmenso al final de vuestra misión y llegaréis triunfantes al Reino de los Cielos. Mucho bien haréis en la Tierra, y mucho Bien os daré Yo cuando regreséis al Reino de los Cielos.

Mi Amor y Mis Bendiciones queden con vosotros y con los vuestros.

Gracias, Mis pequeños.