Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, estáis viendo lo que está sucediéndose alrededor del mundo. Vais por un lado y por otro y difícilmente encontráis la paz que tanto os he pedido que la mantengáis en vuestro corazón.
No os dejéis llevar por lo que satanás está causando alrededor del Mundo, y es, precisamente, el quitaros la paz. Vosotros, pensando en vuestra mísera forma de discernir los acontecimientos, lo que está sucediendo, es para que vosotros penséis más en vuestras cosas y no en las Mías, que es la salvación de las almas, la transmisión del Amor y en el cuidar a las almas para que no se pierdan. Estáis viendo los acontecimientos y, si os dais cuenta, ahora son muy pocas las almas que están muriendo, pero los acontecimientos que están sucediéndose en el Mundo, os traen esa dificultad de pensamiento correcto.
Os he pedido mucha oración y lo que quiero es que seáis almas dispuestas a ser tomadas cuando Yo quiera, para llevaros a trabajar para Mí, vuestro Dios.
Os he dicho, muchas veces, que ha sido un honor para vosotros, el que Yo Me haya fijado en cada uno de vosotros, para que podáis trabajar en estos momentos difíciles de la humanidad. Tenéis que manteneros unidos a Mí, Mis pequeños, para que Mi Gracia fluya a través de vosotros, para que todo lo que Yo deseo que se vaya dando, fluya a través de vosotros. Sois Mis instrumentos, recordadlo, porque vosotros, por vosotros mismos, no podríais lograr lo que de vosotros va a salir, grandes cosas se han de ver, como se vieron en Egipto. Veréis grandes maravillas, veréis Mis Portentos Divinos, pero, lo que más os debe de importar, vuelvo a repetiros, es la salvación de las almas.
Un alma, os he explicado antes, vale muchísimo, porque es parte de Mí, Mis pequeños, y quiero que Me traigáis a todas las almas que podáis, y con eso Me daréis una gran alegría.
En estos momentos, vosotros no os podéis dar cuenta de la valía de vuestra alma, a pesar de que os lo he explicado varias veces, pero es algo grande, es un regalo muy grande que tenéis dentro de vosotros. Como dicen las Escrituras, tenéis un Tesoro dentro de vuestro envase de barro, que es vuestro cuerpo, un gran Tesoro, con un potencial inmenso, que ahorita no se puede liberar, porque el Pecado afectó toda la Creación, pero, cuando vuestra alma se libere, entonces, entenderéis muchísimas cosas, pero ¿estará vuestra alma en estado de Gracia, para que podáis, vosotros, reconocer Mi hechura en vosotros y podáis volar hacia Mí, libremente? O ¿estaréis en pecado mortal y no podréis venir a Mí, y os perderéis eternamente?, aún a pesar de que os condenéis, conoceréis lo que era vuestra alma, el potencial que tenía y lo perderéis eternamente. Es algo que vosotros debéis valorar y debéis pensar, muy detenidamente, porque vosotros buscáis siempre los tesoros de la Tierra, los tesoros que podéis tener y podéis gozar en la Tierra, pero no tenéis, prácticamente, la más mínima idea de lo que es el potencial de vuestra alma, el cual sobrepasa, por mucho, los tesoros de la Tierra.
Deseo, pues, que meditéis y Le pidáis a Mi Santo Espíritu, que os dé la Luz, para que podáis entender este Tesoro tan grande, que es vuestra alma, y aunque esté en una vasija de barro, no la estáis aprovechando. PedidMe ayuda, a Mí, vuestro Dios, para que podáis utilizar ese potencial y lo haréis cuando estéis en total conexión Conmigo, y esto será, estando en estado de Gracia.
Muchas cosas muy fuertes se han de venir en vuestra contra, porque satanás, prácticamente, ha tomado el poder mundial, lo podréis vencer cuando estéis en comunicación y en total unión Conmigo, pero si os mantenéis en pecado y alejados de Mí, no podréis utilizar este gran Tesoro que os he dado.
Manteneos, pues, en estado de Gracia, Mis pequeños, y poco a poco, se os van a ir revelando las posibilidades que tenéis para surgir como almas bellas, poderosas y grandes.
Después de esta Purificación, tendréis los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas, si estáis preparados para llegar a ellas, estando Conmigo, unidos.
Os bendigo, Mis pequeños, y manteneos siempre con una alegría grande, pensando que tenéis ese gran regalo, ese Tesoro inmenso en vuestro interior, y que, en un momento dado, tendréis ese gran potencial y lo gozaréis inmensamente.
Gracias, Mis pequeños.