Mayo 30_19 Que la Luz de Mi Santo Espíritu, baje a cada uno de vosotros y os transforme, si así lo queréis aceptar.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO.

======================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

======================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Si Yo escuchara de vuestro corazón un: “perdóname, Dios mío”, inmediatamente iría a vuestro corazón y empezaría a reparar todo lo que habéis destruido a lo largo de vuestra existencia; pero sois muy soberbios, no sabéis dirigiros a Mí.

Hijitos Míos, la gran mayoría de vosotros estáis a la expectativa de los acontecimientos que están sucediéndose alrededor del mundo, temblores, terremotos, tornados, inundaciones, hambre, sed. Todo esto, os he dicho, que satanás lo está provocando para tratar de destruiros, y Yo os estoy protegiendo y siempre sacaré un bien de un mal que se esté dando.

Pero a lo que voy, Mis pequeños, con todo esto, es que estáis muy atentos a todo lo que está sucediéndose alrededor del Mundo, por los desastres que se están dando, pero os vuelvo a repetir, como os he repetido en otros momentos: el desastre mayor lo tenéis dentro de vosotros, no estáis Conmigo, ¡ese es el desastre mayor!

Yo Me he dado todo por vosotros, os di a Mi Hijo, os di el don de la vida, Yo os creé, os cuido, os he dado una misión muy grande y muy loable que, si la lleváis a cabo, tendréis un regalo eterno en el Reino de los Cielos. Todo en Mí es positivo, todo en Mi es Bueno, todo en Mí es Santo y, de vosotros, ¿qué obtengo? ¡Nada!, olvidos, blasfemias y muchas otras cosas que dañan Mi Corazón.

Nuevamente os digo, el desastre mayor lo tenéis dentro de vosotros, la gran mayoría de vosotros estáis llenos de pecado, pecados mortales, pecados graves,  pero, sobre todo, la falta de Fe. No habéis querido vivir en esa Fe que os va a dar la seguridad de que, al estar Conmigo y que al estar cumpliendo con lo que debéis cumplir, tendréis fácilmente la entrada al Reino de los Cielos.

Os he dado Mandamientos, os he dado una forma de vida, Mi Hijo os dio esa forma de vida y esa se llama Amor, el amor que debéis dejar entrar en vuestro corazón, el Amor, que, Mi Santo Espíritu, Quien vive en vuestro interior, os está indicando cómo, primero, debéis venir a Mí, y luego, cómo debéis vosotros tratar a vuestros hermanos.

Os he dicho, también, que el Amor es la fuerza más poderosa que existe en el Universo, porque Yo, por Amor, creé todo, lo que veis y lo que no veis, pero satanás os ha convencido de que hay cosas más importantes que el que os améis los unos a los otros pero, más importante, el que Me améis a Mí, como vuestro Creador, que Me améis a Mí, en Mi Hijo, como Redentor, que Me améis a Mí en Mi Santo Espíritu, como Guía de vuestra vida, para que alcancéis la perfección a la que estáis llamados para regresar al Reino de los Cielos, cuando terminéis vuestra misión en la Tierra.

Desperdiciáis mucho, Mis pequeños, os quejáis de cómo os va a vuestro alrededor, no Me buscáis a Mí, os alejáis y queréis hacer vuestra vida bajo vuestros principios y vuestras reglas, y esto no funciona así, Mis pequeños. Yo Soy vuestro Creador, vosotros no os creasteis a vosotros mismos, tenéis un Dueño, que Soy Yo, Yo Soy Dueño de todo lo que tenéis, os he prestado el libre albedrío, pero Me pertenecéis. Yo quiero que vosotros regreséis al Reino de los Cielos.

Ciertamente, no os quito la libertad que os he dado con el libre albedrío, os digo, “Me pertenecéis”, porque os amo como un padre o una madre ama a sus hijos, que los toman como propiedad, porque los han criado, porque los han amado, porque los han cuidado desde que nacieron y desde antes de nacer. Así os cuido Yo, así os amo, y mucho más que eso.

Por eso, digo que Me pertenecéis, y Me pertenecéis, más, todavía, porque vuestra alma es parte de Mí, y quiero que esa parte Mía, que ha vivido en vosotros, y que, algunas almas, han transmitido el Amor de ese pedacito Mío que tenéis, y lo habéis dado a vuestros hermanos, y también, Me lo habéis dado a Mí; desgraciadamente, hay otras tantas almas, que han desperdiciado ese Amor que lleváis en vuestro corazón, porque no le hacéis caso.

Os quejáis mucho, pero no dais mucho y seguís, seguís esperando a ver qué más sucederá alrededor del mundo.

Empezad, pues, Mis pequeños, a buscar vuestra paz interior. Debéis acercaros a Mis ministros, los sacerdotes, para que perdonen vuestros pecados y, de esta forma, empecéis a tener esa paz interior que debéis cultivar, Yo os la di, pero vosotros la debéis cultivar y hacer crecer, para ayudar, también, a vuestros hermanos.

Son tantos los dones, Virtudes, Carismas que Yo os puedo dar y que os quiero dar a través de Mi Santo Espíritu, pero vosotros estáis buscando otras cosas en este mundo, supuestos tesoros materiales, que, a la larga, os van a desviar y os van a hacer perder el gran Tesoro que es el Reino de los Cielos.

Estáis mal, muy mal, Mis pequeños, y eso os va a traer una purificación muy dolorosa, como ya os lo he dicho; porque bien podríais haber disminuido los acontecimientos de la purificación, como antes os expliqué, dándoos completamente a Mí, dejandoMe a Mí habitar en vosotros y ayudándoos a llevar a cabo vuestra misión, en una forma bella, perfecta, santa, dejando un gran bien entre vuestros hermanos, y sobre todo, dejándoMe a Mí en el corazón de vuestros hermanos.

Esa es vuestra misión principal, el llenarse de Mí, de Mi Amor y darlo a vuestros hermanos. ¡Pero, qué difícil se os hace!, buscáis otras cosas, se os hace aburrido vivir en Mí, llenarse de Mí, transmitirMe a Mí, cuando los Ángeles y los Santos viven de eso. De eso se vive en el Cielo, de ese gozo inmenso, que no habéis querido probar, que es el tenerMe, amarMe y transmitirMe.

Mis pequeños, los tiempos se van acortando, el dolor será muy fuerte, vosotros todavía podéis detener algo de esa purificación tan dolorosa que se os viene para la gran mayoría de vosotros, pero si no respondéis y seguís usando el libre albedrío para desperdiciar, y repito, para desperdiciar todas Mis Bondades, Mis regalos espirituales, sobre todo, Mi Amor, entonces, no podré hacer nada por vosotros y lloraréis lágrimas de sangre, como Mi Hijo las derramó en Su Angustia, por vosotros en Su Pasión Dolorosa.

Me duele deciros todo esto, pero sois necios, y el dolor os hará reaccionar, pero ya será demasiado tarde.

Os amo, Mis pequeños, os amo de Corazón, con un Amor que no entendéis. Reparad, reparad por tanto Dolor que Me habéis causado y llenaos de Mí.

Si Yo escuchara de vuestro corazón un: “perdóname, Dios mío”, inmediatamente iría a vuestro corazón y empezaría a reparar todo lo que habéis destruido a lo largo de vuestra existencia; pero sois muy soberbios, no sabéis dirigiros a Mí, y menos, tener la Humildad de pedirMe perdón por tanto Dolor que Me habéis causado y, sobre todo, por el desperdicio de todas Mis Gracias y Bendiciones.

Os Bendigo, Mis pequeños y que la Luz de Mi Santo Espíritu, baje a cada uno de vosotros y os transforme, si así lo queréis aceptar.

Gracias, Mis pequeños.