Mayo 23_19 En Mi Misericordia Infinita tenéis la absolución de vuestros pecados, que Yo dejé sobre vuestros hermanos los sacerdotes.

Rosario vespertino-Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Estáis en estos tiempos de purificación y debéis atender a los Sacramentos que os dejó Mi Hijo, principalmente, el que os va a devolver la vida íntima Conmigo, que es el de la Penitencia, que es el perdón de vuestros pecados.

Hijitos Míos, vosotros sois muy dados a despreciar a vuestros hermanos. Os despreciáis los unos a los otros, si ellos no son como vosotros quisierais que fueran, y hay tantas y tantas situaciones en que los despreciáis, ya sea por su color de piel, por su manera de hablar, sus pensamientos diferentes a los vuestros y muchas otras cosas más, con las cuales vosotros hacéis a un lado a hermanos vuestros.

Yo os he pedido que en estos tiempos seáis otros Cristos, que seáis como Mi Hijo. Él aceptó a todos, Se dio por todos, Sus Milagros, también, fueron por todos y no hizo distinción alguna entre vosotros. A los malos los reprendió, pero, aun así, aquellos que se acercaban a Él, les perdonó sus culpas o con Milagros les restauró la vida, una nueva vida al darles salud de cuerpo y alma.

En Él se vio la Caridad, se vio el Amor que os tiene, porque todos vosotros sois Mis hijos y Yo no guardo ninguna distinción para con vosotros; sois Mis hijos y así os creé a cada uno de vosotros.

Ciertamente, tenéis vuestro carácter y vuestra forma de ser muy diferente cada uno de vosotros, pero sois Mis hijos. Imaginad que Yo actuara como vosotros actuáis en vuestra forma humana de ser, que Yo os despreciara cuando cometéis vuestros pecados contra Mí o contra Mi Hija, la Siempre Virgen María o contra alguien del Cielo y Yo Me deshiciera de vosotros, porque no estáis cumpliendo, o no os estáis comportando como Yo quiero que os comportéis, ¿quién habría ya sobre la Tierra?, prácticamente nadie, o fácilmente podría decir que nadie quedaría sobre la Tierra.

Mi Misericordia Infinita es la que ha detenido Mi Brazo Justiciero contra vosotros. En Mi Misericordia Infinita tenéis la absolución de vuestros pecados, que Yo dejé sobre vuestros hermanos los sacerdotes. Dejé Mi Poder, a través de Mi Hijo, sobre ellos, para que perdonaran vuestros pecados y además, que os dieran Alimento de Vida con el Cuerpo de Mi Hijo, para que, nuevamente, os recuperarais del mal cometido.

Entended, Mis pequeños, que cuando vosotros atacáis a vuestros hermanos, primeramente, estáis cayendo en soberbia y eso no lo soporto Yo. Os despreciáis, ya os dije, por algunas cosas diferentes a como pensáis, o por algunas cosas más graves, porque cometen, también, faltas graves y por eso os alejáis de ellos, pero, recordad que son Mis hijos, tan hijos vosotros, como ellos. Ciertamente, ellos cometen pecados graves que, en algún momento, también, vosotros los habéis cometido y a todos os los he perdonado cuando venís a Mí, a través de Mis sacerdotes y pedís perdón.

Estáis en estos tiempos de purificación y debéis atender a los Sacramentos que os dejó Mi Hijo, principalmente, el que os va a devolver la vida íntima Conmigo, que es el de la Penitencia, que es el perdón de vuestros pecados, la confesión de vuestras culpas ante un hermano vuestro, que es un sacerdote consagrado a Mí, vuestro Dios. Ellos os dan Mi Perdón y volvéis a tener nueva vida.

Mi Hijo levantó personas muertas a la vida, obviamente, no podían pedírselo, porque estaban muertas, pero Él, conociendo a éstas ánimas, las regresó a la vida para que fueran testigos propios, y que los testigos a su alrededor, dieran Gloria a Mi Hijo, de que era el Verdadero Dios, el Verdadero Mesías, que había bajado, ya, a la Tierra, para estar entre vosotros, y si vosotros hacéis un recuento de cuántas veces habéis pecado gravemente y que tuvisteis la Gracia de que se os diera el perdón de vuestros pecados, y a veces, pecados graves, que os llevan a la muerte eterna, es como para que pasarais un gran tiempo arrodillados, o es más, en el suelo tendidos, agradeciendo el que os haya devuelto la vida, reconociendo que os haya devuelto la vida innumerables veces.

Recordad que habéis pecado gravemente, y muchas veces, y el perdón de vuestros pecados equivale a una nueva resurrección, estabais moristeis a la Gracia y con Mi Poder, a través de los sacerdotes regresáis a la vida.

Y esta es una realidad, Mis pequeños, quizá, nunca lo hayáis visto así, pero con un pecado grave, moriste a la Gracia, moristeis ante Mí, y no tendríais derecho a vivir eternamente en el Reino de los Cielos.

Y esto quiero que lo entendáis perfectamente, porque muchos hermanos vuestros ya no creen en éstas Gracias Santificantes que Yo os he dado: volvéis a la vida después de que confesáis vuestros pecados y recibís la absolución de ellos, pero además, cada vez que vosotros hacéis, también, ese intento de ser mejores, Me congratulo con vosotros, y ojalá fuera de todos, que por una caída y al volver, nuevamente, a la vida, fuerais mejores.

Tenéis infinidad de bendiciones de parte Mía y no las aprovecháis y llegará el tiempo en que, si vosotros no estáis preparados para el Reino de los Cielos, tarde, tarde os daréis cuenta de vuestro error.

Mi Hijo hizo mucho por vosotros, Yo, también, he hecho mucho por vosotros y vosotros seguís causándoMe muchos problemas, ¿cuándo entenderéis, Mis pequeños?

Os pido, pues, que seáis verdaderamente esos Cristos sobre la Tierra, que seáis esos Cristos que van a salir a luchar contra el mal y ganarMe muchas almas para su salvación y por la de otros.

Os vuelvo a insistir: quiero almas, quiero almas buenas, almas arrepentidas, almas orantes.

Os bendigo, Mis pequeños y os pido que llevéis Mi Santo Nombre a todas las almas con las que entréis en contacto y, especialmente, a aquellos que veáis que dudan de Mi Gracia y de Mi Amor hacia todos vosotros, seáis lo que seáis.