Mayo 21_19 Éste será un Pentecostés especial, que os preparará para el Pentecostés que tendrá la humanidad y el Universo entero.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

=====================================

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

=====================================

Primer Misterio. Hablan primero Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: El tiempo es breve para los grandes acontecimientos, y vuestra oración no es lo mejor que dais, os distraéis demasiado y no oráis lo suficiente, como para salvar a todas las almas que necesito que sean salvadas por vuestra intercesión.

Hijitos Míos, vais a celebrar, nuevamente, Pentecostés, para muchos, es una fiesta más del año en la Iglesia, pero éste será un Pentecostés especial, que os preparará para el Pentecostés que tendrá la humanidad y el Universo entero.

Los Míos, los que han querido ser Cristos en este tiempo, Mis apóstoles de este tiempo, os he dicho que seréis transfigurados en cuerpo y alma. Es un cambio bello, pero un cambio que los que estáis Conmigo, gozaréis infinitamente; más para los que no estáis Conmigo, que no tendréis ese cambio, será dramático.

Para los Apóstoles fue un cambio fuerte, pero agradable, ya que todo lo que Yo les enseñé, quedó como almacenado en ellos y Mi Santo Espíritu se los fue dando después, como se fuera necesitando; y así, en ellos Me veían a Mí. Eran Mis Palabras, eran Mis Acciones, eran Mis Milagros en ellos, y se fueron dando las Promesas, de los Evangelios, en ellos. Enseñaban, movían corazones a otros y así se vino la conversión de aquellos destinados a la salvación eterna.

Son Palabras fuertes: a los destinados a la salvación eterna. Ciertamente, todos tenéis la oportunidad de recibir lo que fueron Mis Palabras, Mis Enseñanzas, aún Mis Milagros, todos tenéis derecho a ellos, pero no todos creéis, ni en Mi Presencia ni en Mis Palabras ni en Mis Milagros.

Ciertamente, vuestro lugar está en el Cielo, pero, muchos, no regresarán, y eso, por falta de Fe y de amor a Mí, vuestro Salvador. ¡Me costó tanto Dolor, Lágrimas, Sangre, el salvaros!, y ¡qué desgracia que seáis tan pocos los que, realmente, estáis aprovechando toda Mi Donación!

Eso Me causa mucho Dolor y una impotencia grande porque, en Nuestra Santísima Trinidad, respetaMos vuestro libre albedrío.

Entended, Mis pequeños, que os amaMos con un Amor exagerado, increíblemente desproporcionado, que no podéis entender, porque Nuestro Amor es Infinito y, a pesar de que vosotros, que sois pequeñitos, sois prácticamente una nada, fuisteis creados, cada uno de vosotros, con Nuestro Amor, con Nuestras Delicadezas, poniendo en vosotros dones, Virtudes, bendiciéndoos a cada momento de vuestra existencia, a pesar de vuestra pequeñez, esto hiciMos en cada uno de vosotros y aún más, porque os heMos cuidado a lo largo de vuestra existencia, y ¿cuál es la respuesta del hombre? prácticamente, ninguna, no hay agradecimiento, no os interesa seguir Mis Enseñanzas, no os interesa vivir un Amor Divino, preferís lo del Mundo.

Eso Me causa Dolor y fue Mi Principal Dolor en Mi Pasión, ver tantas almas indolentes, frías. Esto se ha dado desde que Me di, hace un poco más de dos mil años y se sigue dando año tras año y no respondéis, el hombre es necio, de cabeza dura y, solamente, entiende con el dolor. ¡Qué desgracia que así seáis, Mis pequeños!

Dolor, habrá mucho, mucho dolor vendrá en este tiempo de Purificación. Para pocos va a ser un tiempo de alegría, aún dentro de la rudeza de la Purificación, porque veréis Mi Mano Poderosa derrotando a satanás, que se ha introducido en muchos corazones y que ha destruido mucho de lo que Yo creé para vosotros. Serán tiempos de renovación Universal.

Yo, vuestro Dios, vuestro Padre, Le pedí a Mi Hijo que bajara para vuestra redención y obedeció, sabiendo lo que se iba a dar, de Dolor en Sí Mismo y, sobre todo, el Dolor de saber que muchos no iban a aprovechar toda Su Donación.

Como os dijo Mi Hijo, tendréis una renovación de cuerpo y alma a través de Mi Santo Espíritu. El Universo entero cambiará, el Universo entero está sufriendo los dolores de parto, pero luego viene la alegría.

Los que estáis Conmigo sé que estáis alegres y deseosos ya, de que se sucedan todos estos acontecimientos, conozco vuestro corazón, vuestros deseos, y Me alegra que estéis así, esperando las Promesas antiguas y que ya se realizarán en breve.

Pero, recordad, Mis pequeños, que todos, todos vosotros sois Mis hijos y vosotros, si realmente estáis viviendo como Mi Hijo, o sea, llenos de Mi Amor, debéis comprender Mi interés inmenso en la salvación de las almas.

Ciertamente, os he dicho que no todos se salvarán, porque ya escogieron a su amo, pero aquellas almas dudosas tienen posibilidad de salvación, y eso depende de vosotros. Esto os lo remarco y os lo remarco, Mis pequeños, porque quiero que sintáis y viváis Mi Amor, el Amor de todo un Dios que os ama infinitamente, para que améis así a vuestros hermanos, especialmente, a aquellos en los que, todavía hay una llamita encendida en su corazón.

Os repito esto, Mis pequeños, porque el tiempo es breve para los grandes acontecimientos, y vuestra oración no es lo mejor que dais. Os distraéis demasiado y no oráis lo suficiente, como para salvar a todas las almas que necesito que sean salvadas por vuestra intercesión. Sé que sois mediocres en la oración y no es tiempo, ya, de ser mediocres, es tiempo de acción, y de una acción santa, salvífica, para que deis todo lo que podáis, que ya no os distraigáis con las cosas del Mundo, que ahorita, vuestra meta sea, salvación de almas, Mis pequeños.

Ved por los vuestros y Yo veré por vosotros, pero traedMe almas, Mis pequeños. Muchos están por condenarse y Mi Amor quiere salvarlas, porque todavía está esa llamita de la que Yo os digo, que lleva amor, y mientras haya algo de amor en un corazón, hay posibilidad de salvación.

Abrid vuestro corazón a Mi Amor, para que entendáis ésta urgencia de Mi Corazón en la salvación de las almas.

Mucho mal habéis cometido a lo largo de vuestra existencia, ciertamente, ya habéis sido perdonados cuando os habéis confesado a lo largo de vuestra vida, esto os lo digo, solamente, para que os deis cuenta de Mi Misericordia, que os he levantado infinidad de veces, nuevamente, al estado de Gracia, para que no seáis soberbios, para que seáis sencillos, para que pidáis por vuestros hermanos, aún con aquellos que, posiblemente, conozcáis alguno de sus pecados y, si estáis amando con Mi Corazón, ayudadles, con vuestra intercesión a que Mi Gracia caiga sobre ellos y los perdone Yo y se puedan salvar.

Me urge, Mis pequeños, Me urge que Me deis almas.

Gracias, Mis pequeños.