Abr 02_19 El simple hecho de que Me pidáis que Yo entre en vosotros, que Mi Santo Espíritu os transforme, ya, ese es un acto de Amor Divino y Yo, inmediatamente, respondo a él.

Rosario vespertino- Mensaje ÚNICO

======================================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

======================================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: TomadMe de la Mano, dejádMe que os lleve Yo, a donde vuestros hermanos os necesitan y Yo, vuestro Dios y Salvador, estando en vosotros, levantareMos a esas almas abatidas, a esas almas muertas en el pecado y les dareMos nueva vida en el amor y en el perdón.

(Lenguas…) J.V.: Veo el Corazón de Jesús, grande e irradiando muchísima Luz y Me dice Dios Nuestro Señor:

Hijitos Míos, Mi Amor por vosotros es inmenso, muchas veces os lo he dicho, pero vosotros no meditáis en ello, no hay Amor más intenso en el Universo, que Mi Amor por vosotros.

Primeramente, el Amor de Mi Padre, al crearos, también, es inmenso; Mi Donación por vuestra salvación fue puro Amor, Amor para restaurar todo aquello que el Pecado os quitó.

Aquellos que oran, aquellos que entran en su corazón y Me buscan, les permito ir conociendo el Amor que tengo hacia vosotros, ciertamente, en mínima parte de lo que realmente es. Cuando un alma es tocada por Mi Amor, cambia, cambia radicalmente, porque, nunca, un alma que está militando, puede llegar a recibir de la Tierra, de aquellos que conviven con ellos, un amor tan intenso, como el que sale de Nosotros, como el que brota de Nuestro Ser hacia vosotros.

Nuestro Amor es incomprensible para todos vosotros, no podéis entender cómo es posible que Nosotros os ameMos, a pesar de vuestra maldad, a pesar de vuestros errores, a pesar de vuestros pecados, a pesar de vuestros olvidos, a pesar de vuestras traiciones, a pesar de que no queráis creer y estar con Nosotros.

Como os dije, Nuestro Amor es incomprensible, porque estáis acostumbrados a los amores de la Tierra, que pocas veces son amores salidos de un corazón limpio y sano.

El amor del hombre es traicionero, a veces, mentiroso o convenenciero. Por eso, cuando un alma vive Nuestro Amor, cuando se le concede esa vivencia del Amor Divino, no lo puede entender, no lo puede concebir, porque, en ese momento, uno sabe cómo es uno mismo, uno sabe, y conoce sus defectos, maldades, traiciones y no concibe que Nuestro Amor pueda llegar a ellos, porque estáis acostumbrados a recibir amor cuando os portáis bien, cuando hacéis una obra de Caridad, cuando queréis quedar bien ante alguien, pero que, realmente, lo estáis haciendo de corazón y, de repente, recibís Nuestro Amor cuando no estáis en la mejor disposición espiritual, como para recibirNos en Nuestra Divinidad.

Sí, ciertamente, Nuestro Corazón se derrama sobre el hombre, Nuestro Amor os cambia, os cambia radicalmente, y de vivir en un mal, como soléis vivir todos vosotros, el alma se queda sumamente tocada por Nuestro Amor, por esos momentos de la realidad Divina a la que estáis llamados a vivir al final de vuestra experiencia en la Tierra.

Cómo quisiera, Mis pequeños, que todos vosotros Me llamarais, Me pidierais ese momento Divino para que cambiarais. Ciertamente, Nosotros os conocemos en lo íntimo, en lo personal, en lo profundo, y permitiMos estos momentos Divinos, para que el alma cambie, quizá pueda ser un alma, que a ojos humanos sea mala, que se ha desviado de la realidad Divina; pero el hombre no conoce el por qué y el cómo está actuando esa alma y lo que puede dar después de ser tocada con Nuestro Amor.

Les regalaMos a éstas almas, un momento de Cielo, para que se den cuenta, de que sí existe un Cielo, de que se vive en él un Amor que no es creíble aquí en la Tierra y que, cuando  se está en ese momento de Cielo, no queréis salir de él. Nuestro Amor os abraza, os llena de una Paz que no podéis comprender, pero que sí la podéis gozar.

No queréis saber, ya, nada más de lo que os rodea, de lo que habéis vivido, de las posesiones que tenéis en la Tierra, simplemente, queréis venir Conmigo, con vuestro Dios, al Reino de los Cielos.

Debéis creer, Mis pequeños, debéis vivir en la Sabiduría Divina, debéis tener Fe y no tratéis de comprender lo que es incomprensible, aún para aquellos que ya han tenido esa experiencia de Mi Amor, simplemente, actuad en el Bien, vivid entre vuestros hermanos amándolos, como Yo os amé y os sigo amando. Llevad la Paz que Yo os traje a la  Tierra. Perdonad, como Yo os perdono y no una sola vez, sino muchas veces, a través de la penitencia, a través de la confesión, a través de vuestro arrepentimiento.

Sed otros Cristos y viviréis eternamente en el Reino de los Cielos. En una palabra, sed portadores del Amor que Yo os traje del Cielo a la Tierra y con él, cambiad almas, transformadlas con vuestra vida, con vuestras palabras, con vuestros buenos deseos, con vuestra intercesión.

Os he dicho, que vuestro Juicio, al final de vuestra existencia, será basada en el Amor. ¿Cuánto de Mi Amor dejasteis en la Tierra? Pero no podéis dar lo que no tenéis, por eso debéis dejar que Mi Santo Espíritu entre en vosotros, purifique vuestro interior, saque de vosotros la maldad que lleváis y dejad que el Amor os invada, que venga esa transmutación; que Mi Vida, tome vuestra vida y, de ésta forma, sí podréis dar lo que ya tenéis en vuestro interior, que es Mi Amor.

Ciertamente, Yo no os puedo presionar, Yo no puedo obligaros a que toméis Mi Amor a fuerza. El simple hecho de que Me pidáis que Yo entre en vosotros, que Mi Santo Espíritu os transforme, ya, ese es un acto de Amor Divino y Yo, inmediatamente, respondo a él.

Ciertamente, es difícil ser un testigo de Mi Amor entre la maldad que os rodea y, por eso, a todos aquellos que son testigos de Mi Amor, que saben que hay que tomar esa Cruz, como Yo la tomé, Nuestro regalo, en el Reino de los Cielos, será inmenso.

Al ser amor en la Tierra, seréis odiados por aquellos que trabajan para satanás, pero Yo estoy con aquellos que Me viven, que Me llevan a cambiar almas, que en este momento, están tomando Mi Amor, Mi lugar de ser otros Cristos y, ciertamente, moriréis, pero resucitaréis victoriosos.

Vuestra misión es bellísima, Mis pequeños, es cambiar a este mundo, donde la maldad de satanás destrozó la Creación de Mi Padre y vosotros, habéis sido enviados para rescatar a la Creación, empezando con el hombre.

Ciertamente, todo tiene que ser restaurado, el hombre, y todo lo que fue creado para el hombre. Todo fue creado en un acto de Amor Infinito, de parte de Mi Padre, vuestro Padre. Todo tiene vida en el Amor y cuando vosotros vivís en el Amor, sin que os deis cuenta, vais dando vida por donde vais caminando.

Dejad, pues, que Mi Presencia se dé plenamente en vosotros y, así, como muchos hermanos vuestros, en el momento en el que estuve Yo en la Tierra, Me gozaron y, ciertamente, otros Me atacaron, ahora es vuestro tiempo, vuestra oportunidad de cambiar almas, de restaurar lo que ha sido afectado por el Pecado y, aunque seáis atacados, Yo os defenderé y juntos restauraremos todo lo que el Pecado ha afectado.

Confiad en Mí, vuestro Salvador, conozco bien al hombre, porque estuve entre vosotros, confiad en Mí y hagamos esta gran tarea, tarea Divina, de restaurar lo que el Pecado afectó. Contáis Conmigo, Mis pequeños, contáis con Mi Vida, con Mis Milagros, con Mi Palabra y Mi Protección.

SoMos Uno, como en la Santísima Trinidad SoMos uno, es tiempo de que todo vuelva al Principio, de que seaMos nuevamente uno en el Amor.

Venid, pues, Mis pequeños, tomadMe de la Mano, dejádMe que os lleve Yo, a donde vuestros hermanos os necesitan y Yo, vuestro Dios y Salvador, estando en vosotros, levantareMos a esas almas abatidas, a esas almas muertas en el pecado y les dareMos nueva vida en el amor por el perdón.

Gracias, Mis pequeños. “es”:2},”translate_last_denied_time_for_language”:{“en”:[1535067969495.75],”es”:[1535212994272.375]},”translate_too_often_denied_for_language”:{“en”:true,”es”:true},”zerosuggest”:{“cachedresults”:””}}