Ene 29_19 Ya no hay suficiente oración que pueda detener Mi Brazo Justiciero.

Rosario vespertino- MENSAJE ÚNICO.

=============================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=============================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Por más que quiero regresaros al buen camino, vosotros os apartáis de Mi Sombra Bondadosa, (lenguas…) Detenéis Mi Mano llena de Amor y no permitís que llegue a vosotros todo el bien que os quiero dar.  

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestro Dios pero, la gran mayoría, ya no se da cuenta de ello. No Me buscan ni para bien ni para mal, simplemente, no existo para ellos, y esto es grave, Mis pequeños, esto es grave, porque fuisteis creados por Mí, para vuestro bien y habéis escogido el camino del mal y, por consecuencia, vosotros mismos habréis escogido vuestro futuro eterno, porque el mal os llevará a la perdición eterna.

Os digo todo esto, Mis pequeños, porque son pocos, muy pocos, los que habéis escogido el camino del bien y los acontecimientos que se han de venir, muy fuertes, como nunca antes ha habido algo parecido en la historia de la humanidad y en el Universo entero, se podrían aminorar con vuestra oración, con vuestra donación, con el arrepentimiento de vuestros pecados. Son pocas, muy pocas las almas que, realmente, están orando, que Me están pidiendo, que Me están rogando que se aminoren, que se detengan los acontecimientos de la Purificación, y esto, Mis pequeños, ya no se puede dar. Mucho tiempo tuvisteis para orar como Yo os pedía, para que regresarais a Mí, vuestro Dios, para que os arrepintierais de vuestra mala vida y Yo tuviera, así, compasión de vosotros, y no aprovechasteis.

Os he pedido que unos oréis por los otros, como Mi Hijo lo hizo y lo sigue haciendo, pero ya no hay suficiente oración que pueda detener Mi Brazo Justiciero. Tuvisteis tiempo de arrepentiros, cuando Mi Misericordia caía sobre vosotros, pero no aprovechasteis ese tiempo. Ahora, Mi Justicia, ya se está dando y la estáis viendo a vuestro alrededor.

La maldad que habéis escogido os ha apartado de Mi Bien. No queréis vivir para Mi Bien, no queréis vivir bajo Mi Voluntad y bajo Mi Amparo y, eso, vosotros mismos lo escogisteis. Y así, de esta forma Me habéis traicionado, habéis traicionado a vuestro Creador, habéis traicionado a vuestro Salvador, habéis traicionado a la Palabra que se da para vosotros, para que crezcáis en la Verdad y en el Bien.

¿Qué se puede esperar, pues, de las almas que Me han traicionado?, solamente, el castigo eterno y esto os lo quiero subrayar, Mis pequeños, no Soy Yo quien os condena, es vuestra traición la que os condena. ¿Cómo podéis recibir un Bien, cuando estáis actuando en el mal?, sobre todo, cuando Yo, vuestro Dios, Soy el Bien al que estáis traicionando y, con ello, Me estáis impidiendo que Yo derrame Mi Bien sobre vosotros.

Por más que quiero regresaros al buen camino, vosotros os apartáis de Mi Sombra Bondadosa, (lenguas…) Detenéis Mi Mano llena de Amor y no permitís que llegue a vosotros todo el bien que os quiero dar. Buscáis el mal y convivís con él, os llamo y no respondéis, grito a vuestro corazón y tapáis vuestros oídos, ¿cómo queréis, pues, Mis pequeños, que Yo detenga Mi Justicia sobre vosotros, cuando vosotros mismos no Me dejáis derramar Mi Bien y protegeros del mal que ya tenéis sobre vosotros?

No os importa Mi Dolor, no os importa lo que Yo sufro al ver y vivir vuestra traición. Creéis que estoy lejos de vosotros y no entendéis que estoy en vuestro corazón, escuchando lo que pensáis y decís, viviendo la maldad que vosotros vivís. Mi Sensibilidad es Divina, es Santa y Me hacéis sufrir inmensamente con vuestras acciones y palabras realizadas y dichas totalmente fuera de lo que es Mi Amor.

Yo esperaba más de vosotros, porque os di la vida, el don de la vida, para que atendierais Mi Voluntad, para que os salvarais y salvarais a muchos hermanos vuestros con vuestra intercesión, intercesión de amor, pero no, preferisteis traicionarMe y escoger al enemigo, que no solamente os hace sufrir aquí, sino luego lo hará eternamente.

¿En qué estáis pensando, Mis pequeños? ¡Vuestra alma se va a perder eternamente! Quiero arrebatarle a satanás vuestras almas, os quiero mostrar, nuevamente, lo que es Mi Amor hacia vosotros, pero os escapáis de Mis Manos y hacéis vuestra voluntad, voluntad ya dañada por el pecado, del cual, no os queréis arrepentir y que impide que veáis vuestra realidad espiritual, que es de condenación eterna.

Fuego ha de venir sobre vosotros, un fuego que vendrá de lo alto, que vendrá de abajo, que os cubrirá completamente. Un fuego que para los que están Conmigo, será benéfico, purificador, santificador, que os dará una nueva vida y una nueva hechura en vuestro cuerpo, en vuestra alma pero, para aquellos que no están Conmigo, ese mismo fuego será de dolor y os llevará a un fuego eterno, que no se apaga, que no se acaba, que durará por la eternidad.

¡Cuánto dolor Me causáis, Mis pequeños!, primeramente con vuestra traición y seguidamente, al veros sufrir eternamente. ¿A qué padre o a qué madre le puede gustar ver a sus hijos sufrientes? Y a eso es a lo que Me lleváis, Mis pequeños, la gran mayoría de vosotros, a veros sufrir eternamente.

Yo os creé para el Amor, os creé para el Bien, os creé para la eternidad santa, que debéis vivir, pero no tuvisteis Sabiduría, no la pedisteis. ¡Por tanto tiempo os llamé y tapasteis vuestros oídos! Me hacéis llorar, Mis pequeños, Me hacéis sufrir con vuestro desprecio y con vuestra condenación.

Os amo, os amo infinitamente, pero ni esto abre vuestro corazón al Amor.

Venid, pues, almas que escogisteis el camino de la Verdad, el camino del Amor, vosotros sois Mis verdaderos hijos, vosotros sois los que Me dais alegría, a vosotros os consentiré eternamente, derramaré Mis Bendiciones sobre cada uno de vosotros. Lo que aquellos no quisieron tomar, vuestro será.

Venid, Mis pequeños, y gozad este cambio doloroso, que será benéfico para vosotros y os digo, gozad, porque, ciertamente, aunque también Me habéis traicionado a lo largo de vuestra existencia, vosotros acudisteis a Mi Sabiduría Santa y regresabais a Mí arrepentidos.

Me alegráis con ello, Me alegráis con vuestra conversión, Me alegráis porque persistís en el Bien, a pesar de que caéis y caéis, pero os levantáis arrepentidos y con deseos de mejora para no dañar Mi Corazón Sacratísimo.

Venid a Mí, venid a Mí, Mis pequeños y gozad, ya desde ahora, el bien que tendréis pronto. Todo cambiará, todo será purificado, viviréis, nuevamente, ese Paraíso Terrenal que perdieron vuestros Primeros Padres. Yo Seré vuestro Dios y vosotros, Mi Nuevo Pueblo, el pueblo del Amor, el pueblo de esta generación venidera, el pueblo del reinicio de Mi Reino sobre la Tierra. Seréis los pioneros de un Nuevo Reino sobre la Tierra. Todos aquellos que Me habéis escogido, benditos y alabados seáis, Mi Gracia, Mi Poder y Mi Amor, quede con vosotros, Mis pequeños. Que así sea.

Gracias, Mis pequeños.