Sep 10_01 La Fé y la Soberbia; importantes detalles.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La Fé y la soberbia; Importantes detalles.
Hijitos Míos, ya anteriormente os he hablado sobre la Fé y ahora os quiero hacer comprender unos detalles muy importantes sobre ella para que podáis entender más sobre Mí, vuestro Dios-Salvador.

La Fé es una virtud como todas las demás, perdidas por el Pecado Original y recuperadas al momento de vuestro Bautismo. La Fé es un don gratuito que concedo a todos aquellos que quieren ser hijos Míos. Un alma sin Fé es alma sin futuro, un alma que deambula en la obscuridad.

La Fé, como toda virtud, debe ser alimentada, ejercitada, para que crezca fuerte e inmutable, si no lo procuráis, entonces se debilita y entráis a caminos que os llevan al error.

A través de la Fé  podeos conocerMe y conocer los designios de Nuestro Padre Dios.

A través de la Fé os podéis explicar todo lo que vuestro Dios ha creado y el porqué de vuestra estancia sobre la Tierra.

A través de la Fé crecéis a niveles inimaginables porque es vuestro mismo Dios el que, al dejarlo vivir por la Fé, vive plenamente en vuestro corazón. Todos aquellos que no han permitido que la Fé crezca y florezca en su corazón, se explican todo a través de la razón.

A diferencia de la Fé, en la cual el Espíritu Santo actúa fuertemente en las almas, en la razón es el conocimiento humano el que actúa. Si vuestro Dios actúa a través de la Fé, el conocimiento es preciso, es verdadero, es divino. Pero si es la razón la que actúa, el conocimiento, por ser humano, es limitado, es imperfecto y puede ser falso.

Algunos de vosotros que estudiáis Mi Vida y Mis Enseñanzas y luego las ensenáis a vuestros hermanos, grandes o pequeños, se no estáis actuando en la Fé, que sólo de Mi Santo Espíritu puede provenir, entonces estaréis actuando a través de vuestras LIMITADAS capacidades. Así actuaron los pensadores y filósofos de la antigüedad, la razón, la “justa razón” los guiaba.

Si la razón está basada en la bondad, el resultado es bueno, pero no perfecto, ya que, de todas formas se está basando en la razón humana, la cual es imperfecta.

A través de los siglos también han surgido pensadores, que usando sólo la razón, han querido explicar Mi Presencia Divina y Humana en la Tierra y, como se han basado en sus propias conjeturas, en su propia razón, el resultado es desastroso en muchos casos.

Entended bien esto, Mis pequeños, si el hombre por el Pecado Original quedó afectado en su cuerpo y en su alma, ¿cómo quiere explicar, en su limitado estado, Mí Omnipotencia, Mí Divinidad, Mis Secretos, Mí Ser Ilimitado?

La inteligencia del hombre radica en el alma y si ésta está afectada, entonces está limitada, no puede dar su máximo. Lo mismo sucede para cuerpo, una persona enferma, aún por una simple gripe, no se siente bien, no quiere haced casi nada, está débil, tampoco podrá dar su máximo. Entonces, ¿cómo es posible que pensadores, filósofos o pseudo-teólogos, pretendan dar a conocer, como artículo de Fé, lo que su razón, enferma por el pecado, no alcanza a comprender de Mí Omnipotencia Infinita?  

Cuando la Fé actúa, es Mí Santo Espíritu el que actúa en un alma. Cuando la razón actúa, es la soberbia del individuo la que actúa. Si la Fé está respaldada por Mí Santo Espíritu, la soberbia razón ¿por quién estará respaldada?

La soberbia es la raíz de todo mal y de todo error, porque su “fuente del saber” es satanás. A través de la soberbia y de la razón afectada por ella, es como se difunde el error por la Tierra entera. La razón afectada por la soberbia es la que no os permite aceptar que lo que Yo os enseñe y lo que viví, sea tomado como divino y se Me trate de humanizar, eliminando Mí Divinidad de Mí Vida terrena.

Yo os dí muchas muestras de Mí Divinidad, las cuales están redactadas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Los antiguos profetas, inspirados por Mí Santo Espíritu, Me anunciaron con mucho tiempo de anticipación, Mí llegada a la Tierra. Ahí se os narra ya desde antiguo, perfectamente de Mí Divinidad junto con Mí Humanidad.

Desde el primer momento de Mí Concepción en María Santísima, episodios divinos van acompañando toda Mi Vida y aún Mí Muerte, cancelada con Mí Resurrección, sigue dando muestras de Mí Divinidad unida a Mí Humanidad.

Estas son Mis Verdades, éstas son verdades de Fé y ninguna creatura humana tiene derecho de pisotear o alterar lo que pertenece a su Dios.

Oh humanidad ¿cómo es posible que estéis tan ciegos y le hagáis cas al tartamudo? Os decís teólogos, os decís maestros al enseñar Mí Doctrina y ¿actuáis con soberbia y limitada capacidad contra las verdades de vuestro Dios?

La soberbia abre las puertas de vuestra alma al mal, al error, a la mentira y después de hacer vuestras propias deducciones sobre la Vida y Enseñanzas de vuestro Salvador, editáis o enseñáis vuestros errores y obligáis a aprenderlos como si fueran artículos de Fé. Vuestra soberbia os hace buscar la grandeza de vuestro nombre sobre la Tierra, pero tened cuidado, porque éste ya puede estar escrito en lo más profundo del averno. Ir en contra de vuestro Dios y de Sus Enseñanzas, afectando la Fé de Mis Hijos, es algo muy grave.

Yo os dije: “Los secretos de Mí Padre se les dará a los más pequeños y así los sabios y entendidos quedarán confundidos” y también os dije: “Aquél que se haga como uno de éstos niños, entrará fácilmente al Reino de los Cielos”.

La soberbia os hace creer que sóis grandes y que la humanidad necesita de vosotros y que sin vosotros ella se puede perder. Os sentís necesarios, pero Yo os digo que vuestro error, vuestra mentira, vuestra traición, ya pronto ha de terminar, porque las almas que afectásteis están pidiendo justicia sobre vuestra cabeza. Mucho mal habéis difundido y lo seguís difundiendo con vuestras “enseñanzas” erróneas, pero Mí Justicia no dejará impune éste mal que Me hacéis, estáis echando a la basura todas Mis Enseñanzas y negando Mí Divinidad entre vosotros. ¡Necios! ¡Tontos! ¡Traidores! vuestro castigo será muy grande y ya os está esperando.

Mis pequeños, le hablo al resto de Mí Rebaño, no os salgáis de Mis Enseñanzas, seguíd lo que Yo os enseñé y que se encuentra en las Escrituras. Tapad vuestros oídos a los errores seductores del mal. EL maligno quiere destruir todo lo que de Mí provenga y sólo os podréis proteger de él y de sus mentiras, con la vida en la virtud, vida en la Gracias, vida en Mis Sacramentos, leyendo y viviendo Mis Enseñanzas redactadas en la Sagrada Biblia y orando mucho por vuestros hermanos caídos en el error. Orad mucho, también, porque se mantenga la Fé en vosotros y en los vuestros.

Yo os bendigo en el Santo Nombre de Mí Padre, en el Mío y en el del Amor de Mí Santo Espíritu.