Abr 28_09 No dudéis de Mi Poder y de Mi Amor, que éste Triunfará.

Rosario vespertino.

Temas:

  • Ésta penitencia que padeceréis, os hará recordar la lección dada. Regresaréis al amor, pero a través del dolor.
  • Mi Corazón sufre, Mi Ser llora por la muerte de Mis pequeños, por los asesinatos del hombre sobre sus hermanitos pequeñitos, indefensos.
  • Vergüenza os dará cuando sepáis que todas las Naciones conocerán vuestras faltas ocultas en el momento de vuestro Juicio Final.
  • Si ciertamente queréis la perfección, dejadMe a Mí, vuestro Dios obrar en vosotros y abandonad vuestro ego, abandonad vuestro “yo”.
  • LLAMADO ESPECIAL DE NUESTRA MADRE SANTíSIMA A TODAS LAS MUJERES.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Ésta penitencia que padeceréis, os hará recordar la lección dada. Regresaréis al amor, pero a través del dolor.
Hijitos Míos, os he dicho que éstos momentos de la humanidad son difíciles, son perversos, llevan una finalidad satánica, que es la de destruir todo lo que creé con Amor y con gusto. Yo os di un mundo, Yo os di un universo entero para consentir al hombre, el hombre fue lo más bello que constituí y creé, porque al hombre le di un alma a imagen y semejanza Mía. Ningún animal tiene alma como la tiene el hombre y, por eso, satanás os ataca tanto, porque os parecéis a Mí en vuestra alma, es de esencia Divina, debido a esto, satanás quiere destruir lo que más vale de vosotros. Ved cómo os ha llevado poco a poco a vuestra destrucción espiritual.

La finalidad de la venida de Mi Hijo a la Tierra, era para levantar al género humano que vivía a obscuras. Antes de la venida de Mi Hijo, la humanidad no tenía rumbo fijo, salvo el pueblo escogido de Israel, que debiera haber dado lo que Yo le enseñé a través de los profetas, pero también ése pueblo se desvió. Tuvo la humanidad las Enseñanzas de Mi Hijo, tuvo la Presencia de todo un Dios entre los hombres y, de ahí en adelante, el hombre debiera haberse elevado en Gloria, en conocimiento, en Sabiduría, en dedicación, al levantar su alma a niveles altísimos, porque ya contaban con un Maestro Divino. Pero ¿qué pasó?, satanás siguió atacando y más fuertemente. El hombre, no se quiso respaldar con la Gracia de su Dios, con las Enseñanzas que le dio Mi Hijo, pero sobre todo, con Su ejemplo y siguió prefiriendo el mundo y ahora veis, palpablemente, en ésta generación, cómo el hombre, al separarse tanto de Mis Mandatos Divinos, está padeciendo su purificación y su penitencia.

Yo, como Padre, todo Amor, no deseo ver a Mis hijos sufrir y por eso os envié a Mi Hijo, porque Me compadecí de la humanidad, en ése momento de la historia, pero la humanidad no quiso entender, siguió pecando, siguió prefiriendo al enemigo. Me quiso traicionar, en lugar de darMe las gracias, por todo lo que se le dio a través del Hombre-Dios que estuvo entre los hombres.

Desperdiciasteis toda una Enseñanza Divina y lo que sucederá ahora entre vosotros, en toda la humanidad, ésta penitencia que padeceréis, os hará recordar la lección dada. Regresaréis al amor, pero a través del dolor, antes se os dio el Amor viviendo en paz, viviendo en armonía, pero ahora lo tendréis con dolor. Satanás os atacará muy fuertemente pero, estando Conmigo, podréis sobrellevar las pruebas que se os darán.

Habéis sido escogidos todos vosotros, ésta generación, para éstos tiempos, pero en ésta generación no todos responden a Mi llamado y, a los pocos que responden, os he pedido que no Me traicionéis, que Me acompañéis, que seáis Mis hijos en éstos momentos de cambio, Mis cristos en éstos momentos de tribulación.

Mi Hijo se sacrificó por la salvación de todas las almas y de todos lo tiempos. Lo que os pido Yo, a vosotros, los que queráis estar Conmigo y Me ayudéis a salvar almas, os pido vuestra donación. Os he dicho que no necesariamente sufriréis una muerte como la que tuvo Mi Hijo, pero tendréis pruebas de acuerdo a la misión que encomiendo a cada alma. Pero no estaréis actuando solos, Yo estaré con vosotros. Vuestra donación total, es imprescindible, tenéis que seguir Mis órdenes, porque estáis en el Ejército Celestial, no podéis ya actuar por vosotros mismos, porque si no seguís las órdenes que os dé el General, podréis sucumbir fácilmente al enemigo.

Tenéis que seguir Mis deseos, Mis órdenes, Mis Mandatos en éstos tiempos y éstos los recibiréis a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María, que Ella está comandando los Ejércitos Celestiales y los Terrenos. Sed dóciles, Mis pequeños, sed dóciles y aprended a recibir órdenes de vuestro Dios y de vuestra Madre, que os aman tanto. No tratéis de luchar vosotros mismos y con vuestras pobres fuerzas, no podréis, Mis pequeños. Los Ángeles y los santos en los Cielos os están ayudando, las oraciones de todos vuestros hermanos, vivos y difuntos, están con vosotros, no estáis solos. Mi Trinidad Sacrosanta, os acompaña, Mi Madre, está con vosotros, todos los santos están con vosotros, éste es el Tiempo de la Gran Lucha, pero éste es el tiempo del gran Triunfo que se dará. Y, no temáis, no veáis las cosas más graves de lo que puedan ser, vuestras capacidades humanas no son estables, son muy cambiantes y vosotros pensáis en una forma muy diferente a la Mía.

Os he escogido para estos tiempos, para que gocéis Conmigo el Triunfo que tendrá la humanidad entera. Los Cielos y todas las almas que sean salvadas, gozarán con vosotros éste Triunfo grande de vuestro Padre y vuestro Dios. Sois Mis hijos y gozaremos todos juntos Mi Triunfo, sobre las fuerzas de satanás y un Nuevo Mundo empezará, un Nuevo Mundo de Gloria, de Amor, de hermandad entre los hombres y con las almas del Cielo. Serán momentos bellos y grandes, pero sobre todo, Mi Amor se vivirá en pleno, que eso es lo que necesitáis en estos tiempos, porque no hay amor, no hay vida espiritual, no hay crecimiento, porque estáis viviendo en el mundo y para el mundo.

Os amo, Mis pequeños, Mi Amor queda con vosotros y confiad, confiad en Mí, completamente, no dudéis de Mi Poder y de Mi Amor, que éste Triunfará.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Mi Corazón sufre, Mi Ser llora por la muerte de Mis pequeños, por los asesinatos del hombre sobre sus hermanitos pequeñitos, indefensos.
(Lenguas…) Hijitos Míos, Mi Corazón sufre, Mi Ser llora por la muerte de Mis pequeños, por los asesinatos del hombre sobre sus hermanitos pequeñitos, indefensos. ¡Cuánta maldad ha tomado el hombre de satanás!, que hasta ataca a seres indefensos, a vuestros propios hermanos, que no tienen forma de defenderse, que son destruidos en el vientre materno.

¡Cuán grave es el pecado del hombre cuando comete éstas faltas sobre Mis inocentes!, os habéis satanizado, porque esto es obra de satanás, destruir. Estas almitas, estos hermanitos vuestros, que ni siquiera llegan a ver la luz del día. La sangre, de estos hermanitos vuestros, se une a la Sangre Inocente, también, de Mi Hijo que, por un lado purifica, pero que por otro lado, pedirá Justicia sobre el pecado del hombre.

¡Ay!, de aquellos que han destruido éstos pequeños seres, éstos hijos Míos, vuestros hermanitos indefensos. Con alevosía y ventaja los habéis asesinado y hasta os aprovecháis de sus cadáveres para comercio satánico. ¿Hasta dónde puede llegar el hombre cuando se ha satanizado?

Me causa horror ver las almas de aquellos que asesinan a Mis pequeñitos, a muchos de ellos, más les valiera no haber nacido por tantos asesinatos cometidos. Han afectado tanto su conciencia, que no quieren escuchar su interior, que continuamente les señala su pecado por los asesinatos cometidos.

Por eso, éste mundo tiene que cambiar ya, Mis pequeños, he escuchado la voz de los justos, la voz de los que Me aman. He escuchado vuestras peticiones y vuestros ruegos, para que esto se detenga ya, porque vosotros, los que estáis Conmigo, ya habéis aprendido a amar y comprendéis Mis dolores por vuestros pecados. Muchos de vosotros estáis Conmigo y ofrecéis vuestra vida, dolores, penitencias, oraciones, ayunos para reparar el pecado de vuestros hermanos, para detener Mis lágrimas por los pecados de los hombres, que asesinan, que le quitan la vida a vuestros hermanitos.

Os pido, Mis pequeños, que no os alejéis de Mi Corazón, que reparéis continuamente por tantos pecados de la humanidad que llegan hasta Mí y no llegáis vosotros a comprender el dolor que Me causáis. Que, en vuestra pequeñez humana, vosotros reparéis, sabiendo que Me causaréis un alivio a Mis dolores. Ciertamente es poco lo que dais, pero al darlo con amor, Me hacéis mucho bien.

Sí, sois pequeños, pero cuando actuáis así, como niños y venís a Mí y, con ése corazón de verdaderos niños que aman, lloráis Conmigo, Me abrazáis, Me dais vuestras caricias, para que Yo ya no sufra por los pecados de los hombres, realmente Me aliviáis. Por eso amo tanto a las almas infantiles, a las almas de niño que saben amar, que son sensibles, que tienen sentimientos bellos todavía porque, el corazón del hombre, en estos tiempos, se ha vuelto duro como la roca. Yo ya no vivo en una gran mayoría de los corazones de vuestros hermanos, son muy pocos los que realmente Me buscan y entienden del Amor.

Cuando se habla de Amor, no solamente es alegría, porque también se sufre cuando se ama y esto pocas almas lo entienden y pocas almas son las que están Conmigo para reparar y quitar ésas penas que Me causáis y que Me causan vuestros hermanos con sus pecados.

Cuando estáis Conmigo, Yo Me alegro, Mis pequeños, el Cielo entero se alegra con vuestro amor hacia Mí, porque las almas gozan cuando el hombre ama y ama de verdad a su Dios. Os amo, Mis pequeños y derramo Mis Bendiciones sobre vosotros y especialmente cuando vosotros reparáis por Mis dolores.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vergüenza os dará cuando sepáis que todas las Naciones conocerán vuestras faltas ocultas en el momento de vuestro Juicio Final.
Hijitos Míos, os pido nuevamente que no juzguéis para que no seáis juzgados. Estos no son momentos en los que debéis juzgar a vuestros hermanos, éstos son momentos de compasión mundial. Estáis viviendo una realidad, en la cual muchas almas pueden condenarse eternamente y otras podrán salvarse y, vuestra posición, no es la de condenar, porque si vosotros fuerais juzgados, también por los hombres, y vuestros pecados fueran expuestos, también os daría vergüenza. No señaléis, para que no seáis señalados.

Cuando se vive realmente en el amor, tratáis de defender al hermano, aún a pesar de que conozcáis su pasado, eso es Caridad, Mis pequeños, eso es Amor, eso es respeto al prójimo y, así como actuéis por vuestros hermanos, cuando lleguéis a Mí, Yo os trataré de la misma forma en que actuasteis vosotros. Si vosotros señalasteis a los demás, para que supieran de sus faltas, vosotros, estáis aumentando un pecado más a vuestra lista y esto será expuesto en vuestro momento de Juicio Universal.

Cuidaos pues, Mis pequeños, porque creéis ahora que no se conocerán vuestras faltas, pero vergüenza os dará cuando sepáis que todas las Naciones conocerán vuestras faltas ocultas en el momento de vuestro Juicio Final.

Mejor actuad en el Bien, porque vuestros logros, vuestras buenas obras, vuestro amor, también serán mostrados en el Juicio Universal y, ¿qué preferís entonces, Mis pequeños?, ¿querer morir de vergüenza, cuando las almas conozcan de vuestras maldades?, ó ¿sentirse dignos de entrar al Reino de los Cielos por vuestras buenas obras, que también serán expuestas ante las almas?

Meditad esto, Mis pequeños, porque es una realidad que cada uno de vosotros, y toda la humanidad de todos los tiempos, tendrá que pasar. Mejor, ser levantados y alabados en Mi Gozo y en Mi Amor ante todos, a que tengáis que esconderos en vergüenza, porque actuáis injustamente al señalar a vuestros hermanos, sin tener ni siquiera ésa capacidad de ser jueces, porque no conocéis el corazón del hombre. Yo Soy el Único que conoce el interior de todos vosotros y por eso Soy el Único que puede Juzgar, porque es la intencionalidad de la acción lo que cuenta y eso no lo conocéis vosotros, eso está en el interior del corazón del hombre y eso Me pertenece a Mí. Así que no actuéis injustamente, callad y actuad en el Bien, para que Yo Me alegre y vuestros hermanos también se alegren en vuestro Juicio Personal y Universal.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Si ciertamente queréis la perfección, dejadMe a Mí, vuestro Dios obrar en vosotros y abandonad vuestro ego, abandonad vuestro “yo”.
Mis pequeños, el alma busca su paz, el alma busca su alimento, el alma va en pos de vida. A ninguno de vosotros, hijos Míos, os gusta vivir en el mal, en la tribulación, precisamente, porque odiáis el dolor. Porque no lo queréis padecer buscáis siempre la comodidad y el vivir en paz, porque así fuisteis creados por Mí y porque Yo os di Mi Paz.

Pero no habéis aprendido a mantener Mi Paz y los valores santos dentro de vosotros y debéis retomar la lección. Así como en la escuela vosotros tenéis exámenes y, si no los pasáis, debéis regresar a estudiar en aquello en lo cual fallasteis. Si sois lo suficientemente humildes, sabréis reconocer en qué estáis fallando y pondréis todo vuestro empeño en mejoraros en aquello en lo cual estáis mal.

Cada uno de vosotros tenéis debilidades y defectos, tanto así como logros y virtudes, sabéis en lo que falláis y sabéis en lo cual estáis bien.

Estos son tiempos en que debéis tener la suficiente humildad de saberos reconocer pecadores, porque os he dicho que nadie puede recibir Mis Bendiciones ni Mi ayuda si, con humildad, no os acercáis a Mí porque, el alma soberbia, se siente suficientemente bien como para tener la necesidad de buscar la ayuda de un semejante ó aún de Mí, vuestro Dios. Sí, os sonará raro que Me haya puesto en segundo plano, pero os falta tanta Fe, que nada más buscáis aquello que veis y tocáis y no buscáis al que no conocéis, que es a Mí, vuestro Dios. A ése grado se ha materializado el hombre, solamente confía en lo que ve y toca, ya no entra en su corazón a buscarMe y menos va a buscarMe a la Iglesia ó en algún lugar solitario, en donde podamos dialogar de Padre a hijo y de hijo a Padre.

Habéis acallado vuestra alma a tal grado que no queréis y no creéis necesitar de Mí pero, los acontecimientos que se irán dando en vuestra vida, os irán haciendo ver que necesitáis de Mí y que deberéis tener la suficiente humildad de reconocer que sí existo, aunque no Me hayáis buscado y aunque no Me hayáis encontrado en vuestro corazón.

Entended, Mis pequeños, que Yo os amo, a pesar de vuestra maldad, a pesar de vuestro error, a pesar de vuestro pecado. Yo os llamo continuamente y así como las almas se van abriendo a Mi Voz, Me encuentran y empiezan a gozar de Mis Delicias y las empiezo a enamorar de Mi Amor, pero para eso necesito de vuestra oración continua, Mis pequeños, pero sobre todo, vuestro ejemplo ante vuestros hermanos. No seáis diferentes aquí, mientras oráis ó en la Iglesia, cuando Me buscáis, debéis tener una sola vida y ésa es la de tenerMe continuamente a Mí, en vuestro interior y mostrarMe a vuestros hermanos y para eso debéis perder vuestro “yo” en la inmensidad de Mi Voluntad.

Os estoy regalando Mi Presencia total en vosotros, que éste es un regalo inmenso que Yo hago a las almas que Me aman, pero para eso necesito que vuestro “yo” Me permita que pueda Yo actuar perfectamente en vosotros. Vuestro “yo” Me estorba, vuestro “yo” no Me deja actuar perfectamente, porque vuestro “yo” ve primeramente por vuestras cosas, por vuestras necesidades humanas imperfectas y no dejáis que Mi Voluntad os lleve la Perfección, porque Yo Soy el Perfecto, Yo Soy el Santo, Yo Soy vuestro Dios, Creador de todas las perfecciones que veis a vuestro alrededor y aún las que no veis en el universo entero. Ni aún los mismos científicos y hay sabios que tenéis a vuestro alrededor, han podido crear las perfecciones que Yo he creado. Se vanaglorian de cosas que hacen, pero que a la larga resultan imperfectas, que tienen defectos y acaban por desaparecer.

Ved lo Mío, ved Mi Creación, se mantiene ahí, perfecta, inmutable, dándoos alegrías continuamente, ¿acaso el hombre puede lograr esto?, ¿verdad que no?, ahora entendéis por qué vuestro “yo” Me impide lograr en vosotros mismos Mi Perfección.

Yo quiero que vosotros os apartéis de vuestro “yo”, apartéis vuestra voluntad de vuestra vida y Me dejéis a Mí, que Yo os lleve a la perfección. Ciertamente, es una obra monumental que debéis llevar a cabo en vosotros mismos, porque no hay suficiente humildad en vosotros para que os quedéis vacíos y dejéis que Yo os llene en totalidad. El hombre quiere siempre sobresalir ante sus hermanos, quiere hacerse valer y sentir que es visto y alabado por su prójimo, por eso, no os apartáis de vuestro “yo”, porque cuando Yo os pido que desaparezcáis a vuestra propia persona, Me vais a pertenecer, trabajaréis perfectamente para Mí y haréis grandes prodigios de Amor, porque Yo manifestaré Mi Poder a través de vosotros; pero en muchos casos, os llevo a estar escondidos ante los ojos de los hombres, os llevo a la pequeñez, os llevo al segundo plano y eso no le gusta al hombre, el hombre quiere sobresalir y Yo os llevo a estar escondidos en Mi Corazón. Si ciertamente queréis la perfección, dejadMe a Mí, vuestro Dios obrar en vosotros y abandonad vuestro ego, abandonad vuestro “yo”, que es pequeño, que es impreciso, que es débil y es traicionero, dejaréis todo lo imperfecto que hay en vosotros y Mi Perfección os llenará.

Meditad esto, Mis pequeños, porque vosotros sois los que saldréis ganando con Mi Presencia total en vuestro ser. Ciertamente, Yo os ganaré, y eso Me alegra, pero vosotros tendréis Mi Poder Divino y os llevaré a la pequeñez, pero seréis grandes ante Mis Ojos. Escoged, ¿os queréis mantener pequeños, distraídos en el mundo, imperfectos?,  ó ¿queréis ser grandes Conmigo, con vuestro Dios, teniéndoMe a Mí perfectamente en vuestro ser y haciendo grandes obras para la salvación de vuestros hermanos?, sois libres, no os presiono, pero meditad y estudiad bien quién es el que ganará más.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Estos son Mis tiempos y os he dicho y os repito, éstos son tiempos de la mujer.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Estos son Mis tiempos, tiempos anunciados desde el Génesis, tiempos en que Yo, la humilde Sierva del Señor, (Lenguas…), lucharé, junto con vosotros, Mis hijos, contra las fuerzas de satanás.

Mis pequeñas, le dais fuerza a satanás cuando os sentís débiles, porque no confiáis en el Poder de Nuestro Dios. Cuando estáis en vida Divina, satanás no os puede hacer nada, si tenéis la Presencia Divina de Nuestro Dios en vuestro interior. ¿A quién ó a qué podréis temer? Estos son Mis tiempos y os he dicho y os repito, éstos son tiempos de la mujer, porque así, como la mujer fue tentada por satanás en le Paraíso y permitió la entrada del error al mundo ahora, la mujer, al volver a la Virtud y al Amor Verdadero de Nuestro Dios, debe erradicar el mal del mundo.

Ved, Mis pequeñas la importancia de la actuación de la mujer en éstos tiempos. Tendréis un Poder Divino con el cual podréis vencer a satanás, a sus obras, a sus engaños, a la vida que ahora se lleva en la humanidad y a donde os ha llevado el pecado satanás.

Él ha provocado que vosotras, también, llevéis al hombre al pecado porque, cuando el hombre se debilita en el pecado, si no hay una mujer virtuosa, él cae. Por eso os debéis acercar a Mí, para que, al estar Conmigo, vuestra Madre, toméis Virtud y Amor Celestial, Puro y Santo y levantéis al hombre, a vuestros hijos, a la familia, a la sociedad, al mundo entero.

Esto ya estaba profetizado y son vuestros tiempos. Venid Conmigo, Mis pequeñas, venid Conmigo a luchar contra las fuerzas de satanás, Yo estoy con vosotras, vosotras Conmigo, lucharemos fuertemente, para que todo sea restaurado, para que todo vuelva a la normalidad Celestial en la que fueron creados vuestros Primeros Padres.

Vosotros, Mis hijos, también caísteis en el Pecado, ciertamente aceptasteis la palabra de la mujer, de Eva, pero os separasteis de la Verdad, de la Luz de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. Utilizasteis a la mujer como instrumento de vuestro placer y no la apoyasteis a crecer en el Amor y en la Virtud. Vosotros mismos, después de que ella había caído, en lugar de levantarla, ayudarla a crecer y que mutuamente volvieran a Nuestro Dios, os dejasteis caer más y más en el Pecado y, así, la Gracia desapareció de vuestra alma.

Ciertamente estáis en una problemática espiritual, porque no queréis luchar, ni mujeres ni hombres, por recuperar la Gracia Divina. Os queréis mantener en el fango, os queréis mantener en el pecado y las pasiones carnales, no queréis crecer en vida, en vida espiritual, en la Vida Verdadera que os quiere dar Nuestro Dios. Sois cómplices unos con los otros de ésa vida de mal que habéis aceptado de satanás. Pero entended, Mis pequeñas, que si ahora os imponéis, porque éste es el tiempo que se os ha dado, y vosotras paráis ésta cadena de mal, es como detendréis las pasiones desordenadas que tiene el hombre y que busca el hombre con la mujer. Debéis volver a la virtud para que todo se estabilice en la vida perfecta que os quiere dar Nuestro Dios. Ciertamente tenéis que luchar por encontrar nuevamente ésta vida Divina en vosotros.

Venid pues, hijas Mías, a que Yo os dé todo lo necesario, que ha permitido Nuestro Dios que os dé a vosotras, para que seáis ejemplo de virtud entre los hombres. Regresad a la pureza, regresad a la santidad, Yo estaré con vosotras, vosotras, haréis grandes cosas por la humanidad entera.

Venid pues, para que Mi Santo Espíritu os llene de Su Vida, de Sus Dones, de Su Amor y dejaos mover por Él. Acallad ya a satanás que se acerca continuamente a vosotras para que prosigáis vuestra vida en el pecado. Detened ya su pestilencia y su veneno, no le hagáis ya caso, porque os ha llevado a vuestra destrucción. Ved, ved vuestra propia vida, ved la humanidad cómo está ahora, ¿dónde está la virtud?, ¿dónde está la belleza en la que debisteis haberos mantenido?, porque fuisteis creadas a imagen y semejanza de Nuestro Dios, ¿dónde está Dios en vuestra vida?

Venid a Mí, Mis pequeñas, para que Yo os tome de la Mano y os regrese a la Virtud y al Amor.

Yo Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, el Amor, Nació en Mí y Yo os lo di a todos vosotros. Conozco el Amor, porque el Amor se desarrolló en Mi Vientre. Os quiero regalar ése Amor, que es el Amor de todo un Dios, que también quiere vivir en vuestro interior.
Gracias, Mis pequeñas.