Oct 02_08 Os pido, Mis pequeños, os mantengáis fieles.

Rosario.

Temas:

  • Cuidad vuestro corazón, cuidad vuestra alma que es el tesoro más grande que tenéis.
  • Manteneos en esa oración íntima Conmigo para que Yo pueda salvar aún a aquellos que no Me quieren, que Me atacan y os atacan a vosotros.
  • Yo no os condeno, vuestros actos os condenan.
  • Quiero que apenas despertéis por las mañanas os postréis ante Mí en vuestro corazón.
  • Vosotros los que Me amáis enormemente, reparad, vivid de acuerdo a Mi Voluntad, amadMe por lo que ellos no Me aman.
  • ¿De qué os sirve hablar de Mi Amor cuando vosotros mismos no estáis actuando? Vivid pues, lo que Mi Hijo os enseñó.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Ofrecimiento, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuidad vuestro corazón, cuidad vuestra alma que es el tesoro más grande que tenéis.
Mis pequeños, es el mundo, es el mal, es satanás quién os está acechando indudablemente. Sí, Mis pequeños, si estáis Conmigo, si vosotros no os acercáis a eso ni lo tomáis para vosotros, el mal no os hará daño. Mantenedlo siempre alejado de vosotros para que no dañe la pureza de vuestra alma y de vuestro corazón.

Es Mi Vida, es Mi Presencia, es Mi Amor lo que debéis aceptar en vuestro corazón para que todos vosotros podáis ser llamados hijos Míos, hijos de Dios entre vuestros hermanos.

Seguid dando la vida, la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra. Manteneos siempre en esa vida, vida espiritual. Transmitidla a vuestros hermanos. Llenaos de Mi Vida y no dejéis que satanás os mate con su presencia maligna. Cuidad vuestro corazón, cuidad vuestra alma que es el tesoro más grande que tenéis.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Manteneos en esa oración íntima Conmigo para que Yo pueda salvar aún a aquellos que no Me quieren, que Me atacan y os atacan a vosotros.
Queridos Hijos, manteneos en Mi Presencia, en Mis deseos, es tan bello lo que os quiero regalar a vosotros, los que os habéis mantenido en Mí, los que Me habéis buscado, los que  protegéis Mi Vida sobre la Tierra, los que dais Mi Vida a vuestros hermanos. Os pido, Mis pequeños, vuestro deseo de verMe ya venir pronto con vosotros, de cambiar este mundo en donde el pecado está reinando ya, que venga la Gracia, que inunde todo vuestro ser.

PedidMe, pedidMe con gran ahínco, con gran deseo, que ya se dé Mi presencia entre los hombres, Mis pequeños, porque es un regalo tan grande lo que os quiero dar, que el alma ahora no se imagina lo que tendrá. Tendréis un Nuevo Mundo, un nuevo hogar, Mi Presencia entre vosotros, para que vuestra alma goce infinitamente de una felicidad que aún todavía no conocéis.

Mis pequeños, vuestra alma tiene capacidades infinitas y yo os quiero regalar con ellas. Conoceréis cosas que todavía no son conocidas por el hombre. Gozaréis a niveles infinitos y todo esto como regalo a vuestra Fe y a vuestra confianza, en Mí vuestro Dios. Habéis permanecido fieles a Mi palabra y a Mi promesa y Yo, como vuestro Padre y vuestro Dios, os regalaré esa Fe y esa Confianza que habéis puesto en Mí.

Seguid luchando, Mis pequeños, aunque todo se vuelva adverso a vuestro alrededor. Aunque haya ataques fuertes no os preocupéis Mis pequeños, Mi Bien, Mi Verdad y Mi Amor triunfarán y vosotros triunfaréis junto Conmigo. Es Mi Promesa y es Mi Amor el que os llevará a esa grandiosidad de los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas.

Cuando vosotros os cambiáis de casa, por un lado sufrís, porque dejáis algo que os ha dado recuerdos, que habéis vivido y que dejáis en esa casa junto con vuestro corazón; pero por otro lado, si os estáis cambiando es porque estáis buscando una mejora. A eso es a donde os voy a llevar, a una mejora total de Cuerpo y Alma, a un Cielo sobre la Tierra. El simple hecho de tenerMe entre vosotros será un Cielo para vosotros.

Así que os pido, Mis pequeños, os mantengáis fieles, fieles a Mí vuestro Dios, fieles al Amor, fieles a la Gracia, y sabéis perfectamente que Yo triunfaré junto con vosotros.

Os bendigo Mis pequeños y manteneos en esa oración íntima Conmigo para que Yo pueda salvar aún a aquellos que no Me quieren, que Me atacan y os atacan a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo no os condeno, vuestros actos os condenan.
Hijitos Míos, mientras estuve sobre la Tierra Yo os enseñé tantas cosas, pero cuando Me preguntaban cómo podían alcanzar la Perfección en el Amor, acerqué a un niño y os dije: “vean a este pequeñito, lo que hagan en él lo harán en Mí y eso os dará la perfección”. Pero ¿por qué un niño, Mis pequeños?, porque el ser como niño y, sobre todo, llenar a un niño de Mis Bienes, de Mi Amor, del Conocimiento Divino, es invertir en él; sí, invertir doblemente, en la vida de él y en vuestra vida.

Cuando dais en un niño, le estáis salvando, le estáis dando vida y no solamente hablo de la vida física, a través del alimento físico, sino del Alimento espiritual que es el que le dará la Vida eterna y que gracias a vosotros esa almita, a la que vosotros estáis enseñando, le ayudará a que pueda regresar al Reino de los Cielos pero, además, por lo que vosotros le dais también enseñará a otros y así se continuará Mi Vida sobre la Tierra.

Vosotros, por haber enseñado, transmitido y vivido Mi Vida, también tendréis un gran regalo en el Reino de los Cielos. Todo se va volviendo una cadena de Amor, vosotros dais, también os dais por los demás y ellos a la vez tienen esa obligación de Amor porque, siendo el Amor dinámico, no se puede detener y así se sigue manteniendo Mi Vida sobre la Tierra, vida de Amor, vida de Esperanza, vida Divina. El niño crecerá y crecerá con bases fuertes, firmes, saludables para que pueda crecer en Amor y en Virtud; en cambio, para otros, aquellos que afectan la vida de un niño, los he maldecido. He dicho que más les valiera no haber nacido y que se pusieran una piedra de molino al cuello y se lanzaran al mar.

Pobres de aquellos que han afectado la vida espiritual de un niño, pobres de aquellos cuando se presenten ante Mí con ese grave pecado; si los primeros se llenaron de Mi Bien por mantener esa cadena Divina sobre la Tierra, los malos – los que han afectado Mi Amor en ellos mismos y en el alma de los pequeños – han destruido Mi Obra y así evitan su propia salvación y la de aquellos niños, que a su vez, tenían que haber enseñado también y no lo podrán hacer porque vosotros, los malos, habéis detenido esa cadena de Amor.

Benditos seáis Mis pequeños, y os recibiré con todo Mi Amor cuando regreséis al Reino de los Cielos, por haber dejado vida en los vuestros, porque Me aceptasteis en vuestro corazón. Un alma no puede dar lo que no tiene, vosotros Me aceptasteis, os llenasteis de Mí y como disteis del Tesoro de Mi Amor en vosotros, que lo apreciasteis como es: como un Tesoro Divino; que gozasteis en transmitirlo, porque ese es el gozo grande de las almas: dejar Mi Tesoro Divino en el corazón de los demás, por eso benditos seréis cuando regreséis ante Mí porque dejasteis Mi Vida sobre la Tierra. Y vosotros los malditos: malditos seréis porque echasteis a perder vuestra alma y la de los vuestros, no mantuvisteis Mi Vida aquí sobre la Tierra, no protegisteis a vuestros hermanos con Mis Bienes y le permitisteis a satanás que destruyera esas almas porque no tuvieron protección Divina contra sus ataques.

Mi Amor es Grande, Mi Amor es Justo y así podéis ver claramente en vuestras acciones cuáles son las almas que al final llegarán a Mí y cuáles se han de condenar. Yo no os condeno, vuestros actos os condenan.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Quiero que apenas despertéis por las mañanas os postréis ante Mí en vuestro corazón.
Hijitos Míos, vosotros adoráis Mi Presencia en el Tabernáculo y os lo agradezco de Corazón. Me vinisteis a acompañar, porque para vosotros realmente Soy más que un Amigo, reconocéis en Mí a vuestro Dios, porque Yo Soy la Vida, Yo Soy vuestra vida. Vosotros sois, porque Yo quiero que seáis.

Os he dado tanto, Mis pequeños; Yo Soy el Amor que vosotros habéis aceptado en vuestro corazón, que es el que os trae ante Mí, vuestro Dios. Me acompañáis y por cierto pagáis con el Amor que Yo os he dado pero sobre todo con la vivencia que tenéis de Mí en vuestro corazón. Me venís a acompañar, a adorar, a agradecer, pero ahora quiero, Mis pequeños, que también Me adoréis en vuestro corazón porque Me habéis dado Mi lugar en vuestro corazón. Quiero que apenas despertéis por las mañanas os postréis ante Mí en vuestro corazón.

Al ofrecerme vuestro día y vuestras obras, que ese sea el holocausto Divino como el que el sacerdote ofrece en cada Misa. Vosotros sois sacerdotes, también, por el Bautismo y el ofrecimiento de vuestras obras del día se vuelve holocausto Divino para Mí y Me ofrecéis en el altar de vuestro corazón. ¿Veis, Mis pequeños, las bellezas de Mi Amor? ¿Cómo Yo, habitando en vosotros, vosotros os volvéis esos sacerdotes, que sois por el Bautismo, ofreciéndome vuestra vida y vuestros actos? Cuando entráis en Mí os regalo Mis Misterios de Amor. Vosotros, los que sabéis apreciar la vida espiritual, gozáis de estos regalos que Yo os doy y además vosotros ayudáis a vuestros hermanos porque al vivir esa vida íntima Conmigo, vosotros también pedís por el bien de vuestros hermanos y todo se vuelve Mi Cielo estando aquí en la Tierra. Vosotros vais transmitiendo y haciendo vida ese Cielo sobre la Tierra.

Sois profetas, porque el Amor que vosotros vais haciendo crecer en vuestro corazón lo vais transmitiendo en palabras, en obras, en vida a vuestros hermanos. El profeta es aquel ungido que va transmitiendo Vida, Mi Vida sobre la Tierra. Vosotros habéis sido ungidos por el Bautismo y por eso sois profetas.

Mi Vida se va dando en vosotros y tiene continuidad porque no la mantenéis solo para vosotros en forma egoísta. Vosotros Me hacéis vivir en vuestros hermanos, (Lenguas…,) vosotros vais produciendo vida a donde vais y eso es lo que deseo de vosotros, Mis pequeños, que os mantengáis como sacerdotes de vida íntima Conmigo; profetas, que vayáis dando testimonio en el mundo transmitiendo también, Mi Cielo a través de vuestra presencia. Que por donde vayáis, caminéis, donde estéis, vayáis dejando estela de Cielo a través de vuestro ejemplo, a través de vuestra vida, a través de vuestros deseos y vuestras palabras.

DejadMe en los corazones de vuestros hermanos, vivid con respeto y educación hacia los vuestros, que realmente causéis cambio en las almas, en aquellas almas que os traten. Que deis una buena impresión, que seáis diferentes a los demás, porque Yo vivo en vosotros. Esa es la diferencia con vuestros hermanos, con muchos de ellos, Yo ya no vivo en su corazón. Vivo en vuestro corazón y quiero, Mis pequeños, que vosotros seáis ese ejemplo que se dé para los siglos. Los hombres que vendrán, en este cambio que se dará, serán hijos verdaderos Míos. Cielos Nuevos y Tierras Nuevas vendrán, pero lo que cambiará principalmente será el corazón del hombre, será el Amor que antes se despreciaba y ahora será tomado, apreciado y agradecido porque Yo viviré en el corazón de cada uno de ellos.

Sed, Mis pequeños, esos pioneros del Amor, esos pioneros que provocarán el cambio sobre la Tierra, porque vosotros seréis los que provocaréis el cambio para las Tierras Nuevas a través del Amor que estáis cultivando y que estáis transmitiendo entre los hombres.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vosotros los que Me amáis enormemente, reparad, vivid de acuerdo a Mi Voluntad, amadMe por lo que ellos no Me aman.
Hijitos Míos, vosotros conocéis Mi Amor, vosotros sabéis que Yo estoy con vosotros. Quisiera pediros que os pusierais un momento en Mi lugar, como el Dios amoroso, el Dios proveedor, el Dios Padre, el Dios que os ama infinitamente. Poneos un momentito en Mi lugar: Yo, y ahora vosotros, viendo a la Tierra. Ved a vuestros hermanos desde los Cielos a la Tierra, tratad de ver a cada uno de vuestros hermanos: ¿qué es lo que hacen?, ¿qué es lo que piensan?, ¿cómo viven entre vuestros hermanos? Veréis, Mis pequeños, cómo el hombre se ha olvidado completamente de Mí, cómo el hombre no vive Mis Preceptos y Mandamientos, cómo el hombre no vive el Amor.

Ése es Mi dolor tan grande, Mis pequeños. Yo que os amo tanto, Yo que Soy vuestro Padre y vuestro Dios y recibo olvidos, desprecios y malos tratos de Mis hijos a los que tanto amo, y ciertamente os amo a todos vosotros: buenos y malos. De los buenos recibo amor y reparación, pero de los malos recibo desprecios, olvidos y malos tratos; espero su conversión en algún momento. Yo os doy la libertad, el libre albedrío y Mi Amor, siempre presente entre vosotros, espera que vuestra alma sea tocada y que en un momento dado reflexionéis todas las Bondades que habéis recibido a lo largo de vuestra vida y os acordéis que Yo, vuestro Dios, os lo he dado todo.

Por el olvido del hombre hacia Mí, vuestro Dios, vosotros mismos, que sabéis amar, que sabéis, de la Infinidad de Mi Amor, os podéis dar cuenta de cómo Mi corazón puede sufrir por la sensibilidad Divina que tengo. El desprecio y el maltrato del hombre Me duelen. Mi Hijo lo padeció; Yo lo padecí junto con Él.

Mis pequeños, vosotros los que Me amáis enormemente, reparad, vivid de acuerdo a Mi Voluntad, amadMe por lo que ellos no Me aman. Tratad de hacer lo que ellos están dejando de hacer. Vivid Mi Amor entre los hombres. Sed ejemplo vivo de Cristo sobre la Tierra, que ésa es vuestra misión, la misión de cada uno de vosotros y que pocos, muy pocos, de vosotros lo estáis haciendo. Manteneos trabajando para que todavía haya vida, vida con Mi Hijo sobre la Tierra en vuestros hermanos y en vosotros mismos: Yo os agradezco Mis pequeños.

Os dais cuenta de lo que sucede a vuestro alrededor, de la maldad que se da en los corazones de los pueblos de la Tierra, pero para otros esto pasa inadvertido, no se dan cuenta o no se quieren dar cuenta de la realidad espiritual que os rodea. Ven solamente lo material y lo que les conviene ver, pues no ven Mi Corazón, no ven Mi sufrimiento, no ven su traición a Mí ni a su vida, que tanto amo.

Reparad, reparad, reparad Mis pequeños. Reparad con vuestro amor lo que vuestros hermanos no reparan. PedidMe que os dé un corazón más grande, más bello para que todos vosotros Me podáis dar el amor que vuestros hermanos no quieren dar.
Gracias Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: ¿De qué os sirve hablar de Mi Amor cuando vosotros mismos no estáis actuando? Vivid pues, lo que Mi Hijo os enseñó.
Tenéis un principio y tenéis un fin en este tiempo de vida sobre la Tierra, que os concedo, para que hagáis con el un fin eterno Conmigo con vuestro Dios. Este tiempo de vida es un regalo que Yo os concedo para que todos vosotros podáis ser corredentores junto con Mi Hijo. Recibid Bendiciones para que podáis gozar grandemente de Mis favores eternos.

Mis pequeños, es un regalo grande que le concedo a la carne: el trabajar para Mí y allí está la Tierra, firme para que podáis hacer que vuestros hermanos Me conozcan, pero siempre a través de vuestro propio ejemplo.

La tarea del hombre es la de mover el corazón de sus hermanos. Palabras bellas hay muchas, Mis pequeños, pero obras buenas son pocas. Os podéis aprender fácilmente todo un libro con consejos bellísimos pero si vosotros mismos no los lleváis a cabo, ¿de qué os sirve hablar de Mi Amor cuando vosotros mismos no estáis actuando? Vivid pues, lo que Mi Hijo os enseñó y de esta forma Me entregaréis muchas almas a Mí, vuestro Dios.
Gracias Mis pequeños.