Mzo 13_08 Soy el Verdadero Amor.

Rosario Vespertino.

Mensajes de Dios Padre a J. V.

Tema:

  • Mis pequeños, cuando habléis del Amor, debéis hablar de Mí, que Soy el Verdadero Amor
  • Primer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Mis pequeños, cuando habléis del Amor, debéis hablar de Mí, que Soy el Verdadero Amor.
    Sobre: Mis pequeños, cuando (Lenguas…), Hijitos Míos, Yo Soy el Amor, vosotros habláis del Amor, cuando realmente no conocéis al verdadero Amor, que Soy Yo. Cuando vosotros os dejáis llenar de Mí, en Mi Esencia Divina, es cuando realmente, podéis hablar del Amor.

    Vosotros cambiáis y vosotros hacéis cambiar todo lo que está a vuestro alrededor y, aún vuestra oración, hace cambiar a aquellos por los que oráis. Mi Amor os impregna, Mi Amor os envuelve, Mi Amor os purifica, Mi Amor os santifica, y al estar así, impregnados por Mi Esencia Divina, que es el Amor, necesariamente vosotros empezáis a impregnar a vuestros semejantes, a todo lo que os rodea, todo lo que veis y en lo que pensáis, todo queda impregnado en Mi Amor y es así, cómo las almas santas, que habitan sobre la Tierra, van cambiando todo, sin que ellas mismas se den cuenta, porque ellas están embebidas en Mi Amor.

    Al tener un alma Mi Amor en pleno, viven en Mí y viven para Mí, no se dan cuenta prácticamente de su alrededor y todo va quedando afectado en el Amor. Todo se mejora, todo se embellece, empieza a haber cambios sublimes en el alrededor de éstas almas que están impregnadas en Mi Amor.

    Mis pequeños, cuando habléis del Amor debéis hablar de Mí, que Soy el Verdadero Amor. No podéis hablar del Amor si no estoy Yo, vuestro Dios, en vuestro corazón. Cuando satanás os habla de amor, ése no es Amor, ésos amoríos pecaminosos, ésos amoríos egoístas, ésos amoríos carnales, solamente van destruyendo, van opacando al alma y, así, van opacando a otras almas, que se encuentran a su alrededor.

    Ved, ved a ésas almas que viven en ésos amoríos satánicos, a donde satanás los ha llevado para confundirlos. Ellas hablan de amor, y ésa palabra, que es Santa y Divina, no la debieran utilizar ésas almas pecaminosas, afectadas por los ardides de satanás.

    Esas almas, afectadas, afectadas en ésos amoríos del mal, viven apartadas, viven adoloridas, viven dañadas por el pecado, sufren, eso no se puede llamar Amor.

    Las almas, que están Conmigo, están gozando de Mi Amor, gozan y son prolíficas, las almas afectadas por satanás, en esos amoríos carnales, pecaminosos, satánicos, ellas sufren y destruyen, causan problemas a su alrededor, causan problemas en la propia persona, eso no es Amor.

    Si estáis Conmigo y con Mi Amor, seréis libres, haréis grandes cosas para vuestros hermanos, porque ya habéis hecho algo grande en vosotros. Abrid vuestra mente y vuestro corazón al Verdadero Amor. Pensáis en Mí, vivís en Mí y Me transmitís en libertad y poderío.

    La podredumbre, a donde os lleva satanás, hablándoos de amor, del amor carnal y pecaminoso, solamente os causará problemas, dolor, muerte, muerte de cuerpo, muerte de alma, muerte eterna.

    Sed vuestros propios jueces, ¿estáis viviendo en Mi Amor y gozando lo que goza el alma que vive en Mi Amor?, ó ¿“estáis gozando”, que no se puede decir así, en un gozo de sufrimiento, en los amoríos satánicos, carnales, depravados, a donde os ha llevado satanás? ¿En dónde estáis, Mis pequeños?, ¿qué estáis haciendo con vuestra vida?, ¿qué estáis haciendo con vuestra alma?, ¿qué estáis haciendo con vuestro futuro y con el de los vuestros?

    Meditad y actuad rápido, para que vuestra alma no siga afectada por el mal y llevadla hacia Mi Bien, hacia el Verdadero Amor y, así empezaréis a gozar lo que tendréis eternamente en el Reino de los Cielos.

    Actuad ya, Mis pequeños, no sabéis cuándo tendréis que regresar a Mí y darMe cuentas de vuestra vida sobre la Tierra, de vuestra misión que se os encomendó. No permitáis, pues, que la muerte os alcance viviendo en amoríos pecaminosos. Preparaos, para que cuando tengáis que venir a Mí presencia, estéis viviendo en Amor Divino, en vuestro corazón y en vuestra vida.

    Vosotros gozaréis inmensamente ése momento, el momento de la entrega de vuestras cuentas a Mí, vuestro Dios y Yo también gozaré de que vuestra alma pudo realizar la obra que se le encomendó. Momentos bellos del encuentro final, de una vida sobre la Tierra y del principio de la eternidad para esa alma y su gozo eterno Conmigo, con vuestro Dios. Gracias, Mis pequeños.