Dic 20_07 Sacerdotes de Mi Iglesia, ¿dónde estáis?, os busco, no…

Mensaje.

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Tema:

  • Sacerdotes de Mi Iglesia, ¿dónde estáis?, os busco, no os encuentro.

Sobre: Hijos Míos, Mis ministros, hijos Míos, sacerdotes de Mi Iglesia, ¿dónde estáis?, os busco, no os encuentro.

(Lenguas…) Hijos Míos, Mis ministros, hijos Míos, sacerdotes de Mi Iglesia, ¿dónde estáis?, os busco, no os encuentro. Ciertamente por fuera estáis vestidos, ataviados con las vestiduras ministeriales, pero internamente, Mis pequeños, sois ésa sal que ha perdido su sabor, os habéis vuelto insípidos. Sois ése grano que se ha podrido, que ya no se puede sembrar y si se siembra, ya no produce nada.

¿Dónde estáis, Mis verdaderos ministros, aquellos que se debieron de haber llenado de Mi Palabra, de Mi Ejemplo, de Mi Amor?, ya no salís a Evangelizar, os habéis vuelto del mundo, estáis podridos muchos de vosotros y ya no sois ése buen grano que se puede sembrar y el cual producirá el treinta, el cincuenta, el setenta ó el cien por ciento. Ya no salís a buscar a la oveja perdida, os habéis sentado ya en vuestros tronos, estáis buscando solamente los bienes del mundo, no buscáis que el Amor se difunda entre los hombres. Ya no os queréis enfrentar a los ataques de satanás, cuando siendo que estoy Yo con vosotros, que Yo lo vencí, que Yo os demostré cómo se le puede vencer. Ya no sois hombres de oración, ya no sois hombres que busquen en Mi Libro las Palabras para llenar otros corazones y para que os llenéis primeramente vosotros. Ya no estáis llenos de Mí, ya no dais lo que debierais dar, ya no sois Mis ministros, ya no sois Mis sacerdotes, ya no sois guías de Mi pueblo bendito, sois escándalo para el mundo.

Vosotros, los que tenéis puestos superiores, atacáis a aquellos de vuestros hermanos que sí se han llenado de Mí, que trabajan todavía para Mi Reino. Los atacáis, los hacéis a un lado, los enviáis a lugares en donde no os puedan opacar, porque ellos, que todavía Me muestran al pueblo, aquellos en los que Yo todavía vivo, cuando están ellos junto a vosotros, vosotros sois opacados, a pesar de vuestra investidura alta. Os habéis quedado solamente así, en la soberbia de vuestra investidura, pero eso, Mis pequeños, representa un compromiso mayor ante Mí, vuestro Dios, ante vuestro Jesús, que trabajó también por vosotros. No queréis vivir para vuestra Iglesia, habéis hecho de Mi Iglesia un prostíbulo, una cueva de ladrones, atesoráis bienes del mundo, pero también atesoráis pecados gravísimos que están siendo peso grande para vuestra condenación.

En altos mandos de la Iglesia, la putrefacción satánica ha llegado y ¿qué hacéis vosotros mismos, ministros, sacerdotes, encargados, que con vuestra oración podríais eliminar todo el mal? No lo evitáis, al contrario, lo aviváis, os ponéis de su lado, os compran y os volvéis como ellos, almas satanizadas dentro de Mi Iglesia.

¿Qué habéis hecho con Mi Institución que tanto Me dolió, por la que tanto trabajé, por la que  morí, ¿qué habéis hecho con ella, con Mi Iglesia?. No asistís a los fieles, no los llenáis de Mi Paz ni de Mi Amor, no los llenáis de Mi Sabiduría Santa, los habéis abandonado, así como abandonados estáis vosotros mismos en vuestro corazón. No habéis querido aprovechar Mi riqueza y hacerla vuestra y luego compartirla a manos llenas a vuestros hermanos.

La espada de la Justicia pronto vendrá y seréis quemados como hierba inservible. Todos aquellos, ministros y sacerdotes nefastos para Mi Iglesia, seréis arrojados al Fuego Eterno, porque mucho se os dio y no solamente no disteis, sino que con vuestro escándalo, destruisteis. ¿En dónde estáis?, ¿qué hacéis ahora, cuando el Amor debiera difundirse por toda la Tierra y vosotros debierais ser los encargados de ello, con vuestro ejemplo, con vuestras palabras, con vuestra vida interior?, ¿qué habéis hecho con Mi pueblo, sacerdotes infieles y nefastos?

Vuestro Juicio será severo, tenéis un tiempo todavía para arrepentiros. El breve tiempo que os queda, aprovechadlo para el bien vuestro y el de Mi Iglesia, levantad lo que debisteis haber levantado a través de los siglos y dejasteis que se fuera abajo. Os lo repito, la espada de la Justicia pronto vendrá. Haced méritos para que ella no os alcance.
Os Bendigo y espero que Mis Bendiciones caigan en tierra buena, que recapacitéis y volváis a vuestro trabajo. Que la Luz de Mi Santo Espíritu os ilumine y os vuelva al camino recto, al Bien grande, al que fuisteis llamados.

Os Bendigo, Mis pequeños y espero que ésta Bendición haga renacer en vuestro corazón el Amor, el Amor que Yo os vine a dar a la Tierra, a toda la Tierra. Así sea.