Jul 20_99 El Poder de la Oración.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: El Poder de la Oración.

Hoy, hijitos Míos, os quiero nuevamente recordar el poder de la oración.

Vosotros os movéis en un mundo físico, tangible, material. En un mundo lleno de error e irrealidad por causa del mal que se ha difundido a todos niveles. Confiáis ahora en las cosas que tocáis, que sentís, que vivís en vuestro cuerpo. Podéis observar las potencias negativas que ha creado el hombre para destruirse mutuamente; tenéis armas para destruir al mundo en breves minutos. Toda ésa sabiduría, toda ésa tecnología, que pudieron haberse utilizado para el bienestar humano, fueron puestas en manos de Mi enemigo para que fuerais aconsejados por él, para obtener vuestra propia destrucción.

Que paradoja hijitos Míos, os doy capacidades e inteligencia para crearos bienestar. Os doy leyes de Amor y un Mundo que os pudiera proveer de todo para vivir como hermanos, en paz y caridad mutuas y en lugar de buscar ésa vida de amor y alegría, al vivir en Mi Corazón y siguiendo Mis Preceptos, preferís vuestra propia destrucción, vuestro malestar cotidiano, vuestra inseguridad de vida, vuestra desconfianza, aún de los que os rodean.

Cuánta ambigüedad, Me pedís bienestar y ayuda y producís maldad y desprecio, tanto para Conmigo cómo para con vuestros hermanos. Habéis perdido ésa comunicación Conmigo y sólo la buscáis cuando algo os falta.

La Oración, comunicación divina del alma con su Dios, la habéis olvidado, la habéis limitado a monólogo de petición exigente. La utilizáis sólo en casos urgentes ó muy necesitados, pero que tan pronto obtenéis Mi ayuda, os olvidáis nuevamente de usarla, incluyendo el agradecerMe el favor obtenido de ése momento urgente.

En vuestro mundo físico estáis acostumbrados a observar las potencias de la Naturaleza, potencias destructivas, a veces equiparables a las que el hombre, con sus armas mortíferas, puede producir. Os asombráis y tembláis ante la posibilidad de que un país “potencia”, utilice sus armas contra otra “potencia” ó pueblo. Teméis a ése poder destructivo el cuál se ha hecho realidad. Los grandes pueblos que poseen ésas armas se miden con sus oponentes, se hacen competencia a ver quién crea el arma más destructiva, para poder sojuzgar a toda la humanidad y que se le “respete” por temor.

Cuánto mal hay hijitos Míos, en vuestra mente y en vuestro corazón. Yo, vuestro Dios, el Omnipotente, el Creador de TODO cuanto existe y que Mis Poderes son inmensamente superiores a vuestras más temibles armas mortíferas, Yo, en la persona de Mi Hijo Jesucristo, a pesar de todo Mi Poder y Omnipotencia, Me mostré humilde y sencillo, nunca hice alarde de fuerza ni de Mi Poder Absoluto para tratar de sojuzgaros. Los fariseos así creían fuera el Mesías y Me presenté pequeño, humilde y sin ningún deseo de derrocar a los poderosos y, ¿sabéis por qué?, porque en la sencillez, en la humildad y en la pequeñez radica la fuerza del ser. Porque es en los pequeños y agradecidos, porque es en los que confían como niños en Su Padre, en los que se puede manifestar la Vida del Padre, la Vida de Dios. Los que vivís para complacerLo, los que vivís para llevar a cabo Sus Planes, es en ellos en los que se muestra Mi Poder. Cuando aprendéis a trascender de vuestra carnalidad a vuestra espiritualidad, es entonces que aprendéis a vivir en el verdadero Mundo, en el Mundo del Amor, en el cuál se muestra todo Mi Poder. Son las almas sencillas, humildes, donadas totalmente a Mis Intereses, las que Me pueden “arrancar” favores inmensos para todos vosotros, Cuántas veces no os he hecho saber lo que un alma humilde ha obtenido en Gracias para todos vosotros. El alma sencilla, a través de la oración, puede conseguir de Mi todo lo que deseé. El poder de la oración en un alma pura, en un alma deseosa que Mi Voluntad se vuelque en ella, puede hacer que viva a la par Conmigo. Me conoce y conoce Mis Intereses. Vive para agradarMe e intercede ante vosotros para obtener  innumerables Gracias y Bendiciones para obtener la paz de los pueblos y la salvación de las almas. Un alma orante es un alma que vive al unísono con Mi Amor. Un alma orante vive para alegrarMe, redimiendo almas al vivir unida a los Méritos de Mi Hijo. Un alma orante ve por Mis intereses antes que a los propios y en ella Me puedo mostrar a los demás, física y espiritualmente, a través de múltiples manifestaciones de Mi Poder que obro en ellas. Un alma orante es pararrayos entre el Cielo y la Tierra. Puede detener Mi Justa Justicia debido a su donación tan excelsa y puede conseguir bendiciones por su donación total, al grado que se vuelve otro Cristo entre vosotros. Un alma orante es un regalo que Yo, vuestro Dios, concedo a vosotros, Mis hijitos, de tiempo en tiempo, para mostraros Mi Misericordia y para llenaros de bendiciones.

Así os podéis dar fácilmente cuenta de lo que la oración, en manos de un alma escogida, puede hacer. Todos vosotros tenéis ésa capacidad de ser almas orantes y si os unierais todos, en pocos minutos podríais destruir el mal que os envuelve, el mal que os está sojuzgando, el mal que ya no os deja vivir en la paz y en el amor en el que fuisteis pensados por Mí en el Principio de los Tiempos.

Vosotros tenéis el remedio en vuestra voluntad. Si escogéis ser Míos, contáis con todo Mi Poder Omnipotente, infinitamente superior a las fuerzas humanas y a las del maligno; pero si escogéis ser propiedad del mal, su limitado poder os seguirá sojuzgando y llevándoos a vuestra propia destrucción, destrucción espiritual y destrucción física.

¡Abrid los ojos del alma hijitos Míos! Ya no veáis vuestras conveniencias carnales, sois espíritu y vida, porque Yo Soy Espíritu y Vida y ésa es vuestra herencia, el Reino de los Cielos.

Vuestra alma es la que va a trascender, es la que va a tener vida ó muerte eterna, vida ó muerte espiritual. Vuestro cuerpo es sólo envoltura limitada que volverá al polvo de donde fue creado. Deberéis buscar, afanosamente, el conocer a dónde y cómo llegaréis al final de vuestra existencia en la Tierra.

Vuestra existencia en la Tierra es un momento del tiempo del alma, la cuál, viviendo en la Eternidad, entra a tomar parte del tiempo creado por Mí, para vuestra Redención y al volver a Mí, regresáis a la Eternidad de las almas. Esa insignificancia de tiempo que vosotros ahora lo véis como años, meses ó días de existencia en la Tierra para cumplir una misión, al cumplirla exitosamente, os dará una Eternidad futura de mucho más gloria que la que teníais antes de bajar al donaros para servirMe para la salvación de vuestros hermanos.

Así como Mi Hijo Jesucristo, al entrar al tiempo y dejaros Mis Enseñanzas, la principal enseñanza que os dejó fue la de que TODA Su Vida fue una continua oración por la salvación de todas las almas, pasadas, presentes y futuras. Os mostró cómo la oración se vuelve unión íntima al compartir todo momento Conmigo: Todos Sus momentos, todas Sus alegrías y logros estaban dirigidos a Mí. Todos Sus dolores, pesares y preocupaciones por vuestra salvación, estaban en íntima comunicación Conmigo y en Mis Necesidades, para obteneros verdadera Vida a todos vosotros. Aún Su Pasión y Muerte, estaban llenas de Vida por vosotros. Su oración era Vida, intercesión, disculpa para todos vosotros y para todos los tiempos.

Esto es lo que debéis aprender de Mi Hijo, hacer vida de oración durante vuestro paso por la Tierra. Uníos a El, para que El viva en vosotros y pueda conseguir todo a través de vosotros. Aprended en la humildad que El vivió. Aprended de El en la donación de Su Ser que tuvo para cada uno de vosotros y que aún la tiene en aquellos en los cuáles Lo dejan vivir en su corazón.

Haced vida de oración para que así pueda Yo Ser en vosotros y vosotros en Mi y que de Mi podáis tomar todo lo que queráis dar a las almas de vuestros hermanos para alcanzar su salvación eterna.

Hijitos Míos, tenéis en vuestro corazón un arma más, mucho más poderosa que la más poderosa de las amas mortíferas y destructivas construidas en la Tierra, Me tenéis a Mi, tenéis el poder del AMOR y, cómo os lo he dicho antes, el poder del amor es el que mueve a TODO EL UNIVERSO y, así como el Universo es ilimitado, así de ilimitado es el poder de la oración en el amor. Usadlo, hijitos Míos, vividlo para vuestros hermanos y así modificaréis los corazones endurecidos por el mal y cambiaréis la faz de la Tierra.

Mi Amor sólo os puede traer Paz y Bienestar, Vida y Fraternidad a todos los pueblos. ¿Acaso no queréis esto ó preferís la zozobra, la destrucción y el temor constante en el que vivís?

Profundizad en la oración y encontraréis Mi Reino en vosotros, un Reino que no os imagináis ahora y que realmente existe en vosotros.

Empezad, tratad, pedidle a Mi Hija, la Siempre Virgen María, os guíe a alcanzar ésa profundidad en la oración y así Me encontraréis en vuestro interior. Dad el primer paso y Yo os abriré el camino del Amor; camino infinito y bellísimo, el cuál gozaréis y Me agradeceréis al obtenerlo y todo eso lo lograréis, gracias al Poder de la Oración.

Yo os bendigo en Mi Santísimo Nombre, en el de Mi Hijo, Salvador y Redentor del Mundo y en el del Amor Infinito de Mi Santo Espíritu.