Jul 05_07 Yo os rescate–Debéis ayudar a rescatar a vuestros hermanos de las garras de satanás.

Rosario vespertino

Temas:

  • Debéis tener presente que vuestra alma es la que más alimento necesita y de más calidad que para vuestro cuerpo.
  • Seguid, Mis pequeños, los pasos de Mi Hijo y salvad almas, a pesar de que estas almas os destruyan.
  • Los milagros son esto, Mis pequeños, es la ayuda de un hermano para con sus hermanos, pero siempre apoyados en Mí, vuestro Dios.
  • Si vosotros meditarais como os pido los Diez Mandamientos, os daríais cuenta de que todos estáis dentro de ésas calamidades satánicas.
  • Insisto en el Amor, Mis pequeños, porque Yo os creé en el Amor y regresaréis al Reino del Amor.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Debéis tener presente que vuestra alma es la que más alimento necesita y de más calidad que para vuestro cuerpo.

Hijitos Míos, así como el mendigo pide alguna ayuda económica, ropa ó alimentos, porque eso es lo que necesita para que su cuerpo viva, porque vosotros veis primeramente eso, el exterior, y él mismo también ve su exterior y sus necesidades corporales, muchos, muchos de vosotros debierais estar mendigando una oración, una intercesión por vosotros, por los vuestros. Veo tantas almas vacías, tantas almas en pecado, tantas almas desviadas de lo que es Mío, de lo espiritual, de la vida de la Gracia, que es la vida del alma.

Realmente muchos de vosotros debierais ser honestos con vosotros mismos, ver en vuestro interior, ver la sequedad espiritual que tenéis y a partir de ello, la humildad os debiera llevar a mendigar. Sí, Mis pequeños, a mendigar Mi ayuda.

Yo como Padre amoroso, como Padre providente, estoy siempre presente ante vuestras necesidades, pero vosotros principalmente os acercáis a Mí para pedirMe más por vuestras necesidades materiales que por las espirituales. No sabéis pedir Mis pequeños, pedís solamente para lo que es vuestro cuerpo, vuestro alimento, necesidades que realmente necesitáis para que vuestro cuerpo viva, pero a aquella necesidad grande que vosotros tenéis, que es la vida del alma, que es la que le da vida a vuestro cuerpo aquí en la Tierra, a ella no la alimentáis. Estáis en un error, debéis tener presente que vuestra alma es la que más alimento necesita y de más calidad que para vuestro cuerpo. Si vuestra alma está en pecado, se ha corrompido y vive en el mal, esto también afecta a vuestro cuerpo, os afecta totalmente.

Por eso, Mis pequeños, os pido que tengáis más cuidado con lo que pedís y además os pido que pidáis, que mendiguéis Mi ayuda, que pidáis a vuestros hermanos por vuestra ayuda, para que vosotros realmente viváis como debéis vivir, santamente y en unión Mía.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Seguid, Mis pequeños, los pasos de Mi Hijo y salvad almas, a pesar de que estas almas os destruyan.

Ciertamente, Mis pequeños, no oráis como debierais orar, no Me pedís como debierais pedir, porque vosotros mismos no sois concientes o no queréis ser concientes de la dignidad que teníais antes y de lo que sois ahora. No cabe en vosotros el daros cuenta de cuando Yo os digo que sois hijos Míos, ésa dignidad tan grande de ser hijos de Dios, para vosotros, para muchos de vosotros, no tiene significado.

Cuando alguien ha tenido muchas posesiones, ha estado consentido por Mi Providencia y por alguna causa después pierde todo y cae en una pobreza profunda, ésa alma, ésa persona, añora lo que antes tenía. Añora los cuidados, los perfumes valiosos, los alimentos que comía y de gran calidad, viajes, ropas finísimas, tantas y tantas cosas que uno puede comprar con el dinero y cuando cae, quizá por malos manejos, por robo, por tantas y tantas causas, por no cuidar lo que se os da y cae en la pobreza, se añora y se sufre también.

Vosotros debierais estar así. Sabéis lo que tenían vuestros Primeros Padres, el Paraíso, Me tenían a Mí en totalidad, gozaban de Mi Presencia, gozaban de toda la Creación, no había maldad, todo era santidad, todo era vida, vida verdadera, vida santa, toda la Creación vivía en paz, en armonía, en amor. Eso sí os lo podéis imaginar, Mis pequeños, porque lo habéis escuchado alguna vez, y todo eso se perdió, todo eso era vuestro, pero está Mi Promesa en que todo eso regresará y por eso os vuelvo a recordar que sois hijos Míos, hijos de un Dios Verdadero. Esa dignidad tan alta, como aquella que tuvieron vuestros Primero Padres en un Principio, la tenéis vosotros pero, desgraciadamente, ahorita está afectada por el pecado, pero es recuperable, porque ya Mi Hijo se dio para ello.

Todos vosotros podéis recuperar esa gran bendición y tenéis que luchar por ello, debéis luchar por obtener nuevamente esa dignidad de ser hijos Míos, hijos de Dios, pero para ello debéis despojaros de toda maldad, pecado, corrupción, destrozo espiritual. Satanás os ha llevado a avivar toda ésa maldad que existe en el corazón del hombre, porque no quiere que vosotros regreséis a ésa dignidad tan alta de ser hijos Míos, por envidia, porque él perdió esa oportunidad de mantenerse como un gran arcángel en los Cielos, luchó contra Mí y fue vencido. Vosotros estáis luchando contra Mí, porque no estáis queriendo vivir en Gracia, en Amor y por eso satanás os sigue venciendo, no os levantáis porque no queréis y, ciertamente, aquellos que se levantan, buscando la Gracia, buscando el mejorarse espiritualmente, son atacados por satanás porque os quiere ver derribados, vencidos, pero para eso Mi Hijo está con vosotros. Os podéis tomar de la mano de Él, tomar de Sus Méritos, de Su Sabiduría, de Su Sangre Preciosa derramada por cada uno de vosotros. Tenéis tanta ayuda del Cielo, pero vuestra voluntad es la que no quiere reaccionar, no queréis vivir en la dignidad santa a la que habéis sido llamados y para la que fuisteis creados. No lucháis durante vuestra vida para recuperarla, muchos nacéis, crecéis, vivís y morís en pecado, en maldad, a pesar de que Yo a cada alma le doy la oportunidad de conocerMe, de conocer Mi Amor. Pasan por la Tierra, se les da una oportunidad grande para que podáis recuperar vuestra dignidad por vuestros méritos, con vuestros hermanos, tratando de recuperar el Reino perdido, pero no, preferís el pecado y la maldad.

Ciertamente otras almas luchan, son atacadas fuertemente, caen y prefieren quedarse así, caídas. A veces se levantan un poco y vuelven a caer porque son atacadas, entran en temor y prefieren mantener una posición estable para que no las ataque satanás y se vuelven almas mediocres. A veces hacen el bien, a veces actúan en el mal.

Otras sí luchan y sufren fuertemente los ataques de satanás, pero son almas de lucha, almas que quieren regresar a Mí y quieren además dejar una huella aquí en la Tierra, quieren dejar ejemplo santo y esto cuesta Mis pequeños, cuesta mucho dolor y lágrimas, porque estaréis luchando contra la maldad. Ya no solamente podemos hablar de satanás en sí, sino de aquellas almas que se satanizan, aquellas almas que también sienten envidia, porque ellas están en posesión satánica y no quieren que ésas almas santas dejen ésas huellas, luchen y que ésas almas les hagan sombra en su maldad. Éstas almas brillan, brillan ante los hombres, son ejemplo de vida, a éstas almas las amo, las amo infinitamente, porque son las almas que se vuelven otros Cristos, que no solamente satanás las ataca, sino los hombres también las atacan y las destruyen por envidia satánica.

No temáis, Mis pequeños, seguid el ejemplo de éstas almas santas, porque seréis grandes en el Reino de los Cielos, brillaréis como las estrellas de primer orden, os daréis a conocer ante los hombres y os conocerán en los Cielos, porque luchasteis, sufristeis, os disteis por Mí y por vuestros hermanos.

Tarde o temprano, las almas malas reconocerán que obtuvieron bendiciones por vuestro actuar, por vuestra oración, por vuestra intercesión, por vuestro sacrificio, por vuestra muerte. Muchas almas, que os habrán atacado, se salvarán por vuestros méritos, ellas mismas se sentirán avergonzadas porque os atacaron y os destruyeron y a pesar de eso, vosotros actuasteis en el amor, las protegisteis con vuestra oración, pedisteis por su salvación y la obtuvieron por vuestra sangre derramada por todos ellos.
Seguid, Mis pequeños, los pasos de Mi Hijo y salvad almas, a pesar de que estas almas os destruyan.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Los milagros son esto, Mis pequeños, es la ayuda de un hermano para con sus hermanos, pero siempre apoyados en Mí, vuestro Dios.

Hijitos Míos, cuando os pido ser otros cristos, también os pido que tengáis vuestro corazón en la mano. Con esto os quiero decir que deberéis ser como Mi Hijo, quien no tuvo nunca un “no” para vuestros hermanos que vivieron en ése tiempo. No despreció a nadie y si tenía que ir a lugares lejanos y que el mal tiempo, las inclemencias del clima y aún el alimento no lo tuviera, siempre iba aceptando Mi Voluntad, para llevar vida, vida espiritual a vuestros hermanos.

Os he dicho que muchos de vosotros, ciertamente no iréis a misionar a regiones lejanas, extranjeras, pero sí, sí tenéis mucho trabajo que hacer a vuestro alrededor, empezando en vosotros mismos, empezando a sacar de vosotros mismos, todo aquello que os impide ser unos verdaderos cristos. Cuando vosotros mismos empezáis a actuar en vuestro corazón, con amor, con humildad, con dulzura, con respeto hacia los demás, tratándoles de ayudar con lo que vosotros mismos tenéis, -que además os hago hincapié que no os pertenece nada de lo que tenéis, que todo lo que tenéis es Mío, os lo he prestado-, cuando vosotros empezáis a dar de lo que Yo os he dado para que repartáis a vuestros hermanos, es cuando empezaréis a actuar como un verdadero hijo Mío, con esa dignidad alta del santo.

Os repito tanto el que seáis santos, Mis pequeños, porque ése es el estado perfecto del alma. La santidad os lleva a la perfección en el Amor. Cuando estáis así, ante Mi presencia, Yo Me derramo inmensamente sobre el alma santa y es cuando vosotros veis a ésas almas que pueden hacer prodigios extraordinarios, pero ya lo que vosotros veis, lleva atrás una tarea y un esfuerzo muy grande, llevar al alma a la santidad. Vosotros veis los milagros, pero esos milagros están respaldados por una belleza espiritual altísima, bellísima, de mucho trabajo, pero sobre todo de mucha donación de uno mismo, primeramente la donación de vuestro ser a Mí, olvidarse de sí mismos, para que Yo entre en vosotros y segundo, el donarse por el hermano necesitado, pasando por vosotros mismos, dejando a un lado vuestras propias necesidades, vuestro cansancio, vuestra hambre, vuestro “yo”, que tantas facetas tiene el “yo” humano, porque el “yo” Divino, el “yo” santo, tiene una sola faceta Yo, vuestro Dios en vosotros.

DejadMe pues, Mis pequeños, que Yo os ayude a encontrar esa perfección que el alma necesita para que alcancéis la santidad y a través de ésa santidad, mostréis Mi Divinidad a través de vosotros, mostréis Mi presencia viva y eficaz a través de vosotros, que les mostréis a vuestros hermanos que Yo existo, que Yo sí Vivo, que Yo os consiento, que Yo os amo infinitamente y que Yo utilizo a las almas en total libertad para que vosotros obtengáis bendiciones muy grandes de Mí, para vosotros. Los milagros son esto, Mis pequeños, es la ayuda de un hermano para con sus hermanos, pero siempre apoyados en Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Si vosotros meditarais como os pido los Diez Mandamientos, os daríais cuenta de que todos estáis dentro de ésas calamidades satánicas.

Hijitos Míos, cuando vosotros veis las noticias, que aunque muchas de ellas manipuladas están por la misma maldad del hombre, cuando vosotros leéis también en periódicos o revistas de los acontecimientos que os rodean, os podéis dar cuenta de cómo satanás os está atacando y cómo muchas veces el hombre ayuda a satanás a llevaros al pecado.

Si en un momento dado no podéis ver estas noticias, ya sea por los medios de comunicación, o por revistas, periódicos, etc., con que os centréis en los Diez Mandamientos que os di y los repaséis, os podréis dar clara cuenta en lo que el hombre puede caer y desviarse para su muerte espiritual. En los Diez Mandamientos os podéis dar cuenta cómo satanás os toma y os puede hacer caer en pecados graves o aún leves, pero pecados que os separan de Mí y si vosotros, en vuestra oración, estáis intercediendo por todos vuestros hermanos alrededor de la Tierra y aún por las benditas ánimas del Purgatorio, ése amor que pongáis vosotros en vuestra oración para ayudar a vuestros hermanos, ayudará inmensamente para su salvación y para la restauración de Mi Reino sobre la Tierra.

Con esto os quiero decir, Mis pequeños, que todo, todos los acontecimientos, todas las situaciones que Yo permita en vuestra vida para que conozcáis el mal que os rodea, no es para que os deleitéis en ése mal o para que simplemente digáis “pobres, pobres de nuestros hermanos”, sino os lo permito que lo conozcáis para que vosotros, que ya sufrís, inmediatamente oréis por ellos, intercedáis por ellos, Me pidáis de corazón por vuestros hermanos, porque vosotros mismos no quisierais estar padeciendo lo que ellos están padeciendo y que por la vida de pecado que están padeciendo, sufrir la condenación eterna. Cuando realmente estáis viviendo en el Amor, os preocupáis por las almas de vuestros hermanos, no nada más os compadecéis, porque a veces hasta maldecís a aquellos que os están haciendo el mal o están haciendo el mal en vuestro país, en vuestra patria, en vuestro trabajo o aún dentro de vuestra propia familia, os he puesto en la Tierra para que vosotros seáis fuente de luz salvadora para vuestros hermanos, que seáis intercesores por su alma pecadora, vosotros mismos sois pecadores, vosotros mismos, si no fuera por Mi Gracia, podríais estar igual que ellos o peor. Daos cuenta que Yo os rescaté y ahora, como rescatados, debéis ayudar a vuestros hermanos a ser salvados de las garras de satanás. Hay tanto mal diseminado por todo el mundo, que si vosotros meditarais, como os pido, los Diez Mandamientos, os daríais cuenta de que todos estáis dentro de ésas calamidades satánicas. Hay mucho pecado alrededor del mundo y hay tan poca oración de vosotros, de vuestros hermanos, porque estáis embebidos solamente en lo vuestro, en las cosas del mundo, en vuestras necesidades o en las que están cercanos a vosotros y que de alguna manera os afectan y olvidáis a vuestros hermanos que tanta oración necesitan y muchos se condenan, porque no hay suficientes oraciones ni donaciones, en sacrificios, penitencias, ayunos, donaciones que tanto se necesitan para salvar almas como las que salvaba Mi Hijo.

Sed más concientes de vuestra misión en la Tierra, de vuestra posición privilegiada que Yo os permití tener en la Tierra al daros el don de la vida. El don de la vida conlleva un gran compromiso, el principal de él es llevar Mi Amor a todos los hombres, como lo hizo Mi Hijo. Es una misión muy grande, muy bella, muy comprometedora y muy atacada, porque estaréis atacando directamente a satanás, porque él no quiere Mi Amor y con Mi Amor podréis vencerlo totalmente y él lo sabe.

Considerad esto, Mis pequeños y meditadlo porque estáis llamados a vencer la maldad con Mi Amor y restaurar todo lo perdido a través de vuestro trabajo y de vuestra donación como la tuvo Mi Hijo Jesucristo.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Insisto en el Amor, Mis pequeños, porque Yo os creé en el Amor y regresaréis al Reino del Amor.

Hijitos Míos, si os estáis dando cuenta que lo que está a vuestro alrededor no se está dando como quisierais, que hay tantos alborotos, destrucción, muerte, depravación, tantos cambios climáticos adversos y que os están destruyendo, que están destruyendo vuestros campos de cultivo, que están destrozando vuestras viviendas y aún matando ganados que iban a ser vuestro alimento. Si estáis viendo todo esto, Mis pequeños, es porque vosotros mismos no habéis cuidado lo que Yo os pedí que cuidarais. Si vosotros descuidáis vuestro hogar, vuestra casa, el jardín, si no les dais mantenimiento, a los pocos años sucederá lo mismo que veis ahora alrededor de vuestro mundo, todo se va deteriorando, se va destruyendo al paso del tiempo, porque los materiales no son eternos y así vuestro hogar se cae o queda inhabitable.

Vuestra alma está así ahora, no le habéis dado mantenimiento, no la habéis mantenido en estado de Gracia, no la habéis alimentado, no tiene la fuerza necesaria para poder derrotar a aquel que tanto la ataca, a satanás. Vuestra alma está como vuestro hogar descuidado, cayéndose a pedazos, ya no se puede sostener en pié, la polilla ha entrado,  ha carcomido, no solamente las paredes, sino los cimientos, vosotros no tenéis buenos cimientos espirituales, por eso cuando satanás os ataca, se burla ante Mí de vosotros, se burla de vuestra caída con muy poco que os pone en prueba, porque vosotros ya ni lucháis, os da flojera luchar contra la maldad, por el “qué dirán” de los amigos y mejor os dejáis llevar por su maldad y mantener cierta amistad con vuestros hermanos y digo, cierta amistad, porque realmente ellos mismos os están llevando a la perdición eterna, solamente estáis con ellos por ser alguien, porque os hagan caso, por tener a alguien con quien platicar o compartir vuestros sentimientos, vuestros gustos, pero eso os cuesta demasiado, os cuesta vuestra vida eterna, os cuesta vuestra vida espiritual y por eso, por mantener esas amistades malas, destructivas, vosotros no os alimentáis correctamente, no buscáis vivir Conmigo en estado de Gracia y al no estar en estado de Gracia, no recibís todas las bendiciones, regalos espirituales, cuidados amorosos que vosotros os ganáis cuando estáis Conmigo.

Vosotros mismos consentís al amigo, consentís a aquel que os ama, que os quiere, que os busca. A aquel que os ataca, aquel que os olvida, que no busca vuestra amistad, vosotros ni os acordáis de él. En Mi caso es diferente, aún del pecador, del olvidadizo, del que Me ataca, aún a ellos los amo, los voy cuidando, les regalo, pero siempre los consentidos, como os he dicho, serán aquellos que buscan Mi Presencia en su interior. Tenéis tanto, Mis pequeños, tenéis tanto y podríais tener infinitamente más de Mis regalos si Me buscarais, si tratarais de manteneros en Mí, pero os olvidáis tanto de que Yo existo, no solamente alrededor vuestro, sino en vuestro interior. No os importa Mi Presencia y por eso no obtenéis de Mí regalos y desperdiciáis para vosotros y para los vuestros.

Recapacitad, Mis pequeños, porque el tiempo es corto, en cualquier momento vuestra alma puede ser llamada a regresar a Mí y Yo os pediré cuentas de vuestra vida, de vuestros actos, ¿qué hicisteis por Mí sobre la Tierra, para el bien de vuestros hermanos y para implantar nuevamente Mi Reino entre los hombres?, es cuando veréis vuestra realidad, os daréis cuenta del tiempo desperdiciado. Os lo he dicho tanto, Mis pequeños y no entendéis. No quiero, no quiero, como Padre amoroso que Soy, que regreséis con las manos vacías, que os presentéis ante Mí avergonzados. Os doy tantas oportunidades para que os presentéis ante Mí y ante el Cielo entero orgullosos de haber hecho algo para Mí en vuestros hermanos y para Mi Reino. Por eso os insisto tanto, trato de mover vuestro corazón, busco a través del Amor mover vuestro corazón, no acudo a la amenaza, porque eso no es digno de un Padre amoroso.

Insisto en el Amor, Mis pequeños, porque Yo os creé en el Amor y regresaréis al Reino del Amor. Cuando el padre amenaza al hijo se crea un ambiente tenso, difícil de vivir, os estáis cuidando por todos lados a ver cuando se llevará a cabo ésa amenaza, y esto no puede ser así, esto no es vida, eso es una muerte en vida. Yo os quiero llevar a la realización total del hombre y ésta solamente se logra en el Amor, hacer las cosas por Amor, buscar el Amor entre los hombres, compartir el Amor a los demás. El Amor os dará paz, alegría, satisfacción, viviréis alegres, porque estaréis haciendo Mi Voluntad y así, en total libertad, sin amenazas, viviréis como verdaderos hijos del Amor.
Gracias, Mis pequeños.