Mensaje de Dios Padre a J.V.
Habla Dios Padre,
Sobre:Los Míos serán conocidos por sus frutos.
Hijitos Míos, hoy os quiero  explicar más ampliamente, la frase que Mi Hijo Jesucristo os enseñó, cuando os  dijo que los que eran Míos serían conocidos por sus frutos. 
Vosotros, al ver una semilla,  generalmente conocéis el fruto del cuál proviene. Si véis una florecita en  botón o un arbolito pequeño, conocéis de dónde viene. Así deberéis ser  vosotros. El fruto que deis será Mi Palabra que os enseñó Mi Hijo Jesucristo.  Vuestros hermanos deberán conocerMe a través vuestro. Vuestros hermanos deberán  llenarse de Mi Sabiduría a través de aquellos que se les ha dado el don de  transmitirla, porque Mi Santo Espíritu está actuando en ellos. Vuestros  hermanos deberán agradecerMe todo lo que obtienen, en enseñanzas, por 
el ejemplo que reciben de aquellos que 
las viven.
 
“Por sus frutos los  conoceréis”, es así que son Mis verdaderos hijos. Así eran los primeros  cristianos, unidos en un mismo espíritu y viviendo las Enseñanzas de Mi Hijo. 
¿De qué le sirven a un rey, a  una reina ó a una persona muy rica, tener joyas finísimas, si las mantienen  guardadas en un cofrecito? ¿De qué le sirve a un hombre sabio tener tanta  sabiduría si no la comparte con los demás? ¿De qué le serviría a una persona estar  plena de amor, si no lo vive con su Dios ni con sus hermanos? ¿De qué le  serviría a una persona ser un gran santo, si no comparte los frutos de la  santidad con los demás? Los frutos, o sean las acciones, son los que van a  demostrarMe que vosotros sois Míos. 
Vuestros frutos pueden ser de  vida interior y/o de vida exterior. Cuando son de vida interior, éstos tendrán  una vida mística en Mí, ésa alma estará en íntimo contacto Conmigo y, de hecho,  así debe ser cada alma en cada uno de vosotros. Debéis ser místicos, porque es  la forma de comunicación, por excelencia, entre Mi, vuestro Dios y Señor, con  vosotros, Mis creaturitas. Pero no os podéis mantener sólo en ése misticismo,  porque si no Mis Palabras, Mis Enseñanzas, Mi Vida, no se podrían dar a los  demás y ser así, ejemplo de vida en Mí, no podríais ser instructores al dar  ejemplo de vida ó enseñando a otros a alcanzar, también, la vida mística. Todo  lo Mío en ellos quedaría estéril y eso no está bien. Yo Soy Padre de todos  vosotros, de todo el género humano y todos tenéis el derecho de recibir Mis  Enseñanzas de aquellos a los cuáles he escogido para transmitir Mi Voluntad. 
¿Qué hubieran hecho en la  antigüedad, Mis hijos, si no hubiera Yo hablado por medio de Mis Profetas? ¿Se  hubieran transmitido Mis Palabras y Mi Voluntad si quienes las recibieron  hubieran sido personas que no las vivieron primeramente y que, además, hubieran  sido un mal ejemplo en la comunidad? ¿Se hubieran transmitido Mis Enseñanzas, las  que os dio Mi Hijo Jesucristo, si El no hubiera hecho vida todo lo que os  enseñaba? ¿Hubieran podido Sus apóstoles y discípulos llevar Sus Enseñanzas a  todo el Mundo si no las hubieran aceptado en su corazón y luego, al hacerlas  vida, permitir que Mi Hijo Se manifestara plenamente a través de ellos? 
Por sus frutos fueron  conocidos todos ellos. Y ahora, en éstos tiempos, vuestro tiempo, ¿Puedo, Yo,  confiar en vosotros, Mis hijitos, que ya habéis recibido las Enseñanzas de Mi  Hijo Jesucristo, el que podáis transmitirlas? ¿Puedo Yo descansar y estar  seguro de que lleváis bien grabadas las Palabras y la Vida que os enseñó Mi  Hijo y que las ponéis en práctica tanto interiormente, para tener vida Conmigo,  como exteriormente, para llevarMe a los demás y ayudarles en su crecimiento  espiritual? Si no es así, Mis Palabras han caído en tierra estéril ó en poca  tierra, en donde la plantita no crece mucho, no da fruto y muere pronto. Estos  últimos son los que a veces son “buenitos”. Los mueve Mis Enseñanzas,  los mueve una buena acción, pero no viven ésa moción por mucho tiempo ó no  defienden Mis Enseñanzas ni Mi forma de vida que os pido, cuando las condiciones  de vida se os vuelven adversas. 
Ya os he dicho que aparto de  Mí a los que son tibios; son hijos Míos que no dan, como se debe dar: A veces  son Míos y a veces son de Mi enemigo, según se les vayan presentando las  situaciones en su vida, son convenencieros. ¿Cómo pueden ser buen ejemplo, de  que son Míos, aquellos que, mientras están en el Templo son gran ejemplo de  devoción y respeto hacia Dios, pero al salir a la calle, es su ligereza  espiritual ó sus bajas pasiones las que van a predominar? 
Recapacitad, hijitos Míos,  ¿estáis dando buen fruto? ¿Estáis siendo un buen ejemplo como para que quienes  os estén mirando se digan, yo quiero ser como él porque veo que vive con Dios,  hace las cosas de Dios, transmite a Dios y vive, por lo tanto, bendecido por  Dios? ¿Puedo Yo confiar en vosotros en ésta forma como para no ser arrancados y  echados al fuego eterno, porque verdaderamente Me estáis ayudando a transmitir  Mis Enseñanzas y a ayudar a que Mi Reino se muestre entre vosotros y no, por el  contrario, Me estáis contagiando a las otras plantitas de Mi jardín con vuestro  mal proceder y Me las enfriáis espiritualmente? 
El tiempo de la ciega se  acerca, ¿a qué tipo de fruto pertenecéis? ¿Al que es dulce y sabroso al  paladar, porque sois de los que vivís Mis Palabras y Mis Enseñanzas y os buscan  para apagar su sed espiritual, porque sois fuente de vida por vivirMe en  vuestro interior y en vuestras obras, o sois hierba mala, hierba amarga que ni  vive interna ni externamente Mi Vida y que Mis otros hijitos os rechazan, no os  buscan, porque de vosotros no sale, prácticamente, ningún bien? 
Por sus frutos los  conoceréis. Aquellos que no den fruto, como la higuera que secó Mi Hijo y dio  orden de que la cortaran y la quemaran, porque, a pesar de que se le abonó, se  le dio bastante tiempo para que tuviera oportunidad de producir y no produjo,  así, también, serán tomados, cortados y echados al fuego eterno los que no  hagan las cosas que vieron hacer a Mi Hijo Jesucristo. 
Si tenéis una pecera con  peces finos, a los que amáis, a los que cuidáis y que os son muy valiosos, no  les vais a poner un pez voraz para que se los coma o les destruya sus lindas  aletas. Los pececitos finos son todos aquellos que siguen Mis Enseñanzas, las  viven y las agradecen; el pez voraz son todos aquellos que dan mal ejemplo,  viven atacando a los Míos, se aprovechan de ellos, les tratan de destruir su  vida espiritual ó simplemente, no les ayudan a acrecentarla, ni en su hogar ni  con el ejemplo entre la comunidad. 
Es ahora el tiempo en el que  se escogerán a los elegidos del Reino. Los que han dado fruto y se han  mantenido y se mantendrán dándolo, a pesar de las tribulaciones que han tenido  y aún tendrán. Es el tiempo de dejar a la Tierra habitada con almas que den  fruto, que llenen a la Tierra de Mi Vida, que protejan la integridad de Mi  Santo Nombre y de Mis Enseñanzas dadas por Mi Hijo a través de Mi Santo  Espíritu. 
Es el tiempo en el cuál se  vivirá la hermandad entre todos los pueblos de la Tierra; en donde todos se  verán como hermanos e hijos de un mismo Dios, Yo vuestro Padre Celestial. Este  es el principio del tiempo en el que el Amor se vivirá en plenitud, por Obra y  Gracia de Mi Santo Espíritu. Se os dará vida en abundancia y la transmitiréis a  todos vuestros hermanos, porque los que son Míos, no pueden retener lo que han  recibido de Mí. Por amor a sus semejantes lo transmiten, para que así ellos,  también, Me agradezcan los favores y bendiciones con los que os colmo y os  consiento. 
Estad preparados, hijitos  Míos. Haced un recuento de vuestra vida y reparad el daño que Me causasteis,  para que ello os lleve a un cambio profundo y verdadero y así os volváis fruto  bueno, árbol frondoso que os ayude a obtener vida eterna. 
El
 Tiempo venidero, Mi Reino, será para todos  aquellos que hayan dado buen fruto y sean reconocidos por sus obras, obras que  vayan en concordancia con las Palabras y Vida de Mi Hijo Jesucristo. 
Pedid a vuestra Madre  Santísima Su ayuda y Su Guía, Ella que todo lo sabe, para acercarMe a Mis  pequeños a Mi Corazón. 
Yo os bendigo y perdono de  todo mal a todos aquellos que con corazón contrito y deseosos de cambio sincero  en su vida futura, se acerquen a Mí, a su Dios y Señor. 
Reciban todos Mi Santo Espíritu  para que os volváis “fruto” sabroso a Mi Paladar y al de vuestros  hermanos y semilla que germine en los corazones para ayudaros a alcanzar el  Reino que os tengo prometido.