Feb 17_99 La Conciencia del Mal, y del Pecado.

Mensaje de Dios Padre a J.V.(Miércoles de Ceniza)

Habla Dios Padre,
Sobre: La Conciencia del Mal, y del Pecado.

Hijitos Míos, os quiero hablar ahora de una gracia muy especial que concedo a las almas humildes, a las almas que Me buscan, a las almas que quieren su purificación y santificación; la conciencia del mal, la conciencia del pecado.

En los tiempos en que os ha tocado vivir, el autor del mal os ha desviado casi completamente de ésta facultad, el reconocimiento del mal, con el que se Me ofende a cada momento en vuestro mundo, con el que se Me blasfema, con el que se Me ataca.

Habéis sido formados en Mi Gracia, sois parte de Mí y bajáis del Cielo en estado puro y santo, porque vuestra esencia de alma es Mi propia esencia y al encarnaros, en vuestra concepción, es cuando adquirís los defectos del Pecado Original. Bajasteis del Cielo para servirMe y para servir a vuestros hermanos, para ayudarMe en su salvación y para ayudarMe en la propagación de Mi Amor entre los vuestros. Grande Amor es el que os reviste al bajar a la Tierra y eso lo conoce el maligno y al tomar cuerpo quedáis a merced del mundo, pero Yo en todo momento os protejo y os guío, primeramente a través de Mi Santo Espíritu que habita en vosotros y cuando adquirís conciencia, a través de vuestro esfuerzo al tratar de vivir en Mi Gracia, por las Virtudes que os he enseñado y otorgado a través de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Siempre Virgen María.

Sabiendo el maligno que vuestra misión en la Tierra se resume en el de trabajar en el Amor, en Mi Amor, él os va a poner múltiples tentaciones para desviaros y para que volquéis vuestra atención a las cosas del mundo y al goce de vuestra carne, haciéndoos olvidar del crecimiento espiritual y de alimentaros de todo aquello que os de fuerza espiritual, lo cuál le resta fuerza a él. De aquí que su ataque es tan fuerte y tan sutil, que su mayor logro ahora lo estáis viviendo, el de haceros creer que lo malo, lo que Me ofende, lo que Me quita almas para su salvación, lo que quita virtud y amor en vuestras almas, ya no es tan malo ó simplemente ya es normal. Se os ha vuelto normal y hasta aceptado por vuestra conciencia, el vivir apartados de Mis Leyes, de Mis Preceptos, de Mis Mandamientos. Ya no os confesáis de faltas graves y os acercáis a recibir el Cuerpo Divino de Mi Hijo en la Eucaristía, llevando en vuestro corazón éstas faltas graves que sólo os están abriendo las puertas del infierno y de vuestra condenación eterna. Ya habéis perdido la conciencia del mal, la conciencia del pecado, porque ahora el mal os ha hecho creer que esos pecados graves, como son los de impureza, los divorciados “supuestamente unidos” por algunos de Mis ministros, el vivir en unión libre y muchos más ya no son tan malos, puesto que los véis todos los días a través de vuestros medios de comunicación. Os habéis dejado llevar por su mentira porque os conviene, porque conviene a vuestra carnalidad y a vuestro egoísmo, porque el vivir en Gracia y en Virtud, implica sacrificio y donación de vuestra voluntad y ya no queréis sufrir ni donaros a vuestro Dios, que tanto os ha dado y os sigue dando, a pesar de vuestra vida continua en el pecado; pero que si no atendéis a las oportunidades de conversión que se os dan a lo largo de vuestra misión sobre la Tierra, al final Yo tendré el derecho divino de utilizar Mi Justa Justicia, Mi Santa Misericordia se derrama sobre cada uno de vosotros mientras habitáis sobre la Tierra y hasta el último hálito de vida que tengáis, pero si vosotros, en vuestra libre voluntad os empecináis en manteneros en el pecado dañando constantemente a MI Corazón Divino, al final ya no será Mi Misericordia la que os juzgue, porque la tuvisteis y la despreciasteis, sino que Mi Santa Justicia os enfrentará a vuestra propia necedad y vuestro destino eterno vuestra propia alma os lo mostrará al mediros con Mi Amor y Mi Verdad.

Hijitos Míos, pedid ésta Gracia tan grande que necesitáis en gran medida en éste tiempo que estáis viviendo y pedidla con gran humildad para agradar a Mi Corazón tan dañado por los pecados del mundo, el tener la conciencia del mal. Mucha humildad se necesita para aceptar que no se vive de acuerdo a Mis Leyes de Amor y necesitaréis, también, de mucha fortaleza, que os la dará Mi Santo Espíritu al pedírsela, para que podáis manteneros en la lucha para permanecer en Mi Gracia Divina y en la Verdad de Mi Corazón. Volved a la oración y a la penitencia para fortaleceros espiritualmente, acudid arrepentidos a Mi Santísima Hija, para que Ella, siendo vuestra Madre Celestial y conociéndoos perfectamente, os tome de la mano y os guíe por el camino de la salvación eterna.

Hijitos Míos, que éste tiempo de Cuaresma os sirva para comprender más profundamente Mis Verdades y sobre todo, para que podáis comprender mejor la donación en el Amor Infinito que os hice al daros a Mi Hijo Unico y darSe hasta la última gota de sangre por vuestra salvación y para ayudaros a conocer el camino de la perfección en vuestro Dios y Señor. Tomad de El todos Sus Méritos y revestíos con ellos para que podáis alcanzar sabiduría y amor eternos, así mismo, para que os volváis nuevos Cristos para la corredención de vuestros hermanos del mundo y del Purgatorio.

Yo os bendigo en Mi Santísimo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, salvador de todo el género humano y en el de Mi Santo Espíritu de Amor. Recibid todo el amor maternal y cuidados de mi Hija, la Siempre Virgen María.