Ene 29_99 La Felicidad de Vuestro Dios.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: La Felicidad de Vuestro Dios.

Javier, hijito Mío, escribe. Te voy a hablar sobre la felicidad de vuestro Dios, al teneros, a vosotros, como hijos Míos.

Los padres terrenos gozan con la ternura, los cariñitos, las delicadezas, las incapacidades de sus bebés. Así Yo gozo, y más puesto que Yo estoy viendo sus almitas desde un principio, desde que son conferidas al cuerpecito que se ha iniciado en la concepción, por el amor de sus padres y a todo lo largo de su existencia.

Yo, como Padre amorosísimo que Soy, Me voy deleitando con su crecimiento paulatino, con su crecimiento en el amor. Gozo con los altibajos de su existencia y sobre todo, Mi gozo es mayor, cuando comprenden y sacan provecho de esos altibajos espirituales para vencer el obstáculo que los hizo caer y de ahí, al vencer la prueba, crecen en la virtud y en el Amor, en Mí, en Su Padre Celestial.

El gozo que Yo tengo en cada uno de vosotros al verlos crecer, va aumentando, cuando a través de vuestros años de existencia sobre la Tierra y, a pesar de sus tentaciones y mentiras, vosotros os mantenéis arraigados a la Fé en vuestro Dios, la Fé que cada vez se vuelve más fuerte y, por consecuencia, el amor que de ella se deriva, Me produce un inmenso gusto. Mi alegría no la podrían comprender, es inconmensurable, ya que no logran, tampoco, comprender la magnitud de cada prueba que se os va dando a lo largo de vuestra existencia. Pobremente se podría comprender esto viendo como vuestros hijos van creciendo y tienen que pasar los exámenes en su escuela. Vosotros, según las limitaciones de cada quién, van viendo como vuestros hijos, bien o mal, van adelantando y superando los exámenes de cada grado. Vosotros gozáis, más que ellos, el que vayan subiendo de grado y es mayor el gozo cuando ellos son de los primeros lugares de su salón escolar, esto os indica que están sacando provecho a vuestro sacrificio en pagarles sus estudios.

Cuando Yo veo las almas que van creciendo en la virtud y Yo Soy primer lugar en sus vidas y que, además, Me transmiten, Me viven, Me buscan antes que a nadie sobre la Tierra. Cuando ponen toda su Fé, esperanza y confianza en Mi, es cuando Mi gozo encuentra su paga, es cuando Yo Me siento satisfecho, en ésa alma, de haber enviado a Mi Hijo Jesucristo a vivir entre vosotros, para darles Mis Enseñanzas y el haber volcado toda Mi Misericordia con Su Muerte en la Cruz. Cuánto gozo, hijitos Míos, cuando en vuestro crecimiento os vais volviendo otros Cristos, cuando vais reflejando Mi Vida en vuestros hermanos, cuando váis llenando corazones con Mis Virtudes y con Mis Gracias, al volveros instrumentos de Mi Amor.

Oh, hijitos Míos, cuanta alegría producís en vuestro Dios cuando os olvidáis de vosotros mismos y Me dejáis vivir perfectamente en vosotros. Cuanta alegría Me dais cuando vuestra alma se vuelve otro cielo en el cuál Yo puedo habitar y gozar de las delicias y de los contentos de vuestro corazón. Es un deleite grandísimo que dais a vuestro Padre Celestial cuando Me dejáis vivir plenamente en vosotros, cuando ya no os sentís solos internamente, sino que ya habéis construido un palacio para vuestro dios en vuestro interior y El mismo os invita a acercaros ante Su Presencia en todo momento y a todo lo largo de vuestra existencia. Mi Hijo Jesucristo os lo decía: El Reino de dios habita en vosotros y así es. Cuando os dais cuenta de que vuestro interior, Mi Vida en vosotros a través de Mi Santo Espíritu, no tiene límites, que podéis construir grandes maravillas en vuestro interior para que vuestro Dios habite como El se lo merece, entonces es cuando os dais cuenta de lo valioso que es vuestro ser interno, vuestra alma, que siendo parte de Mi, tiene un valor inconmensurable y nunca comparable con las capacidades de la envoltura que todos tenéis y que es vuestro cuerpo.

Cuando aprendáis a usar de las potencialidades de vuestra alma, guiadas por Mi Santo Espíritu de Amor, al servicio de la salvación y del crecimiento espiritual en el verdadero Amor de vuestro Dios, será entonces cuando realmente estaréis viviendo el Reino, Mi Reino Divino sobre la Tierra.

Imaginad Mi gozo cuando Yo, Vuestro Dios, ya pueda caminar y vivir plenamente entre vosotros sobre la Tierra, cuando ya vosotros os hayáis dado cuenta de que viviéndome, Me agradaréis a lo máximo y así os volveréis nuevos Adanes y nuevas Evas que crearéis nuevos hijos llenos de Mis Enseñanzas y de Mi Amor. Oh, hijitos Míos, cómo espero ése momento que se tendrá que dar, cuando se verán nuevos Cielos y nueva Tierra, porque así será cuando vuestro amor, volcado en el Mío y sobre todo, confiado plenamente en el Mío, logrará el cambio deseado por Mi Corazón desde todos los tiempos.

¡Buscadlo, pedidlo!, sois pequeños, comprendedlo así, con humildad y al Yo escuchar vuestra plegaria sincera y humilde, correré velozmente a ayudaros a crecer en la infinidad de Mi Amor.

Cuánta alegría y felicidad os tengo reservada. Cuántas Gracias y Bendiciones os están esperando; cuánto amor todavía está por volcarse en vosotros, hijitos Míos, Yo Soy un Padre Misericordioso y Providente. Yo Soy un Padre lleno de un Amor inmenso, inconmensurable que desea compartir, que desea dar a manos llenas a todos sus hijos. Yo Soy un Padre que desea reunir a todos sus hijos en la Casa Paterna. Yo Soy un Padre que hará cualquier cosa para convenceros de que necesitáis un cambio en vuestra manera de ser, creer y actuar para que podáis ganaros Mi Reino y teneros por toda la eternidad gozando de Mis Delicias Espirituales.

Hijitos Míos, no retracéis por más tiempo Mi gozo, por favor. Un padre o una madre de la Tierra, cuentas los días, las horas, los minutos del momento en cuando regresará alguno de sus hijos que haya salido a un viaje largo o que haya salido a estudiar al extranjero por un tiempo largo y su deseo de verlo de regreso va aumentando el amor por verlo y de poder estrecharlo entre sus brazos. Imaginaos vosotros lo que Yo, vuestro Dios, siendo muchísimo más sensible y amoroso que cualquier padre o madre de la Tierra, siento por el deseo de volveros a estrechar sobre Mi Corazón Infinito y amoroso, al veros regresar después de vuestra misión sobre la Tierra y sobre todo, veros regresar victoriosos y llenos de amor por Mi. Cuánto gozo me dais cuando Me platicáis sobre vuestra estancia sobre la Tierra, vuestras aventuras, vuestras caídas y levantadas, de vuestra lucha para lograr vivir en la virtud a pesar de haber estado rodeados de maldad y ataques por parte de Mi enemigo.

Cuánto gozo Me dais cuando regresáis portando un estandarte que indica que llevasteis Mi Amor a los vuestros, el estandarte del Amor de vuestro Dios que mantuvisteis siempre en alto ante todas las desavenencias que se os presentaros a lo largo de vuestra vida sobre la Tierra. Ese estandarte lo llevaréis toda la eternidad y os hará merecedores de un puesto alto en el Reino de los Cielos, en el Reino del Amor. Es Mi Amor el que ha de vencer todo mal. Es Mi Amor el que logra el cambio en las almas. Es Mi Amor el que produce la salvación eterna en cada uno de vosotros. Es Mi Amor el que unirá a todos los pueblos de la Tierra. Es Mi Amor el que logrará se produzca una nueva familia terrena y celeste. Es Mi Amor vivido la indicación de que sois verdaderos hijos del Rey, verdaderos hijos del Amor Increado, verdaderos hijos de vuestro Padre  Celestial, verdaderos hijos que reparten con gusto de la herencia que se os ha dado gratuitamente por pertenecer al Reino del Amor, la propagación del Amor entre vuestros hermanos.

Hijitos Míos, os lo vuelo a pedir, no retracéis más el gozo de vuestro Padre. Sois pequeños y no podéis caminar si no sois ayudados por Mi Gracia Divina, pedidla con humildad a Mi Hija, la Siempre Virgen María y Ella, uniendo vuestras plegarias a los Méritos de Mi Hijo y siendo Intercesora con la ayuda del Amor de Mi Santo Espíritu, lograréis se derramen sobre toda la humanidad Mis Bendiciones para lograr vuestro cambio radical en el Amor Verdadero de vuestro Dios. Sólo estoy esperando el momento de vuestra humilde y sincera plegaria para derramar MI Santa Bendición sobre todos vosotros.

Ya os lo he dicho antes, sólo necesito un puñado de entre vosotros, Mis hijos, que intercediendo por el resto de vuestros hermanos, para que Yo pueda lograr derramarme en Gracias y Bendiciones sobre TODOS vosotros. Actuad ya y confiad en que lo lograréis. Mi Misericordia no quiere esperar más, porque Mi Fuego de Amor quema Mi Corazón por amor en cada uno de vosotros.

Dadme gozo, hijitos Míos, dadle gozo infinito al más sensible de todos los padres, a vuestro Padre Celestial que tanto os ama.

Reciban Mis Bendiciones en Mi Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Espíritu Santo de Amor. Vuestra Madre Santísima espera vuestra pronta respuesta para llevar vuestras plegarias ante Mi Presencia y lograr con ello un gozo eterno a su Dios y Creador. Ella también os bendice y os ama infinitamente.

Sean bendecidos todos los pueblos de la Tierra.