Abr 12_99 Aprended a ver almas, no cuerpos; y otras Enseñanzas.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: Aprended a ver almas, no cuerpos; y otras Enseñanzas.

Durante el primer año de preparación inicial que nos dio Dios Padre en Su Trinidad, Nuestro Señor Jesucristo un día me dijo: Javier, aprende a ver almas, no cuerpos. En Noviembre de 1998, 3 años después, Dios Padre me volvió a repetir lo mismo y me dio algunos ejemplos para entenderlo mejor. Me dijo: El cuerpo es una envoltura para el alma y no tiene valor para el Cielo y es a través de las manifestaciones del cuerpo, que conoceréis el valor del alma. Luego me hizo entender lo siguiente: El cuerpo es como una marioneta, si está tirada o abandonada, no se podrá mover ni mostrará ninguna función, pero será hasta cuando meta uno su mano dentro de la marioneta cuando ella nos mostrará movimiento según lo queramos. También me hizo conocer que el alma es como aquél vino finísimo que se ha estado añejando durante muchos años y cuando lo van a envasar, para darle un tono especial, se manda a hacer una botella muy bonita para darle un toque fino a éste precioso líquido, pero la gente, especialmente los conocedores, van a comprar éste vino finísimo, no por la botella sin por lo que contiene. Así es lo que debemos de buscar, el interior, lo que realmente vale y no el exterior. También me explicó que ésa preciosa botella puede ser llenada con un vino corriente o con un vino finísimo, la botella –el exterior-, es el mismo, pero la calidad del interior, lo que realmente vale, variará y así sois vosotros, vuestro interior –vuestra alma- es lo que realmente vale. El cuerpo se os fue dado para tener presencia en la Tierra y poder moverse sobre ella. El maligno os trata de engañar al haceros creer que es vuestro cuerpo al que debéis cuidar afanosamente, os engaña haciéndoos creer que lo debéis embellecer, mantener sano, limpio, bello, lo cuál no es malo, ya que es un regalo que Yo os dí para pasar por la Tierra, lo malo estriba en que ocupáis casi todo vuestro tiempo, el cuál es valiosísimo, en embellecer lo que se va a volver polvo y que no va a trascender y así perdéis éste tiempo valiosísimo para llevar a cabo vuestra misión terrena, la cuál sí tiene trascendencia y que os dará vida o muerte eterna.

El mismo maligno os trata de hacer creer que le debéis sacar todo el provecho posible a vuestro cuerpo mientras es bello y que debéis gozar todo lo que a él pertenece, tanto como son los vicios, como los goces de la procreación, sin procrear. A éste gran error habéis caído por vuestra degradada conveniencia humana.

La procreación y el goce que Yo puse en éste acto, se os fue dado para servir a vuestro Dios. La procreación es un acto divino con el cuál vais a ayudarMe a crear cuerpecitos –por amor mutuo- en los cuales Yo les voy a infundir el alma. Vuestro acto amoroso va a producir “una envoltura” al don grandísimo de la vida que Yo os doy en cada alma, o sea, que Yo puedo enviar almas llenas de Mi Amor a la Tierra, gracias a un acto amoroso y responsable vuestro. Vosotros Me ayudáis a crear un cuerpo y así Yo puedo enviar un alma a proseguir la Obra de Redención que Mi Hijo comenzó.

Los “actos amorosos libres” en los que los ha involucrado Mi enemigo, son actos que van en contra de Mis Planes de Salvación, porque son actos egoístas y con finalidad puramente animal. Ya no buscáis procrear para salvar a vuestros hermanos a través del alma que Yo pongo en vuestros cuerpos, sino buscáis gozar a nivel de instinto animal sin aceptar alguna responsabilidad de ninguna especie y sólo con la finalidad de satisfacer una necesidad fisiológica –corporal-, sin involucrar para nada ni Mi Voluntad ni el Verdadero Amor.

Habéis caído en una espiral sin fondo que os está llevando a la perdición de vuestras almas, por no verMe a Mí en los demás. Habéis transgredido Mis Leyes y ahora estáis viendo los resultados. No queréis responsabilidades, no queréis transmitir Mis Valores y Riquezas Espirituales a vuestros hijos, cuando aceptáis tenerlos, siendo que en muchos casos sólo os unís en supuesto matrimonio, por aceptar mutuamente la idea de no procrear y esto para evitar la responsabilidad de criar a los hijos, o para evitar los “problemas” del deterioro de vuestro cuerpo con la maternidad ó para evitar las preocupaciones que se derivan del educar adecuadamente a vuestros hijos, tanto en el plano espiritual como en el humano.

Os habéis dejado engañar por conveniencia y por vuestra falta de Fé y de amor para conMigo, vuestro Padre.

Estáis dejando destruir el núcleo familiar, que debiera ser núcleo de convivencia y de enseñanzas de Mis Valores y de Mi Amor. Vuestra decadencia en la carne ya no lucha por mantener éste núcleo familiar y se os hace fácil acudir al “divorcio”, acción fuertemente reprobada por Mi Hijo en Sus Enseñanzas, para no aceptar proseguir vuestra responsabilidad de la misión por la cuál os encontráis en la Tierra.

Ninguno de vosotros, Mis hijos, estáis capacitados para disolver un Acto Divino, como lo es el matrimonio, cuando es real y verdadero, bajo ninguna circunstancia. Es un sacramento y éste se vuelve un signo indeleble por toda la eternidad.

Malditos serán aquellos que han violado Mis Leyes Divinas o han ayudado a su supuesta anulación dejando con “permiso” al o a los dos cónyuges, de dar rienda suelta a su egoísmo y a sus pasiones desordenadas, desembarazándose de sus obligaciones tanto espirituales como morales.

Hijitos Míos, comprended que Mis Leyes se os han dado para vuestro bien y vuestro premio radica en la Fé, en el amor y en la docilidad que mostréis al aceptarlas y vivirlas durante vuestra misión en la Tierra.

Ahora ni siquiera os imagináis la manera con la que Yo pago a las almas, que han cumplido satisfactoriamente, o mejor aún, con verdadero amor, el servir a su Padre en la transmisión de Mi Vida y Mi Amor a vuestros semejantes; esto va más allá de vuestra frágil imaginación.

Hijitos Míos, vuestro Mundo va hacia la hecatombe, hacia la destrucción total si Yo no intervengo y lo haré cuando sean vuestros corazones contritos, vuestros corazones arrepentidos verdaderamente, al darse cuenta del mal que Me han infringido en Mi Corazón Amoroso y a Mi Creación. Cuando vea vuestro arrepentimiento sincero y vuestra petición llena de caridad por el cambio, será cuando Yo actuaré, no antes.

Entended que en vosotros está el acelerar vuestra salvación y la de vuestro Mundo, no lo atraséis más, por favor, os amo infinitamente.

Yo os bendigo en Mi Santo y Amoroso Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo, vuestro Salvador y Redentor y en el del Espíritu Santo, guía y consuelo de todos vosotros.